Autor: ALBERTO GAY HEREDIA (http://www.decastroero.blogspot.com)

Manuel Aguilera Morente. Actor secundario del cine y el teatro español (I).

 Quien se nos muestra en la fotografía es el actor de teatro, secundario en la industria cinematográfica y acreditado actor de doblaje, Manuel Aguilera Morente, hijo del laureado militar Modesto Aguilera y Ramírez de Aguilera, y hermanastro d…

"Don Miguel el Ciego" (Miguel Aragüés Velasco): un maño y porcunense adoptivo singular".

La fotografía se corresponde con la escolanía de niños conformada en el seno del Colegio Nacional Francisco Franco de Porcuna (Jaén), que participó en el VI Concurso Nacional de Villancicoscelebrado en Madrid en diciembre del año 1968, organizado por l…

Rafael Garrido Bello (1909-1940). El famoso y valeroso "Capitán Maruca" de Castro del Río.

«Un día, después de un triple bombardeo de Andújar, mas intenso que de ordinario, los elementos provocadores consiguieron arrastrar a unas decenas de personas a protestar alborotadamente frente al Estado Mayor. Un grupito intentó incluso entrar en el e…

EL ALMA DE LA CAMPIÑA (UNA NOVELA LIBERTARIA AMBIENTADA EN CASTRO DEL RÍO).

 LA NOVELA IDEAL»No queremos novelas rojas, ni modernistas, ni eclécticas. Queremos novelas que expongan, bella y claramente, episodios de las vidas luchadoras en pos de una sociedad libertaria. No queremos divagaciones literarias que llenen págin…

Mapa manuscrito de la villa de Castro del Río y alrededores (1780).

    Está fechado en el año 1780. La responsabilidad de su ejecución, según consta en añadido descriptivo que se inserta en su margen izquierdo, corresponde a Juan de la Peña (delineante) y a Fray Andrés de Arrabal (carmelita de la antigua observancia). El primero debe ser el vicario eclesiástico Juan de la Peña Tercero, que por estas fechas era patrono del Colegio de San Pedro y San Pablo de la Villa de Castro del Río. El citado fraile, entre la nómima de los moradores del Convento del Carmen durante las décadas finales del XVIII, estuvo también relacionado con la mencionada institución educativa de la que llegó a ser rector y preceptor.


     El mapa lo hemos localizado entre los volúmenes de correspondencia del geógrafo y cartógrafo Tomás López, aunque desconocemos de que manera pudo haber llegado hasta su gabinete.


     Muy posiblemente lo fuera a través de Andrés de Carrasquilla, un nuevo vicario de Castro del Río, a quien el geógrafo dirigió su famoso interrogatorio-indagatorio del que pretendía servirse a la hora de confeccionar el Mapa geográfico del Reyno y Obispado de Córdoba (1797). 



     En una primera contestación de Andrés de Carrasquilla no consta la fecha, aunque de la misiva se desprende que fue atendida con algo de retraso. Debe ser de 1792 o 1793:


    Mui Señor mio: no avia contestado a la de V.de 31 de Dibre. hasta imponerme si podía satisfacer a las preguntas q. contiene….En el supuesto de q. ha poco más de un año, q. estoy en esta villa, y q. el empleo de vicario me consume el tiempo y por querer satisfacer cumplidamente el fin que V. apetece y de haver pocos vecinos aplicados a las antigüedades, he andado mendigando y ya podré cumplir en breve el encargo de V.

    Para ello me valdré de una sucinta relación de las antigüedades q. de esta villa hizo en la Vida Ejemplar de Sor Juana Maríade San Francisco el doctor D. Bartolomé Sánchez de Feria, médico titular de ella, q. me parce arreglada y fundada: el mismo confiesa haver trabajado una Disertación sobre este particular q. remitió a la Real Academia de la Historia de esa Corte.

    Asimismo un mapa de este obispado, que sacó a la luz D. Josef Francisco Camacho, Rector y Catedrático de Prima del Real Colegio de la Asunción de Córdoba, y dedicó al Ilmo. Señor D. Francisco Garrido de la Vega, su Obispo, que por ser curioso y aplicado creo estará arreglado.

    Estoy tomando informes de los demás particulares y haciendo apuntes, y su no fuera por el demasiado volumen que consta, hubiera remitido a V. su obra.

    Por lo dicho verá V. no ha sido descuido ni tardanza, sino querer, con solidez, cumplir con el encargo, el que siento no sea tan pronto como deseo, por las razones dichas, y que no es inconveniente q. a la mayor brevedad remitirle los recados como llevo dicho.



    No hemos sido capaces de localizar nueva correspondencia entre el vicario de Castro del Río y el geógrafo Tomas López. Esa predisposición a la colaboración, reflejada en la carta transcrita, pudiera haberse traducido en la remisión a posteriori de ese mapa de 1780, que debía de pertenecer a la biblioteca del Convento del Carmen o a la del propio Colegio de San Pedro y San Pablo, con el que estuvieron vinculados sus autores.



    Entre la correspondencia de Tomás López aparece también  un mapa geográfico de la villa de Baena, realizado por Diego Carro en 1793. Este ilustrado y culto sacerdote se inspiró para su ejecución en otro que el pintor Antonio Monroy, su paisano, había regalado al Duque de Sessa.

JAÉN: LA FERIA CALUMNIADA

    El cartel de la actual edición de la tradicional Feria de San Lucas (exaltación del traje de faralaes sevillano) ha suscitado unas, creo que atinadas, letras, en las que se que viene a cuestionar esa más que evidente colonización cultural y tendencia hacía la uniformidad, que cada día se halla más extendida y arraigada por toda la geografía andaluza, en las formas que adoptan sus manifestaciones festivas y populares (Semana Santa, Carnaval, Ferias o Romerías). Desde hace ya varias décadas se viene atentando y poniendo claramente en peligro la autenticidad de lo autóctono. 
    Esa crítica me ha incitado a rescatar de mi particular baúl de los recuerdos un artículo de prensa firmado por un joven y prometedor periodista de la tierra, Francisco Cruz Salido (1898-1940), cuya brillante trayectoria profesional fue frenada en brusco por el aparato represivo del régimen franquista. El referido artículo es del año 1924.


LA FERIA CALUMNIADA




    La feria de Jaén se verificará el día 18 y los preparativos enardecen a mis paisanos, dándoles un entusiasmo verdaderamente admirable. Este entusiasmo es único, exclusivo y patentado. Es de Jaén. Y consiste en censurar a la feria. La pobre feria es formidablemente calumniada en estos días, calumniada alevosamente, y, lo que es peor, unánimemente.

    Todos, todos, sin excepción, se dedican a renegar de la feria. Los más eruditos la desprecian olímpicamente y la comparan con la de Sevilla, con la de Málaga, para vejarla en la semejanza: ¡Bah, la feria de este año, lo mismo que la del año pasado!

    Efectivamente será lo mismo que la del año pasado y, probablemente, lo mismo que la del año que viene. Creer que ésta ha de cambiar, es tanto como decir que nosotros hemos cambiado y que ha cambiado Jaén.

    Jaén es el mismo y nosotros también. El año pasado sacó sus viejos harapos de colores chillones y llamativos y se puso de Feria. La ciudad, de esta forma vestida, resultaba verdaderamente grotesca. Se apreciaba a simple vista  y acaso nos avergonzaríamos un poco del fracaso. Este año sucederá lo propio. Y es que la feria, observada desde el punto de vista filosófico, estaba absolutamente desconsoladora. En realidad no debe ser la feria la que produzca este desconsuelo en el que debe hacerlo surgir. En estos días de festejos, todos los vecinos, contagiados por la general exploración tenemos algo de forasteros, unos forasteros filosóficos que miran tristemente la miseria de la ciudad engalanada. Protestamos indignados, furiosos. Nuestros amigos, los forasteros auténticos, nos preguntan por las cosas de la población, nos interrogan sobre sus bellezas y quieren saborear el esplendor de nuestro pueblo. En ese momento sentimos la afrenta, porque la población es mísera y desolada, y porque nosotros mismos no sabemos enaltecerla.

    Desde luego yo no imito a mis paisanos. Yo miro la feria sin pretensiones de filosofía, ni razonamientos intrincados sino como una cosa perfectamente espectacular. La Feria me perdonará mi falta de respeto, pero yo en vez de divagar intento divertirme. Acaso sea yo el único vecino que estime que las ferias son para divertirse. Esta frivolidad de mi carácter me apena en extremo, aunque no dispongo de remedio eficaz para evitarlo. La ciudad huele a aceite frito. La música suena desenfrenadamente, con un gesto heroico y resignado que yo admiro en silencio. Las calles están llenas de polvo y de coléricos ciudadanos que le pisan a uno de una manera despiadada e irreverente.

    Los establecimientos nos explotan sin cordialidad alguna, sin agradecerlo; no tienen una mirada amable para este gesto apostólico que ponemos cuando nos desvalijan. Yo me sentiré un poco forastero estos días y me divertiré sin hacer silogismos crueles, que, por ahora, no es método recomendable para el optimismo. Me divertiré y contemplaré a Jaén lo mismo que el año pasado, y que el otro, y que el otro. Y lo mismo que los venideros. Lo contemplaré con un gesto amargo, como cuando vemos a un pobre viejo, que, orgulloso, quisiera ponerse una levita en el día de su santo para deslumbrar a sus visitantes. Y la levita, ya vieja y roída, deja al descubierto los pies desnudos y la cabeza sin energías.


(Publicado en el diario La Voz de Córdoba el 5 de octubre de 1924)
   Un pequeño homenaje al folklore auténtico y tradicional con la interpretación del Bolero de Jaén a cargo del Grupo de Coros y Danzas «Lola Torres» :

PORCUNA ISABELINA: CONFLICTOS ELECTORALES (1858 y 1864).

Isabel II de España 
    El siglo XIX en España fue un periodo convulso y problemático durante el que se sucedieron guerras civiles, pronunciamientos militares y decenas de cambios de gobierno. 
    Donald Shaw, un escritor y crítico literario británico, a mi juicio, lo resume magistralmente:


   “De la consideración de la historia del siglo XIX español se infiere que cualquier cambio político, sin el correspondiente progreso social y económico, está destinado al fracaso. Tres importantes factores obstaculizaron este progreso. Uno fue la actitud egoísta y reaccionaria de los grupos en el poder –el trono, la Iglesia, el ejército y la oligarquía–, expresada en los programas de sus políticos; otro fue el extremismo doctrinario y la ineficacia manifiesta de sus oponentes de la izquierda cuando ocuparon el poder; el tercero y más importante de todos fue la pobreza básica de recursos materiales de España, que impidió el arraigo del progreso material. La perduración de estos impedimentos es el legado más importante del siglo XIX a la España posterior”.


Vicalvarada (1854)
    Si ya de por si resulta difícil y complicado seguir y comprender todas esas fluctuaciones, con sus correspondientes intrigas dinásticas, políticas, así como los circunstanciales y acomodaticios posicionamiento de las élites de poder, trasladado al terreno estrictamente local, a una villa como la de Porcuna de la provincia de Jaén, la tarea se convierte en harto difícil.

     Las limitaciones impuestas por la escasa documentación del periodo que se conserva en su Archivo Histórico Municipal, por culpa de todo un cúmulo de determinantes históricos, cítese el hundimiento y ruina de la Casa Consistorial en el año 1885, que dejo enterrados muchos documentos confundidos con los escombros, los expolios y daños sufridos por los bombardeos durante la guerra civil  y algún que otro dañino expurgo incontrolado, dificultan considerablemente la reconstrucción de su vida política, económica y social.

    Creemos que las primeras actas capitulares que se conservan en el Archivo Histórico Municipal de Porcuna se corresponden con el año 1860. De momento, por mi humilde condición de investigador limitado por las economías y ese especial arraigo a mi butaca casera, prescindo de gastos, viajes y favores. Daremos tiempo a las autoridades competentes en la materia  para que doten de contenido y funcionalidad a ese edificio histórico recién restaurado que le tienen destinado como nueva sede.



     Nos alimentaremos casi exclusivamente de prensa histórica.
    Tomando como eje unos escandalosos comportamientos electorales que trascienden con detalle en la prensa nacional, intentaremos adentrarnos un poco en el conocimiento del peso específico de las diferentes facciones políticas a las que se hallaban adscritas las élites locales (sufragio censitario). Según la Constitución vigente (1845), el derecho a voto sólo lo tenían los varones mayores de 21 años que pagaban una determinada cantidad a Hacienda. 

    Nos referiremos a lo ocurrido en Porcuna durante las elecciones a diputados a Cortes del año 1858, y unas denuncias y cruces dialécticos posteriores entre moderados y liberales demócratas durante las elecciones municipales del año 1864.



LAS ELECCIONES A DIPUTADOS A CORTES DE 1858

   Celebradas el 31 de octubre, poniendo cierre definitivo al periodo conocido como Bienio Moderado(1856-1858), durante el cual las huestes políticas aglutinadas por Ramón María Narváez volvieron a ostentar el poder en la nación.

   Aquellas elecciones las organiza y amaña un reorganizado partido de La Unión Liberal liderado por otro militar, Leopoldo O’Donell.


General O´Donnell
    Por el distrito electoral de Torredonjimeno, al que estaba adscrita la villa de Porcuna, concurren Juan de la Cruz Fuentes de la Plaza por el Partido Moderado, un Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, de naturaleza tosiriana, que ya venía ostentando la representación durante la etapa anterior; mientras que por La Unión Liberal se presenta el abogado arjonero Ramón Serrano y Serrano (sobrino del “General Bonito”).

     Las noticias sobre los expeditivos métodos, coacciones y abusos puestos en práctica por el Gobernador Civil de la provincia de Jaén, don Cayetano Bonafox, descaradamente para favorecer al candidato de la Unión Liberal, proceden del diario democrático La Discusión:


   “Otra víctima de la saña gubernativa ha sido el ingeniero don Juan de la Cruz Fuentes, candidato de oposición moderada, con grandes probabilidades de triunfo en el distrito de Torredonjimeno. Hallábase en esta provincia desempeñando una comisión especial facultativa, y sospechando el ministerio que su presencia podía perjudicar a su candidato, que es un sobrino del general Serrano Domínguez, acordó la traslación de Fuentes a Granada. Mas como éste debía entregar su cargo al sucesor que se le nombrara, y no sabía quien fuera, y como además tenía suplidos en el servicio algunos fondos de su peculio, consultó a la dirección general del ramo y se detuvo en obedecer la orden hasta recibir una contestación. Entonces el gobernador civil le mando marchar a su destino, a pesar de la enfermedad que también alegaba como escusa, y no verificándolo, envió una pareja de la guardia civil para que lo condujera. Su afección aumentó ante tamaña tropelía lo que impidió por el momento se cumpliesen los designios del servicial gobernador.

    Mas al cabo de pocos días volvió a insistir en ello, disponiendo que un oficial del mismo cuerpo de la guardia trajera a la capital de cualquier modo a don Juan de la Cruz Fuentes, quien tuvo que sucumbir a tamaña violencia material, y ha estado aquí vigilado constantemente por la policía hasta ayer que se le hizo salir para Granada”.


Porcuna: la visita del Gobernador

    Se ve que la Unión Liberal no gozaba de demasiados simpatizantes entre el cuerpo electoral de la villa de Porcuna. Según relato, que trascribiremos a continuación,los únicos apoyos para el sobrino del general Serrano provenían de don Manuel Ollero, maestro herrador y administrador de los bienes del general en el término de Porcuna, de un ex fraile de San Juan de Dios, llamado Benito Dacosta y de don Manuel Noriega que le ofreció hospedaje por mediación de Ollero:


    “Entretanto, todos los que sostienen la candidatura de Fuentes en el partido, sufren las más reiteradas vejaciones  y los mayores atropellos: hace poco tiempo se presentó el gobernador en el pueblo de Porcuna a la caída de la tarde sin aviso previo a ninguna autoridad local, hospedándose en casa de don Manuel Noriega, sujeto que le era desconocido, y a quien comprometió al efecto don Manuel Ollero, maestro herrador que administra los bienes del general Serrano, y que fue el compañero y auxiliar constante del gobernador en sus gestiones. Inmediatamente que llegó sin anunciar nada a los alcaldes, se instaló en la Sala Capitular con el Ollero y dos guardias civiles, y cuando el presidente del municipio fue con el teniente de alcalde a visitarle, después de darle sus escusas por no hacerlo en su alojamiento a causa de ignorarlo, les contestó con visible falta de atención que le dejaran desocupado el local, lanzándoles así de un sitio propio  del ayuntamiento; sin derecho alguno, pues si los asuntos del gobernador eran oficiales, no debía excluir a las autoridades; y si tenían carácter privado, parecía lógico evacuarlos en otro punto diverso, como el hospedaje del gobernador. El alcalde le dijo con toda urbanidad que en una habitación baja se esperarían sus órdenes, preguntándole si quería tener a su disposición algunos dependientes de la municipalidad, a lo que el gobernador respondió negativamente, asegurando bastarle con los guardias que le asistían.

    Apenas quedó solo, fue llamando individualmente a los electores, a quienes excitó a que prestaran sus sufragios en favor del candidato ministerial don Ramón Serrano; y aun se dice que con algunos se propasó hasta amenazarles con que en caso contrario lloverían sobre la población grandes males, ofreciendo a otros destinos, mandando a uno de ellos que exhibiera el título de propiedad de una finca, ejerciendo en toda su escala la influencia saludable, y alcanzando así la inapreciable victoria de conquistar… Hasta el voto de un empleado cesante, ya que este creyó la conminación de que podía privársele del haber del que por tal concepto disfruta. Don Manuel Ollero estaba presente, sin duda para hacer las indicaciones relativas a cada uno de los que comparecían; y a las diez y media de la noche se concluyó el acto, después del cual se marchó el gobernador sin despedirse ni dar aviso a los alcaldes que aguardaban en las estancias del piso bajo, dirigiéndose a su alojamiento, donde le detuvieron en fuerzas de muchas instancias, pues quería ponerse en camino al instante.

    Lo verificó a las ocho de la mañana del día siguiente, acompañado del dueño de la casa hasta la salida del pueblo, don Benito Dacosta, ex fraile de San Juan de Dios, a mayor distancia, y don Manuel Ollero, a los cuales expresó el gobernador hallarse muy resentido con los alcaldes (sin embargo de que en nada le faltaron) y que desde su despacho les enviaría las pruebas de su enojo. Ollero le aconsejó la exoneración y Dacosta castigos pecuniarios y parece que las indicaciones de este último han obtenido su aquiescencia, pues desde entonces no dejan de expedirse oficios a Porcuna y de imponerse multas, y de ir comisiones apremiantes, y de darse términos fatales de dos o tres días para desempeñar actos de servicio que necesitaban triple o cuádruple tiempo.

    También he oído contar que el gobernador dijo a sus amigos que en último extremo estaba decidido a echar mano de medidas extraordinarias etc.”.


   Tal como estaba previsto el candidato ministerial Ramón Serrano se hizo con el acta de diputado. De un censo compuesto por 467 electores, pasarían por las urnas un total de 407, de los cuales 240 votaron por el candidato elegido.

   Según algunas fuentes aquel obstruccionismo del gobernador para con el candidato de la oposición llegaría a provocar su retirada de la contienda electoral. Aunque por los resultados publicados en la prensa parece ser que finalmente si compareció.



La Época (8 de noviembre de 1858)

UNAS MUNICIPALES CONFLICTIVAS (1864)

    Celebradas a finales de octubre o principios de noviembre. Durante las mismas se producen serios enfrentamientos, con sus oportunas denuncias,entre el diputado provincial don Juan de Mata Gallo y la primera autoridad local.

    El diario La Razón Española informaba en los siguientes términos:   


   “En Porcuna, provincia de Jaén, el diputado provincial don Juan de Mata Gallo se permitió reprender duramente al alcalde dirigiéndole palabras que constituyen un verdadero desacato a la autoridad, precisamente en el momento de ejercer una de sus más altas y sagradas funciones. Como era de esperar se instruye sobre el asunto la correspondiente sumaria. También se forma causa a dicho Sr. Mata Gallo por haber cohibido a los electores llevándoles fuera de la población para atemorizarlos con amenazas, que hubieran ocasionado seguramente grandes conflictos en la población si no los hubiera evitado la prudencia del alcalde”.

(Tomado de La Correspondencia de España de 7 de noviembre de 1864)



    El periódico moderado La Libertad, a los pocos días aborda el asunto de las elecciones municipales de Porcuna con la publicación de dos cartas, remitidas respectivamente por los partidarios locales de la comunión moderada y por don José de Quero y Díaz, que aboga a las claras en favor de su correligionario y amigo don Juan de Mata Gallo (diputado provincial por el distrito de Martos). Presuponemos a ambos adscritos a posicionamientos progresistas o demócratas.


    En el arranque de la primera carta remitida por los partidarios y amigos del Partido Moderado en Porcuna, demasiado bien redactado (más que posible obra del propio redactor del periódico), encontramos una declaración de los principios que les inspiran y sus inquietudes ante un cambiante escenario político:


    “Muy señor nuestro: Cuando S.M. la Reina, en uso de su libérrima prerrogativa, tuvo a bien conferir la presidencia del Consejo de ministros al excelentísimo señor duque de Valencia (Narváez), gloriosa personificación del partido moderado, todos los que nos honramos de pertenecer a él, todos los que profesamos sus ideas monárquicas sin exageración reaccionaria, y liberales sin fanatismo demagógico, todos los que hemos seguido las vicisitudes de esta noble comunión tan perseguida y calumniada de diez años a esta parte, nos lisonjeamos de que el advenimiento al poder de su más ilustre jefe, de su eminencia mas caracterizada, señalaría una nueva era de prosperidad y orden interior, en el que las instituciones recobrarían  su curso regular, las garantías de los ciudadanos se verían respetadas, cesaría el imperio de los fautores de motines, de los escépticos que proclaman en todos los tonos la descomposición de los partidos históricos, y se proclamarían y observarían con franqueza las doctrinas moderadas, únicas que pueden salvar a nuestra patria de la anarquía con que amenazan las pasiones que rugen embravecidas, la única inmoralidad que se desborda, el descreimiento que corroe el cuerpo social como cancerosa lepra, y la crisis económica que nos devora.

   Mas, nuestras patrióticas esperanzas se van desvaneciendo, lo confesamos con dolor: la mala yerba del vicalvarismo, negación de la dignidad y del pudor político, ha echado profundas raíces en nuestro suelo, y seguramente no se extirpará ni dejará de producir sus funestos efectos, mientras no se ataque con la energía que exige un mal tan inveterado. Así, prescindiendo de algunos centros oficiales, el vicalvarismo domina en el país; su atmosfera se hace respirar donde quiera, y los pueblos se encuentran entregados a sus secuaces, sin poder sacudir un yugo que les agobia y envilece.

    Acaso sin saberlo el gobierno de S.M., y seguramente contra sus deseos, las elecciones municipales están ofreciendo un singular ejemplo de ser falseadas por medio de intrigas, de la coacción y la violencia, contra el partido que se supone enseñoreado en las regiones del poder”.



Sobre los presuntos abusos electorales de Porcuna


   “Perteneciendo la inmensa mayoría del cuerpo electoral a la comunión moderada, fue necesario que durante la administración del duque de Tetuán (O’Donell) se hiciera sentir aquí con todo su peso la influencia oficial, para que pudiera escalar los puestos municipales un hombre falto de crédito, arraigo, prestigio e independencia que se necesitan para representar a un vecindario de bastante consideración.

    Mientras subsistieron aquellas circunstancias, los sectarios de los principios conservadores nos abstuvimos voluntariamente de disputar la administración del pueblo, puesto que la lucha sólo acarrearía conflicto. Más al aproximarse la elección actual, nuestra conducta debió necesariamente modificarse, puesto que abrigamos la creencia universal de que nuestros hombres y nuestro sistema prevalecía sin contradicción al gobierno.

    Este pensamiento no fue bien recibido por los que por espacio de seis años han dispuesto del monopolio de la situación local y que no han querido imitar nuestra conducta anterior, apartándose espontáneamente de la lucha electoral. De aquí procedió que como no estaban ni están apoyados  en la incontrastable base de la opinión, hubieron de empezar una serie de arbitrariedades, desmanes, sediciones y amenazas contra los que, revestidos de sufragio, querían expresarlo con entera independencia.

    Pero ni aun esto hubiera sido suficiente para impedir el resultado que se preveía, que el vecindario de Porcuna anhelaba y que no era posible alejar sino por medio de la ilegalidad y el escándalo. Con el objeto de precavernos procuramos hacer uso de cedulas donde consignábamos nuestros votos, de un papel especial, distintivo, que no pudiera confundirse con ninguno otro de la localidad; y llegado el día de la elección, nos presentamos en los distritos con fuerzas suficientes para aspirar a la totalidad de los secretarios escrutadores, pero con tal abnegación que no quisimos votar más que dos a fin de dejar a nuestros contrarios la vigilancia natural en las operaciones.

    Fácil será, pues, de calcular nuestro asombro, cuando vimos que de una y otra urna se extraían las papeletas conocidamente escritas por nuestros amigos y se leían en gran parte nombres diferentes de los que nos constaba contenían. A la vista de semejante abuso protestamos indignados, se leyeron de nuevo las papeletas mistificadas y se nos contestó con el mayor descaro por los presidentes, que los nombres que habían pronunciado eran los que estaban escritos; cuya aseveración confirmaron los individuos de la mesa interina, organizada por aquellos a su gusto. Entonces invocamos la intervención de un notario para que levantara acta de lo que pasaba, pero los presidentes lo expulsaron del local; resistieron toda comprobación de sus actos, hicieron que el colegio fuera invadido por la fuerza armada de la guardia civil prevenida de antemano; y a merced de estas violencias proclamaron secretarios a sus adeptos, despojando de toda participación al partido moderado. Ciento diez electores de éste reclamaron enérgicamente contra tales desafueros, reclamaron la nulidad de aquella farsa, y se retrajeron de sancionarla con su presencia, declarando ante el notario, que habiendo votado 56 electores en un distrito y 54 en otro, sólo resultaron 28 y 33 votos a favor de los candidatos propuestos en cada colegio, es decir que los macallister vicalvaristas nos habían escamoteado 59 sufragios. Si a esto añadimos la manifestación espontanea de un elector que s presentó rodeado por los partidarios del alcalde, y en el acto de la elección dijo a voces que iba cohibido, que había sido arrancado del hogar doméstico a las dos de la madrugada del día anterior y retenido por los que le llevaban forzosamente a votar, y que su voluntad era verificarlo, como lo ejecutó, en favor de los moderados.

    Si se agregan las amenazas proferidas por el mismo alcalde contra el diputado provincial del distrito, que le hacía presente la infracción de la ley que se estaba cometiendo; y se añaden otros mil alardes de despotismo, escogidos para infundir el terror entre los hombres que se oponen al abuso de la autoridad, para comprenderse la razón que tuvimos para desistir de tan desigual lucha, reservándonos los derechos que las leyes electorales y el Código penal nos concede”.




    Como se puede apreciar, entre el cuadro de las huestes moderadas de Porcuna que suscriben la carta, prevalece y sobresale el linajudo y antiguo apellido “Aguilera” o “de Aguilera” cuyos blasones adornan todavía una casa solariega ubicada en una céntrica calle de la localidad de Porcuna.

    Uno de ellos, Juan Vicente Aguilera y Torres,  alcanzará  la Alcaldía de Porcuna en los años inmediatamente posteriores (1865-1867). Lo mismo hasta prosperó la reclamación.

    La digitalización y puesta a disposición, vía cibernética, de las actas capitulares que se conserven, para uso y disfrute de los investigadores y amigos de la historia local en general, podría sacarnos de dudas.
    Sería una brillante manera de inaugurar, llenar de sentido y funcionalidad ese nuevo edificio destinado a Archivo Histórico Municipal. No tiene ni porque ser gravoso para las arcas municipales. Con un equipo de voluntariado cultural y una máquina fotocopiadora que disponga de la función escáner, o, casi mejor, con contrataciones del plan de empleo joven, podría realizarse (ahí queda la propuesta por si se estima a bien). 

    Fue don Juan Morente Carmona,  el alcalde de la coalición vicalvarista tan denostada en las denuncias moderadas, quien disfrutó de la vara municipal de Porcuna entre los años 1858 y 1864. Creo que no me equivoco al  afirmar (me falta certificarlo) que el citado Juan Morente Carmona estaba casado con una parienta del influyente General Serrano, personaje de elevado peso político en las filas de la Unión Liberal dentro de la provincia de Jaén (Arjona y sus contornos, donde tanto él como su parentela acumularon numerosas propiedades). De ese matrimonio vinieron al mundo Casiana Morente Serrano, madre del filósofo arjonillero Manuel García Morente, y Manuel Morente Serrano, entre los principales contribuyentes de Porcuna en 1909, que en su juventud participaba de las tertulias e iniciativas patrocinadas por el letrado progresista don José de Quero y Díaz. Otra hermana llamada María Luisa, figura en el anuario de ese mismo año de 1909 como propietaria e importante cosechera de cereales.

   Como a estas alturas de la entrada ya hemos tocado suficientemente el piano, la carta remitida por don José Queró y Díaz al diario La Libertad, publicada en el mismo número en que los moderados transmitían sus denuncias sobre abusos electorales, recurriremos al cómodo formato imagen:


   Para finalizar haremos mención a esa maravillosa fotografía en blanco y negro, en la que se aprecia el primitivo estado del acceso a la Torre de Porcuna, con «la madre que parió a Panete» (con todos mis respetos) barriendo la puerta de su humilde vivienda de torrera-carcelera. Es responsabilidad de un amigo de origen manchego, porcunero por consorte y por devoción. Es de principios de los años 80. cuando se iniciaba en el arte de la fotografía. Me la obsequió junto a otra de la Casa de las Columnas de la ciudad ibero-romana de Obulco, que tengo extraviada.

    Para proteger los derechos del autor había pensado en un principio ponerle marcas de agua o su firma. Tras reconsiderar, puesto que soy firme partidario de que estos tesoros se deben compartir, he optado por mostrarla tal cual.

   Amigo Leopoldo González Fernández (marido de Isabela Castro Zafra “la del rubio el municipal”) espero que no te moleste mi usurpación.

PORCUNA: "BANDA MUNICIPAL DE MÚSICA DE 1936".

    Desde el mes de marzo de 1935, como consecuencia de la enfermedad que pronto le costaría la vida al  popular y querido Maestro Villa, director de Banda Sinfónica Municipal de Madrid, se hace cargo de la misma, de manera interina, José María Martín Domingo, que venía desempeñando el cargo de subdirector desde el año 1931.

     En abril de 1936 se hace pública la intención del Ayuntamiento de la capital de sacar a oposición la plaza vacante, lo que dejaba sin opciones al Maestro Martín que no cumplía con los requisitos de edad y de pertenencia al cuerpo de directores de bandas municipales. Entre los candidatos con mejor currículo y posibilidades de ganar la plaza se hallaba el prestigioso maestro Pablo Sorozábal, que por lo visto contaba con candidato propio para asistirle como subdirector. 

     Al trascender la noticia, se desencadena una campaña de simpatía y solidaridad en favor del maestro Martín Domingo, para que después de tantísimos años de dedicación a la Banda Municipal se le mantuviese en el puesto de subdirector. Grandes músicos y compositores se sumaron a ella. Hasta el periódico La Libertad llegaban a diario requerimientos de directores de bandas desde los más dispares lugares del país.

     En el número perteneciente al 12 de julio de 1936, casi en vísperas de la sublevación militar y del inicio de la guerra civil, Benito Cabeza Borrego, director de la Banda Municipal de Porcuna (Jaén) , y los profesores que la integraban secundaron  públicamente dicha iniciativa. La carta nos permite ponerles nombre y apellidos a los integrantes de la Banda Municipal de esta etapa final del periodo republicano:



    Benito Cabeza, director; Francisco Herrador, Luciano Quero, Pedro Santiago Cortés, Benito Casado, Eduardo Vallejos, Antonio Pino, Damián Montilla, Luis Vallejos, José de Quero, Antonio Gallo, Andrés Quero, Juan Castilla, Francisco Cabeza, David Herrador; Bernardino Fernández, Celedonio González, Juan Codes, Gabriel Raya, Victorio Niarón Pérez, Tomás Juárez, Daniel Quero, Amador, Quero, Bernardino del Pino, Antonio Pastilla, Eugenio Peláez; Manuel Ollero, Manuel Salas, Sebastián Carballo, Francisco Estévez, Rafael Quero, Manuel Raya, Fulgencio Aguilera, Luis Teruel, Isidro Valdierro y Francisco Cuellar.

    Porcuna (Jaén), 6 de julio de 1936.



     Como director figura Benito Cabeza Borrego, iniciado en la música desde muy joven, al lado y bajo la tutela de Manuel Jesús Cabeza González, su padre, maestro director de la Banda de Porcuna en periodos intermitentes durante las décadas finales del XIX y primera del XX.

    En 1898 Benito Cabeza ya compaginaba sus ensayos y pertenencia a la banda con una pequeña orquestina de músicos locales bautizada como “Orquesta Bellas Artes”, con la que se cubrían las necesidades de la localidad y poblaciones limítrofes a efectos de bailes de sociedad, bodas  y otras celebraciones populares.

    En el año 1915 se hizo cargo de la dirección de la Banda Municipal de manera interina. Será en 1931 cuando retoma el cargo, que ostentará de manera ininterrumpida hasta la guerra civil. En vísperas de la proclamación de la II República sustituye al veterano músico y compositor local Emilio Ruiz y Ramírez de Aguilera, que renunció al cargo de director de manera  voluntaria:


   “El convulso año de 1931, con las continuas revueltas campesinas, marcará un cambio radical en su vida, un hecho acaecido, creemos que en las fiestas de Carnaval, será el detonante del mismo. Su negativa a interpretar la “Marcha  de Riego”, al final de uno de los conciertos, le provocará  la enemistad de algunos miembros de la corporación municipal, afines al nuevo régimen en vísperas de la proclamación, así como la de numerosos vecinos”.




    El entrecomillado y la foto están sacados de una semblanza biográfica publicada por Enrique Escobedo Molinos (cronista oficial de La Cerradura y biznieto del músico) en la revista de la Feria Real de Porcuna del año 2013.

     Entre el cuadro de profesores aparecen algunos que ya integraron aquella reorganizada y reglamentada banda del año 1904 dirigida por Emilio Ruiz. Es el caso de Fulgencio Aguilera Torres, Francisco Herrador Santiago o Francisco Cabeza Borrego. No aparece Antonio, el menor de los hermanos Cabeza, que había conseguido abrirse un hueco en el profesionalismo musical por tierras valencianas.

    A Benito y Francisco  Cabeza Borrego les presuponemos cercanía y simpatía con el socialismo político, así como casi seguros integrantes de una pequeña orquesta creada y auspiciada por la Casa del Pueblo que se presentó por primera vez en público en las celebraciones del 1º de Mayo de 1930. Antonio tuvo una participación activa en los acontecimientos político- sociales que se desencadenan a partir del 18 de julio de 1936. Nos detendremos en ello más adelante.

     Entre los nuevos músicos, identificables por memoria o documentación complementaria (Historia de Porcuna de Manuel Heredia Espinosa, prensa histórica y algunas biografía de las elaboradas por Todos los Nombres de Porcuna) se encuentran:

    Militantes del P.S.O.E y de la U.G.T como el joven Bernardino del Pino Torres, músico, zapatero y responsable de la Biblioteca Pública Municipal inaugurada en enero de 1934  y Luciano Quero Pérez «Chorrera», un señor ya maduro (sobre 60 años), que trabajó como prestamista y como cobrador de arbitrios, tasas e impuestos municipales. Pedro Santiago Cortés “Herrero Feo”, también aparece entre las listas de represaliados elaboradas por Todos los Nombres.

     Natural de Villa del Río y residente en Porcuna desde finales de la década de los veinte era Antonio Pastilla Criado, que desde el año 1913 ya venía participando en actividades musicales  en su pueblo natal (Orquesta para amenizar bailes y Estudiantinas de Carnaval). En 1926 le tocó la Lotería Nacional, que posiblemente precipitara su traslado a Porcuna para montar un negocio.

     Daniel y Amador Quero, creemos que son  hijos del zapatero y concejal Republicano Radical Amador Quero González. Unas fuentes lo sitúan entre quienes fueron fusilados por los marxistas el 3 de septiembre de 1936 en el sitio del Barranquillo (término de Torredonjimeno), mientras que otras refieren que se volvió loco y fue asesinado dentro de la cárcel.

     Un tal José de Quero pudiera tratarse de un jovencísimo, casi niño, «Josillo el zapatero», que muchos hemos conocido como virtuoso de la trompeta, cualidad heredada por uno de sus hijos,
     Estas pequeñas intromisiones en la vida personal y familiar responden a ese particular empeño de poner rostro e identificar a estos pequeños protagonistas de la historia local. Se trata de animar a la colaboración en pro del afloramiento público de fotografías personales o de grupo de estos músicos porcunenses.

    Desconocemos el paradero de los descendientes de los hermanos Benito, Francisco y Antonio Cabeza Borrego. Posiblemente algunos pudieran seguir domiciliados o con parentela en Porcuna. Sería interesante contactar con ellos con la esperanza de obtener fotografías, composiciones y partituras de Manuel Jesús (el padre) y de Benito Cabeza, ambos maestros y directores de la municipal. 



 Ritmo: revista musical ilustrada  (01/07/1934).



    La fotografía que mostramos en la cabecera, tomada de un artículo de blog dedicado a la historia de la Banda de Música “Ciudad de Porcuna”, por los tipos, creemos que pudiera corresponderse con el periodo estudiado (que me corrijan si no fuera así). harían falta familiares para identificarlos.

    El más notable de esta familia Cabeza de músicos de origen porcunense fue Antonio Cabeza Borrego. El cronista Antonio Recuerda Burgos le tiene dedicada una entrada en su blog personal. En ella se hace eco del acta de la sesión celebrada por  la corporación municipal del Ayuntamiento de Paterna (Valencia) el 29 de noviembre de 2010. Se acuerda  honrarle con la nominación del nuevo auditórium de Paterna como “Auditori Antonio Cabeza” y se adjunta una extensa reseña biográfica obtenida de la “Historia de la música en Paterna” de Vicente Cotolí Ibañez (pinchar sobre el nombre).

   Hemos realizado algunas incursiones de archivo y hemeroteca con vistas a rellenar posibles lagunas biográficas. 

    Antonio fue uno de de aquellos españolitos que no pudieron eludir su participación en la Guerra de Marruecos cuando estalla el conflicto en el año 1909. Enrolado en el Regimiento de Infantería de Saboya  movilizado por necesidades del conflicto. Al poco, tuvo la mala  o buena suerte de caer enfermo de gripe y ser repatriado a la península para recuperarse. Muy posiblemente tuviera que regresar, aunque por sus conocimientos musicales le suponemos ligado a un destino menos expuesto a la bala enemiga, la Banda de su Regimiento.

    Ese efímero  paso por la Banda de Alabarderos de Alfonso XIII, cuya fecha no se concreta en el artículo, debió de ser posterior a su estancia africana durante el servicio militar.

   En 1925 concurre a unas oposiciones en Valencia para cubrir plazas de profesor de su prestigiosa  Banda Municipal. Alcanzó la unanimidad del tribunal encargado de juzgarle por lo que se hizo con la plaza de “fiscornio soprano”


La Correspondencia de Valencia (18 de marzo de 1925)
    Su paso por la dirección de las Bandas de Liria y Paterna, así como los premios y éxitos obtenidos en algún que otro certamen aparecen recogidos  en el artículo. En 1930 se llegó a  programar una visita con la Banda de Liria a su pueblo natal, que finalmente no cuajó.
    El estallido de la guerra le coge al frente de la dirección de la Sociedad Instructiva Misical «La Amistad» de Paterna. Consecuente con su ideario socialista se pone al servicio de la defensa de la legalidad republicana. En un documento de la Causa General de Paterna se le relaciona como integrante del comité local del Frente Popular.

   Suponemos, que serían sus conocimientos musicales, los determinantes para la obtención del grado de capitán del Ejército de la República. El número de 11 de febrero de 1938 del D.O. del Ministerio del Ejército publica  su pase a situación de reemplazo provisional por enfermo ostentando ya las tres estrellas de seis puntas.





   Condenado a prisión correccional por un tribunal franquista permaneció recluido algunos años. Su pasión por la música era tal, que entre los reclusos llegó a organizar una pequeña orquesta y coro.
   Recuperada la libertad y normalizada su vida, se le ofrece la dirección musical de una refundida Banda de Paterna y la de su Escuela de educandos a partir del año 1949.

Año 1950 (Antonio con sus educandos)

    De él si se conservan partituras originales, aunque por desgracia un himno dedicado a su pueblo natal se perdió para siempre o anda por ahí extraviado.

    Su hermano Benito, que desconocemos hasta que punto resulto afectado por la represión, en el año 1944 ya se hallaba repuesto en su cargo de director. Las dificultades económicas de postguerra afectaban por igual a los músicos, En el acerbo popular porcunense se ha conservado una anécdota sobre una ingeniosa acción de protesta protagonizada por la banda durante la Romería de Alharilla de un año indeterminado de la difícil década de los cuarenta. La tradicional  entrada de regreso a la población, acompañando a los Hermanos Mayores y su comitiva romera, la hicieron al son de un monótono y machacón “Pan. pan, pan y pan…” . Por su atrevimiento se le aplicó un castigo mixto ejemplar, consistente en la distribución de varias tortas (no precisamente de pan) y un pelado al cero comunitario.

MARXISTAS, REPUBLICANOS, DEMÓCRATAS, CONTRACORRIENTES Y DESAFECTOS.

MARXISTAS



    En los últimos tiempos entre los profesionales, militantes y simpatizantes de determinada amalgama de la izquierda política, que hasta la sorprendente irrupción de Podemos, se autocalificaba y consideraba como la única, auténtica y verdadera alternativa regeneradora, vengo observando cierto nerviosismo y hasta mimetismo tomado de esos otros a los que ya se les empieza a mal considerar y criticar con inquina. No hace falta ser más explicito, queda claro  a quienes nos estamos refiriendo. Se trata de una de esas familias herederas del marxismo,  que profesa además ferviente vocación por la Republica como forma de Estado.

     Ante el progresivo desprestigio y hartazgo de la ciudadanía por la caja tonta como opción de ocio e información, son legión ahora quienes han optado por las redes sociales para cubrir esas necesidades. Por ser relativamente fácil e intuitivo su manejo, es asequible para casi cualquiera que pueda costearse una conexión a internet.

    Te asomas a los muros de amigos y conocidos y te topas con cifras elevadas y desproporcionadas de amistades virtuales. Donde se disparan los números es entre los políticos de gama alta,  que compiten, a veces hasta fraudulentamente, por figurar dentro del top ten.


     Entre los de nivel inferior (consejeros, delegados territoriales, presidentes de las diputaciones,  alcaldes, concejales, presidentes de mancomunidades  y toda esa legión de aspirantes a serlo) pasa algo similar… Siendo suspicaz, y hasta un poquito mal pensado, tenemos que contemplar la posibilidad de que esos perfiles y su laborioso mantenimiento, en muchos casos sea realizado por asalariados de confianza. Es materialmente imposible gestionar, publicitar la gestión (fotos, prensa y entrevistas en tv), relacionarse con los administrados, llevar una vida familiar y personal ordenada, como para sacar tiempo extra para el chumineo extra de atender al halagador o pelotero, al curioso que demanda información o al que propone soluciones.

     Un servidor es más de facebook que de twiter. Tengo cuenta de la segunda pero no me adapto a las estrecheces, soy de los que me gusta enrollarme. Entre mis 457 amistades virtuales hay muy pocos políticos (los justos y necesarios), de esos que comparten la obsesión por publicitar las bonanzas y excelencias de sus respectivos partidos.


     Cuando la manipulación o contradicción en relación con los temas abordados es descarada, soy incapaz de controlarme y salto al ruedo con mis argumentos, críticos muchas veces, y mi predisposición al dialogo y al debate. Aquí es cuando se complica la cosa.

     Como la política actual se rige por principios de clientelismo y seguidismo, quienes tienen expectativas de promoción interna rehúyen la sana y democrática confrontación de ideas. Me invitan a hacerlo en privado, que es menos comprometedor de cara al escaparate. Ya me he llevado varios disgustillos que luego me crean problemas de conciencia. El paso del tiempo todo lo cura y hasta se recuperan las amistades como me ocurrido recientemente con “El Pena”. Se ve que no escarmiento, pero yo “don erre que erre” o “yo sigo” como FelipitoTacatún.

     Esas mis  interferencias villanas suelen venir acompañadas de todo un amplio surtido de descalificativos lanzados contra un humilde servidor: contrarrevolucionario, frívolo, intolerante, prepotente, desideologizado, viva la vida  y hasta neofascista, como lo han hecho muy recientemente.


REPUBLICANOS


   Me sitúo entre aquellos que apuestan por la recuperación de la Republica como forma de Estado. Los Borbones a lo largo de la historia han sido unos ineptos privilegiados que no han sabido hacer nada mejor que vivir del cuento. Quedan por despejar numerosas incógnitas en torno al papel de Juan Carlos I en el famoso 23-F, ese que le sirvió para mostrarse ante el mundo como paladín de la libertad.

   Creo en un presidente de la III Republica Española deberia ser una persona en la que prevalezca la sencillez y humildad, además de la inteligencia. Que sea capaz de prescindir de fastos y boato lesivos siempre para el bolsillo del contribuyente y tan escandalosos en estos tiempos de crisis. Todo lo que no se ajuste a ese modelo creo que vendría a ser más de lo mismo.

    No debemos de olvidar que si su elección, como es lógico, se rige por el principio democrático, dependiendo de las coyunturas políticas y sociales  hasta pudiera darse el caso de que la persona idónea propuesta para ostentar la máxima representación del Estado fuese el lumbreras de José María Aznar o su señora, por aquello de la igualdad de género (relaxing cup of café en el palacio presidencial). Desde mi particular punto de vista el modelo republicano es una aspiración a la que no hay que renunciar,  pero sin obsesionarse ni gastar demasiadas energías en un momento en el que las prioridades de transformación parecen ir por otro lado. Si tiene que advenir, advendrá, pero cuando la democrática voluntad popular así lo determine.


DEMÓCRATAS


   El demócrata es aquel individuo/a que se muestra partidario/a de la democracia como sistema de organización de la sociedad.

    Para no aburrirles con definiciones teóricas y doctrinales, nos limitaremos a sacarle algunas desvergüenzas e imperfecciones al sistema de la democracia participativa,  esa que tanto se parapeta en la voluntad popular para justificarse. Por lo pronto, de democracia interna, de esa de la que tanto se presume ahora  en el seno de los diferentes partidos del arco político nacional, regular tirando a mal. Ésta no suele ir más allá de una simple representación teatral. Aunque algo está cambiando desde que se ha empezado a usar las redes sociales como herramientas dinamizadoras y aglutinadoras.


¡AY DEMOCRACIA!



CONTRACORRIENTES Y DESAFECTOS

    Aquí prescindo de reflexiones personales tomando prestadas aquellas otras salidas de las privilegiadas mentes de desafectos rebeldes, por regla general  humildes campesinos, pertenecientes a la comarcal sindicalista de Castro del Río y sus contornos, históricamente afecta a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y a los postulados libertarios.

    Son tres artículos publicados en la prensa de sus ideas que coinciden en la desconfianza y en los que brotan las primeras críticas hacia esos marxistas (socialistas) y republicanos de la izquierda burguesa que cogieron las riendas del poder durante los primeros compases del la II República.



    El primero, escrito incluso antes del advenimiento de la República aunque publicado después, está firmado por el castreño Rafael Villegas López:



    No votéis. Si votáis a los burgueses apoyareis a quienes os reducen al hambre y os mostrareis dignos de la fuerza que os oprime.

    Si votáis por los trabajadores os prepararéis nuevos patronos sacados de vuestro propio seno y demostrareis que no servimos para librarnos de la opresión, sino para caer entre nuevas cadenas. El voto,  además, prepara los gobernantes del mañana; no puede servir más que para perpetuar las condiciones y la inercia del presente.

    Si queréis la libertad debéis de apoderaros de ella.

    Las pocas libertades que tenemos, los pocos progresos realizados han sido conquistados por el pueblo debido al miedo que han sabido inspirar a los gobernantes y se pierden cuando el pueblo deja de ser su celoso custodio, confiándose para su defensa en la obra de los llamados representantes suyos.

    Ningún socialista al parlamento. Quien quiera combatir para el pueblo, que esté en medio del pueblo. Votando se refuerza el prejuicio autoritario, retarda la evolución en el sentido ácrata, se perpetua en las masas la mentira de la necesidad de las leyes, se afirma en el corazón de los hombres la confianza en los jefes, se forjan nuevos instrumentos de opresión y se preparan nuevos tiranos.



    Siguiendo el orden cronológico, divulgaremos un segundo artículo del que es autor un anónimo cenetista de la villa de Espejo (Córdoba). Está fechado a finales de agosto de 1936, cuando la represión gubernamental, tras los primeros envites huelguísticos, ya se había puesto en marcha:


    No es posible llamarse a silencio ante hecho tan injusto, como el que cometen los gobiernos con los sindicatos afectos a la CNT. Es de lamentar, que encontrándonos reunidos en nuestro Sindicato, celebrando asamblea para tomar acuerdos para estudiar de qué forma armoniosa se podría repartir el trabajo que se está dando en este pueblo entre los compañeros que llevan más tiempo en paro forzoso, o más necesitados se encuentren; se personara en nuestro local la guardia civil y un sargento  dando órdenes de que lo desalojásemos. Todo quedo suspendido y tuvimos que abandonar la casa.

    Después efectuaron un minucioso registro en los libros de actas, quedando el sindicato clausurado y precintado.

    Más vale que se preocuparan de clausurar las iglesias, que es donde se están fraguando los complots monárquicos.

    Pueden los Gobiernos tomar todas las medidas coercitivas que quieran y aplicar todas las sanciones que gusten.

    ¡Vano empeño el de querer destruir la obra que está hecha con sangre de trabajadores!

     Los Sindicatos los podrán cerrar, pero nuestra voz no dejará de gritar: ¡Viva la CNT! 



    

El responsable de este tercer y último escrito desafecto es el maestro de la escuela racionalista del Centro Instructivo de Obreros de Castro del Río (Córdoba), Bartolomé Montilla Ruz, responsable junto a José Dios Criado y otros, de reactivar el sindicalismo en la comarca, tras los difíciles años de la Dictadura de Primo de Rivera.


    Ya es tiempo, queridos compañeros, de que no creamos en Mesías redentores, puesto que ni la República, ni las Constituyentes, ni este gobierno, como los otros, pueden tener el mayor interés en dar solución satisfactoria a aquel mínimum de necesidades que siente el pueblo trabajador. Los que tanto prometieron en tiempo de elecciones, una vez cogida el acta ya no se acuerdan de sus promesas.

    Nosotros, los campesinos, con la solidaridad de los demás trabajadores, impondremos una solución radical y definitiva y declararemos el municipio libre, como dice Urales. Así habremos dado un paso gigantesco en el camino del progreso.

    El cuadro de dolor, de miseria, de hambre y desesperación que azota nuestros hogares, justifica todos nuestros movimientos. La causa mayor de que en la actualidad haya tantos obreros en paro forzoso, por lo menos en esta comarca, que la conozco bien, la motivan los propietarios con su ruin espíritu de venganza, que, dejando operaciones en el campo por hacer, a medida que termina la recolección despiden a todo el personal, a excepción de aquellos obreros que le son muy necesarios para la cuida del ganado. Y las autoridades toleran tan infame provocación. Es más, los amparan, clausurando todos los sindicatos y metiendo en la cárcel a sus mejores militantes.

    ¡Y tu, pueblo hambriento, turba miserable, hijos irresponsables de esta sociedad inhumana, burlados siempre, escarnecidos por todos! ¡Fuera paciencia! No mas días sin pan; no más incertidumbre que al levantarse por la mañana no sepas cuando podrás desayunarte, mientras que los poderosos, que amasaron sus fortunas robando lo que tú has producido, pasean su hartazgo como una tentación, como un insulto y un escarnio.




    Las denuncias de Bartolomé Montilla o las del anónimo espejeño, que aluden a represiones desproporcionadas se ajustan a la realidad histórica. Sucesos como los ocurridos en Sevilla en el mes de julio donde soldados de artillería rodearon y finalmente bombardearon y echaron abajo Casa Cornelio, con el argumento de que en ella se estaba fraguando un complot anarcosindicalista contra la República;  o las detenciones y clausuras practicadas de manera arbitraria en Córdoba entre quienes secundaron un movimiento huelguístico en protesta por  el progresivo aumento del número de trabajadores afectados por el paro forzoso, se pueden consultar en los libros de historia.

Emilio Sebastián González: “Un diputado efímero en las últimas Cortes de la Restauración”. Las elecciones a Diputados a Cortes por el distrito de Martos del año 1923.

    Había venido al mundo el 19 de febrero de 1880 en Villafranca del Cid (Castellón) al igual que su hermano Cesar. Eran hijos de un profesional de la medicina de ideas republicanas llamado Sixto Sebastián y Ortiz.

    Pronto se traslada la familia al completo hasta la villa de Porcuna de la provincia de Jaén, donde Don Sixto ejercerá como médico hasta su muerte.

    Ambos pudieron cursar estudios universitarios en Madrid. Mientras que Cesar optaba por la Facultad de Medicina, nuestro protagonista lo hacía  por la Farmacia.

     Cesar, algo más pequeño, ingresará en el ejército para dedicarse a la Sanidad Militar. Emilio, al acabar con brillante expediente sus estudios en la Facultad de Ciencias regresa a Porcuna donde se instala al poco tiempo con farmacia en propiedad (Calle Colón).

    Tentado desde un principio por las ideas republicanas heredadas de su padre concurre a las elecciones a diputados provinciales del año 1907 resultando  elegido por el distrito de Martos. En ese mismo proceso resulta elegido también por las filas del partido conservador, otro porcunense,  Ricardo Dacosta Ortega.

    Las huestes republicanas de la provincia celebraron los buenos resultados obtenidos en aquel proceso con un mitin de propaganda en Linares:




   “Aprovechando la estancia en Linares de nuestros amigos y correligionarios D. Adriano Moreno, D. Emilio Sebastián, diputado provincial por Martos, D. Antonio Cuesta representante de la Carolina, D. Alfonso Gámez y D. Pedro Aguilar de Bailen, se efectuó un mitin de propaganda en el Casino Republicano, poco después de verificado el escrutinio general de las elecciones provinciales por aquel distrito.

  Un numeroso público llenaba por completo los pasillos y salón, atraído por la justísima fama que como orador elocuentísimo de la que  goza nuestro correligionario D. Adriano Moreno.

   Constituida !a Mesa, cede la presidencia nuestro querido amigo D. Martín Merino al consecuente y batallador republicano.

   Hablaron en términos y párrafos grandilocuentes, los Sres. Sebastián, Anguita, Berenguer, Cuesta, Gámez y Aguilar, que se extendieron

en consideraciones verdaderamente sinceras hacia la Unión Republicana”.


(El País de 18 de marzo de 1907)


     Las últimas noticias sobre su militancia republicana se remontan a finales del año 1909. Varias cabeceras de prensa anunciaban para el mes de enero de 1910 una visita de propaganda del periodista y diputado a Cortes por Valencia, Rodrigo Soriano, a la provincia de Jaén.

    Una de sus proyectadas escalas eran las poblaciones pertenecientes al distrito de Martos, por su particular empeño de acabar con su odioso caciquismo. Se anuncia una conferencia en el nuevo Círculo Republicano de la ciudad de la Peña, y “deteniéndose en Porcuna al lado de su entusiasta correligionario D. Emilio Sebastián, con el que visitara Higuera de Calatrava, Santiago de Calatrava y otros pueblos”.


Rodrigo Soriano
     Rodrigo Soriano en aquel momento era uno de los más caracterizados defensores del bloque, o concentración revolucionaria republicano-socialista, que terminaría cuajando para las elecciones a diputados a cortes de mayo de 1910. Éstas permitieron al líder del partido socialista obrero, Pablo Iglesias, sentarse por primera vez en el hemiciclo de las Cortes españolas.

     Desconocemos si el anunciado viaje del diputado valenciano llegó a realizarse o no.

    Tuvo que ser a lo largo de ese año de 1910 cuando el farmacéutico Emilio Sebastián González abandona el republicanismo político para ingresar en las filas del Partido Liberal. A finales de año su vida se rige ya por actitudes burguesas. Se aficiona  a la caza y participa en una montería por parajes de Sierra Morena al lado del Marqués del Mérito, Conde de Hornachuelos, don Florentino Sotomayor y su gran amigo y correligionario el loperano Bartolomé Valenzuela, entre otras fortunas.

    En 1912 concurre como candidato a la Alcaldía de la ciudad de Porcuna a la que consigue acceder y ostentar por espacio de dos años (1912-1913). 


  

    De este corto periodo al frente de la máxima responsabilidad local  ha pasado a la historia la popular frase “Don Emilio que haiga toros”, que el pueblo entonaba al unísono para que se quebrantara la nueva legislación que prohibía la celebración de las típicas capeas durante las fiestas. Amparado siempre por esas insistentes peticiones populares terminaba accediendo. 
   Por lo visto le sobraba tiempo para atender su afición por lo cinegético, especialmente en la modalidad de la caza de liebres con galgo. En enero de 1917 concurre a la Copa La Ina en Jerez de la Frontera con una perra llamada Rázaga, que quedó eliminada a las primeras de cambio: 




    Los numerosos aficionados locales a los galgos (propietarios de jacas recortadas), así como los de las poblaciones de alrededor (destaca el loperano Bartolomé Valenzuela) crean a finales de la segunda década del siglo XX el famoso coto El Lebrel ubicado en terrenos del cortijo de Casasola, propiedad del rico propietario Pedro Funes Pineda, actuando siempre como secretario don Emilio Sebastián.




   En esta foto, datada sobre 1919-20, y sobre cuya ubicación mantenemos alguna duda (Casasola o San Pantaleón)  el tercero por la izquierda creemos que pudiera tratarse de Don Emilio. Lástima que no dispongamos de otra muestra gráfica de mejor calidad a la mostrada en la cabecera para ratificarlo.

    Adquieren cierto prestigio las cacerías de El Lebrel por la fecha de su celebración (noviembre), ya que servían a los galgueros para preparar,  probar y seleccionar a los perros que luego concurrían en enero a la prestigiosa cita jerezana.

    La vida de este coto se extiende hasta la proclamación de la II República. Las últimas noticias de su actividad son de la temporada de 1930:


Temporada de 1927

    Después de aquel efímero paso por la Alcaldía de Porcuna volvió a la Diputación Provincial, alcanzando la Vicepresidencia durante los años 1918-1919. Por estas fechas ya se hallaba encuadrado políticamente dentro de la familia política del liberalismo encabezada por don Niceto Alcalá Zamora (Nicetistas) . Para los comicios de 1918 se llegó incluso a barajar su nombre como posible candidato por San Sebastián.

Una extraña y documentada campaña electoral para 1923 

    En plena crisis de la Restauración es presentado como candidato a diputado en las elecciones a celebrar el 29 de abril de 1923. Tendrá que ganarse el acta en dura pugna con el conservador don Manuel Ruiz Córdoba (el acaudalado Manolito Ruiz) que la había ostentado y disfrurado desde 1919.
     El resultado final (ganadas por estrecho margen) va a depender en gran parte de la actitud adoptada por las agrupaciones socialistas, sectores obreristas y republicanos del distrito.

    El partido socialista obrero no atravesaba su mejor momento. Después de aquellos años de efervescencia del trienio en los que el candidato socialista Ramón Lamonedaestuvo a punto de hacerse con el acta de diputado por Martos (junio de 1919), el socialismo comarcal y provincial entró en un nuevo periodo de crisis que se agudiza con la fractura que se produce en el  III Congreso Extraordinario del PSOE (abril de 1921), entre los partidarios de adherirse a la III Internacional y los que no.

    Agrupaciones fuertes dentro del distrito de Martos, como Torredonjimeno, optan por la nueva vía. El nombre de Francisco Villar, el antiguo y carismático líder de la agrupación local, aparece entre los firmantes del manifiesto secundado por todos aquellos delegados partidarios de la Internacional comunista.




    La Agrupación Socialista de Porcuna y su filial sindical “Paz y Libertad” se mantuvieron fieles a la línea oficial, aunque menguado considerablemente en cuanto a número se asociados. 

    Sera precisamente uno de sus principales valores, Manuel Biedma Quero “La Lata”, cuyos artículos de opinión solían ver la luz en El Socialista con relativa asiduidad, quien en un suelto titulado “Maniobra indigna” (A los trabajadores de Martos) publicado en el mes de enero de 1923, pone en entredicho la honorabilidad de Pedro Álvarez, el líder de los socialistas marteños:



    “Conocida es de la mayoría de vosotros la reunión celebrada en esa Casa del Pueblo por los elementos socialistas del distrito con el sólo fin de designar nuestro candidato para las próximas elecciones.

   En dicha reunión fuimos engañados todos, y principalmente vosotros que fuisteis convocados para presenciar la venta del Judas que os ha vendido.

    Ya visteis con que despotismo fuimos tratados los pocos camaradas que quisisteis volver por la dignidad de la clase trabajadora

    Los elementos obreros de los pueblos que constituyen este desgraciado distrito fuimos engañados, y no porque no conociésemos al sujeto que nos citó, sino porque en la citación tuvo el cinismo de hacer uso del sello de la Agrupación, que no existe, y como para todo hombre que pertenezca a una sociedad  o agrupación el sello de una entidad así es un documento oficial, una garantía y por eso acudimos a la citación.

    Mas, después de todo, el engaño puede darse por bien empleado, porque así tuvimos el gusto de descubrir la farsa y tirar por tierra el castillo de naipes que tan torpemente habían levantado.

    Compañeros de Martos: Ha llegado la hora de que despertéis del letargo en que se os ha sumido y arrojéis la carroña que hay entre vosotros. Pensad que los farsantes no tienen derecho a convivir con las personas decentes, y que en esa noche memorable pudo repetirse en vuestra Casa del Pueblo el hecho lamentable de la Casa del Pueblo de Madrid. Al ser recusado por mi modesta intervención, pero hecha con todas las fuerzas de mi alma, el candidato burgués que nos brindaba el señor Álvarez.

    Preciso es que sepáis todos los trabajadores de Martos lo que nos contaron personas que nos merecen  entero crédito por su honradez y perseverante actuación, y que es esto:

    El candidato reformista preguntó ¿Qué le hace falta a la Casa del Pueblo? Y le contestaron obra. Esto quiere decir que aquí a unos y a otros lo que les hace falta es dinero.

    Esto no lo debéis tolerar, es preciso, imprescindible que vayáis echando a patadas de vuestro lado, a los farsantes, a los que se ofrecen al mejor postor, a quienes prostituyen las ideas.

    Aquí lo que nos hace falta es un hombre con solvencia moral, afiliado a un partido obrero. Para que nos represente en las Cortes. Y si vuestra Casa del Pueblo esta falta de obra, sois vosotros, los trabajadores, los obligados a hacerla y no ellos los burgueses”.



    Sobre el presunto comprador de voluntades ajenas se barajaron dos nombres. Primero el de un jiennense, Catedrático de Derecho Civil de la Universidad de Granada, llamado Gabriel Bonilla Marín, amigo y compañero del socialista Fernando de los Ríos, adscrito a la corriente o partido reformistaliderada por Melquiades Álvarez. Más tarde se menciona al Eduardo Fernández del Pozo de la misma familia.

    En un artículo firmado por Wenceslao Carrillo en El Socialista se elogia la valiente denuncia que había partido de la Agrupación Socialista de Porcuna, que motivó su desplazamiento ex profeso hasta Martos por encargo de la UGT:

    “Conocimos a un líder de la organización de campesinos que nos produjo un efecto desastroso. La afectación con que se expresaba, su aire de suficiencia, el yo que a cada palabra se escapaba de sus labios y la falta de sinceridad en todos sus actos, nos hizo adquirir la convicción de que estábamos ante el hombre que había redactado una carta dirigida a la Agrupación Socialista de Porcuna proponiendo designar a Fernández del Pozo como candidato, aduciendo argumentos que avergonzarían a cualquiera que no fuera el autor de la citada carta”.


    Wenceslao Carrillo seguirá arremetiendo contra las inmoralidades del marteño Pedro Álvarez, con una carta denuncia que le llega a través de los compañeros de la Carrasca de Martos y otros artículos: 

    ¿Cómo se atreve Pedro Álvarez a defender una candidatura reformista, llamándose socialista y luchador incasable?


    Finalmente no concurren los reformistas. Serán el ex diputado conservador Manuel Ruiz Córdoba, el nicetista Emilio Sebastián González y el socialista Andrés Ovejeroquienes serán proclamados candidatos oficialmente y quienes se disputen el voto.

    El Partido Conservador parece que no encajó demasiado bien la competencia desde un principio. Su líder provincial, el ex diputado señor Prado y Palacio, escribía en las páginas de La Regeneración, su órgano oficial, un artículo titulado “Nuestro deber” donde se lamenta de que el gobierno liberal no le guarde las consideraciones, que según él, se merece. Niega importancia a la fracción de Alcalá Zamora y a la de los reformistas. Se lamenta de que el Gobierno esté atropellando a sus amigos de Martos y de La Puerta, nombrando alcaldes de real orden y que el juez de Orcera haya amenazado a los conservadores con procesarlos si no dejan las varas.



Andrés Ovejero
    La comparecencia final como candidato socialista de Andrés Ovejero, que también lo hacía por el distrito de Linares, es puramente simbólica y testimonial. No existían expectativas algunas de éxito. La única población importante del distrito de Martos que llego a visitar fue Porcuna, bastante antes incluso de iniciarse la campaña, el 18 de marzo:


    “Recibido en la estación de Villa del Río por una comisión. A su llegada a Porcuna toda la Agrupación y bastantes simpatizantes le hicieron un gran recibimiento en las afueras de la población, dirigiéndose todos a la Casa del Pueblo, de la que el compañero ovejero hizo gran elogio.

    A las nueve de la noche se celebró un mitin de propaganda electoral, el cual estuvo tan concurridísimo que, a pesar de lo amplio del local, resulto insuficiente, quedando la mitad del pueblo disgustadísimo por no haber podido escuchar al compañero Ovejero.

    Su disertación fue tan acertada y tan elocuente, que cautivó por completo a los oyentes, subyugando totalmente su atención.

    Hizo historia de la desastrosa actuación de los políticos monárquicos, culpables del actual desbarajuste económico y del desastre marroquí.

    Al final fue delirantemente aplaudido por la multitud. Era su propósito regresar a Madrid el día 19, pero a requerimiento de una Comisión del Círculo de Artesanos, accedió a dar una conferencia en sus amplios salones, también insuficientes.

    Al presentarse en el escenario, una nutrida salva de aplausos acogió al querido y elocuente maestro. Hecho el silencio, diserto sobre el valor universitario y la importancia de la instrucción primaria- Cariñosas ovaciones. El presidente del Círculo de Artesanos, contrincante suyo en la próxima contienda electoral, uniéndose al entusiasmo de todos, no vaciló en darle un abrazo fraternal.

    El triunfo del compañero es seguro. Dentro de unos días irá a Martos y Torredonjimeno, no habiéndolo hecho ahora por no disponer de tiempo.

A saludar al maestro han venido a Porcuna comisiones de Santiago de Calatrava, la Higuera y Lopera, llevándose gran esperanza en su triunfo.


(De la crónica remitida por Manuel Biedma a El Socialista)


Fachada actual de La Pildora (C.A.C)
    El referido Círculo de Artesanos no es otro que el viejo casino de La Píldora, cuya presidencia ostentaba justamente el candidato nicetista o liberal independiente don Emilio Sebastián González. Algo de anómalo o sospechoso tiene esa deferencia por parte de los socialistas, que analizaremos más tarde.

    La postura oficialista del P.S.O.E. y el análisis del panorama electoral los resume de manera magistral (desde su particular óptica) Manuel Biedma en un nuevo artículo, que titula ¡Despierta Pueblo!


    “Son tantas y descabelladas las cosas que se dicen de este pobre pueblo respecto a os aspirantes a representar en Cortes este distrito, que yo, un modestísimo obrero, me voy a permitir comentar y refutar todas esas habladurías.

    Se dice, por parte de los conservadores, que el único candidato que llena por completo las aspiraciones de ricos y pobres es el señor Ruiz Córdoba, porque en las dos veces que ha representado al distrito ha mostrado por él un interés grande.


Don Manolito Ruiz de montería en El Ronquillo (Sierra de Córdoba)
    No lo dudamos; pero ese interés sólo lo ha mostrado para defender los privilegios de la clase capitalista. En cuanto a los trabajadores, sólo ha mostrado para ellos un afán grandísimo en qué se les redujera sus míseros jornales, y que esto es cierto lo demuestra, entre otras cosas, su asistencia a las reuniones patronales, como aquella famosa de los olivareros, celebrada para encarecer el aceite y bajar los salarios; lo demuestra, además, su actuación en cuantos conflictos se han suscitado en el distrito entre el capital y el trabajo, en los que nunca se ha ofrecido, ni aún siquiera para servir de árbitro, pero si ha estado diligente para acudir al despacho del gobernador y reforzar con su influencia la petición de los alcaldes  demandando fuera armada para atropellar a los obreros, reducirles a la miseria y restablecer el “orden” burgués, siempre a costa del pan de los hijos de los obreros del distrito, d los mismos obreros a los que ahora se pretende por sus verdugos que voten al mismo señor que tanto contribuyó con su influencia a que la fuerza ahogara conflictos que sólo la razón podía hacerlo. ¡Qué cínicos son estos caciques!

   Los liberales trabajan en favor de su candidato, en el cual, salvando la honorabilidad personal del paisano, no encontramos diferencia alguna con su contrincante, pues debéis suponer que cuando, movidos por la necesidad y por el amor paternal, os lancéis a hacer peticiones de jornal y de trabajo, observará este señor la misma conducta que ha observado en el pasado.


    La ocasión se os presenta votando en las próximas elecciones al candidato socialista, candidato del pueblo, candidato de un Partido que desde el primer día protestó contra la guerra de Marruecos, contra el despilfarro de vidas y millones que en ella se hacía.

    Al votar a un candidato burgués lo hacéis para que continúe el despilfarro de la Hacienda Pública, porque vuestros hijos sigan siendo enviados al matadero africano; votáis también porque siga habiendo tierras yermas mientras los jornaleros y su hijos mueren de hambre; votáis para que se enriquezcan a costa de vuestro sudor de aceituneros acaparadores y toda clase de parásitos.

    Triunfando el candidato socialista tendréis un compañero de trabajo en el Parlamento, que será el portavoz de vuestras aspiraciones, que expondrá en él vuestras miserias y dolores, e impedirá seáis atropellados impunemente por caciques sin conciencia.

    Considerad, trabajadores, que el pueblo español en estos momentos es un pobre ciego que va guiado por un lazarillo malvado, el cual le lleva por malos caminos para que se despeñe. Para que esto no ocurra unámonos todos y llevemos al parlamento hombres honrados, diputados socialistas”.


(El Socialista de 3 de marzo de 1923)

    Desconocemos hasta que puntos estos sinceros y consecuentes consejos de Manuel Biedma fueron secundados. No hemos sido capaces de dar con la fuente que nos permita el verdadero apoyo electoral de los socialistas de Porcuna y del distrito hacía su candidato, que de hecho después de aquella visita aislada de pre campaña a Porcuna, con doble sesión de conferencias (Casa del Pueblo y Casino de La Píldora), no volvió a asomar el pelo ni por Porcuna ni por ningún otro pueblo del distrito. Aquel abrazo fraternal de Ovejero a Don Emilio, se contradice bastante con los postulados expuestos por Biedma.

   Antes de entrar en los datos sobre la elección de Don Emilio, en reñida pugna con Ruiz Córdoba, nos detendremos en una valiosa documentación electoral relacionada con aquellos comicios. Son un total de 5 manifiestos tirados por imprenta y repartidos mano a mano durante los dias previos a la cita con las urnas  y que podemos encontrar en la web deporcuna.com, gracias, una vez más, a la generosidad y desvelos de un profesional de la medicina , paisano y amigo, llamado Alberto R. de A, genuino enamorado de la historia y costumbres de su pueblo.

    Aparece un primer manifiesto «A los electores del distrito» tirado en la Imprenta Garrido de Martos, con fecha de 19 de abril y firmado por un total de 6 personas en nombre de la Casa del Pueblo. Sus nombres son Pedro Álvarez, Antonio Morales López, José Ruiz Pérez, José Chamorro Santos y José Garrido Espejo. Aquellas acusaciones contra Álvarez de tomar dinero a cambio de apoyo electoral siembran la duda sobre este nuevo puntual apoyo al candidato nicetista.

    El apoyo del partido republicano a don Emilio Sebastián, se recogió en otra hoja suelta que reproduce un discurso pronunciado por el concejal republicano de Porcuna, José Rafael Juárez: “En Martos de palabra y en Porcuna por escrito”


    Para Don Emilio es también el favor de un desconocido obrero agricultor que firma como Francisco Rosell Pérez: “Al Pueblo” (pudiera tratarse de un destacado integrante de la junta directiva de ese denominado Circulo de Artesanos – La Pildora, que don Emilio presidía).

    El lote lo completa la hoja suelta tirada por la Imprenta El Sol de Porcuna titulada “A mi Pueblo” firmada por el propio Emilio Sebastián, y, por último, la correspondiente al jefe local del partido conservador, ex alcalde, ex diputado provincial y ex Gobernador Civil de Lérida, Salamanca y Badajoz, don Ricardo Dacosta Ortega: “A los electores de Porcuna”.



    Las elecciones se celebraron con aparente normalidad el domingo 29 de abril. El candidato demócrata independiente (Nicetista) don Emilio Sebastián se impuso por un estrecho margen al conservador Ruiz Córdoba que concurría encabezando la candidatura de la Unión Monárquica, extraña amalgama de conservadores y liberales romanonistas. Estos últimos estaban liderados a nivel provincial por el abogado y ex ministro de Instrucción Pública, Joaquín Ruiz Jiménez (por entonces Alcalde de Madrid).

   Es otra vez,  Manuel Biedma quien nos despeja y analiza los entresijos políticos de este singular enfrentamiento entre los liberales. Se hace eco de unas declaraciones del Conde de Romanones publicadas en el diario jiennense El Pueblo Católico;

    “El comentario mejor sobre la actitud del señor Alcalá Zamora es el silencio, porque entiende que las cosas que ocurren entre las cabilas de aquí tiene mejor arreglo que las que suceden entre las cabilas de Marruecos”.

    Dice al respecto Biedma, con su buena dosis de ironía y gracejo:

   Tiene razón el señor conde en su razonamiento, pero hemos de decirle, como moro notable que ha sido en esta contienda, mejor dicho en este desastre, en este Annual, que su jarka no ha salido nada airosa de la lucha, protegiendo al partido conservador y sacrificando para ello todas las esencias liberales de que blasona estar en posesión.
   Estas cosas ocurren para que los trabajadores aprendamos. Hemos visto desfilar por la plaza pública, poniéndose como guiñapos a hombres afines en política, como don Virgilio Anguita, diciendo que don Emilio Sebastián representa el desorden y la anarquía.
    ¡Aprende, pueblo trabajador, lucha por ti y no por tus verdugos!

                                                                                      Manuel Biedma
                                                                                           Porcuna
    
    Llama la atención la participación directa en la campaña del famoso y poco querido y considerado en Porcuna, el ex diputado por el distrito Virgilio Anguita. Recuerden como durante la campaña a las elecciones a diputados del año 1918 tuvo  que soportar estoicamente las acusaciones del candidato de la coalición republicano-socialista, el periodista Augusto Vivero, de no asomar la cabeza por Porcuna durante las sucesivas campañas que le reportaban el acta.    
    De la advertencia final de las palabras de Biedma parece desprenderse que los socialistas de Porcuna, exceptuando quizá algunos mas consecuentes, en su mayoría terminaron introduciendo en la urna la papeleta del candidato liberal independiente, su paisano, el farmaceútico don Emilio Sebastián.
    De hecho, parece que éste llegó a corresponder a esos apoyos. Atiende la invitación de la comisión organizadora encargada de planificar un ciclo de conferencias a celebrarse en la Casa del Pueblo de Porcuna:


El Socialista (junio de 1923)
    Motivos de fuerza mayor impedirían aquel ciclo de conferencias y el rodaje como Diputado de nuestro paisano. El 13 de septiembre de 1923 el Capitán General Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado contra Gobierno de España elegido legalmente y  exigiendo que el poder pasase a manos militares.


    El 8 de mayo había causado alta en el Congreso de los Diputados. El 24 de ese mismo mes se procedió a la apertura solemne de las nuevas Cortes, que no tuvieron vacaciones ante la urgente necesidad de abordar numerosos problemas que arrastraba el país. Permanecieron abiertas hasta la militarada de Primo de Rivera que contó con la aquiescencia de Alfonso XIII, y que, de camino, ponía fin al caduco sistema político de la Restauración. Habria que rastrear entre las actas de sesiones del Congreso para conocerr si llegó a tener participación activa en pro de los intereses del distrito por el que había resultado elegido. Creemos que no le dio tiempo.  Fueron cuatro meses durante los que tuvo acceso a los sillones del hemiciclo.

    Durante los años de la Dictadura permanece en Porcuna al frente de su farmacia. Por su experiencia política es requerido alguna que otra vez por las autoridades locales. Formó parte de la comisión encargada de estudiar la viabilidad de un nuevo proyecto de ferrocarril en el año 1927. Su presencia era obligada en cuanto acontecimiento de cierto relieve tuviese lugar en Porcuna. Se centra durante esta época en su histórica afición por los galgos. 

Detalle foto de grupo de 1929

    Apreciamos cierto vacío sobre su posterior trayectoria durante la II Republica, Guerra Civil y postguerra. No conocemos tampoco el año exacto de de su fallecimiento. Demandamos la colaboración de quien pueda ayudarnos a completar su biografía, así como de quien pueda aportarnos alguna foto, con mejor calidad y resolución que esas otras que hemos podido obtener.

Nuevos aportes documentales sabre las Misiones Pedagógicas en la provincia de Jaén (1935-1936).

    El Patronato de Misiones Pedagógicas fue creado por decreto de 29 de mayo de 1931 del gobierno provisional de la II Republica, estando al frente de la cartera ministerial de Instrucción Pública y Bellas Artes el republicano catalán Marcelino Domingo. Después de varios meses de organización y  programación se ponía en marcha a finales de ese mismo año 1931 y principios de 1932.

     El encargo que el Ministerio confiaba al Patronato aparece declarado en el preámbulo de aquella disposición: “Se trata de llevar a las gentes, con preferencia a las que habitan en localidades rurales, el aliento del progreso y los medios de participar en él, en sus estímulos morales y en los ejemplos de avance universal, de modo que los pueblos todos de España, aun los apartados, participen de las ventajas y goces nobles reservados hoy a los centros urbanos”. Esta aspiración generosa señala de modo claro el alcance de un propósito que lo es fundamentalmente de justicia social, de relación cordial y estimuladora entre los hombres. Los medios recomendados por el decreto organizador fueron: bibliotecas, lecturas y conferencias, audiciones de música coral y de discos seleccionados, exposiciones circulantes de arte, cursos para maestros, proyecciones fijas y cinematográficas, etcétera. Con posterioridad se añaden otros servicios: el teatro ambulante y el guiñol.



    La provincia de Jaén, era una más de las muchas dejadas y abandonadas a efectos de educación y cultura. Especialmente afectadas por ese aislamiento, a paliar y corregir urgentemente, las poblaciones de la Sierra de Segura. 
    Poco debió de cambiar la situación desde que Luis Bello Trompeta publicará su “Viaje por las escuelas de España” (1926-1929) en relación a la realidad social y educativa que se encontró el gobierno provisional de la II República cuando se pone en marcha el Patronato de Misiones Pedagógicas.


Santiago de la Espada (Jaén)


   Arriba, a todo lo largo, una calle de jornaleros y menestrales, con casas bajas, de tapiería, de puerta y ventana. Y hay callejas de escalinatas por donde se trepa al barrio pobre. Mujeres de facciones bellas, de tipo moruno, diríase que aguardan no sé qué. Siempre nos parece que las mujeres de los pueblos, si son hermosas, esperan el desencantamiento. Pero en esa calle alta observe una extraña inquietud al paso de los señoritos. Esto es lo que me dio más confusa sensación de pueblo señorial. Vive en Santiago de la Espada una casta de gentes sumisas y dulces. Como en Segura de la Sierra. El ea, en vez del sí, es una fórmula de resignación más que de afirmación.

    Vamos a entrar a fondo en el corazón de Santiago de la Espada. De estos hombres que nos rodean saben leer diez por cada ciento. De entre las mujeres saben leer el 4 por ciento. Ese 92, 8 es la cifra máxima de analfabetismo en España. De 8.282 habitantes, según el censo de 1920, saben leer 590. Yo quise abrir información en cuanto me pude quitar el barro del camino, preguntando ante todo a los maestros; pero el único que había acababa de salir con licencia. Fui, en vista de este primer fracaso, a ver a las maestras. Encontré una; buena, voluntariosa; pero tenía yo que levantar mucho la voz para que me oyera. La escuela – ya se sabe – en el antiguo Pósito; grande y húmeda. Tenía de matrícula 37 niñas. Asistían casi todas. ¿Inteligencia? “Regular…como en todas partes…”. Esto, que parece un tópico de los maestros, aquí me sonaba a verdad; y a verdad interesante. “el material humano” de Santiago de la Espada es, no diré yo que como en todas partes, pero si como esa anchísima franja que viene del antiguo reino de Murcia, y por el de Jaén corre hasta la costa granadina.

    Había también una maestra particular, muy inteligente; y como institución supletoria, la miga: “la hermana Urbana”. ¡Terrible escuela, a puerta de calle, cuatro palmos de terreno; los niños a un lado, las niñas a otro, y la hermana, cojita, entreteniéndolos a todos, dulcemente, con gestos y llamada de pastor! Todo de pena. Quiero que lean algo. Deletrean los mayores. Trato de saber si entendieron. Nada. Cerrazón absoluta.

    Junto a la rectoral – me dicen – hay un chico muy listo, hijo del maestro de un cortijo, maestro de afición, claro está.

    Vamos a verle. Su escuela es cortijera también. Los muchachos van haciendo algo. Uno de aspecto tosco, pero no torpe, lee una página de Agricultura: “para el arrastre del arado se emplean mulas o bueyes. En América usan locomotoras de vapor”.

    ¿Qué es una locomotora?

    No lo saben, no han visto nunca locomotoras. Pero, señor, ¿Cómo van a ver locomotoras si no han visto carros?”. ¡Si, a Santiago de la Espada no llegan carros! Hubo un labrador rico , hace tiempo, tan caprichoso y novelero que hizo construir un carrito de ruedas y anduvo con él unos días por el camino de Zumeta, y por el de las Cuevas de Engarbo; pero se cansó y lo arrinconó o lo quemó. No podía ir más allá de dos kilómetros.


    Pese a la pujanza de la organización del Partido Socialista Obrero en la provincia y su peso en el gobierno de la República durante el primer bienio republicano (1931-1933), de las diferentes manifestaciones ofertadas tan sólo se benefició la provincia Jaén de la política de creación de bibliotecas:



    De las bibliotecas relacionadas, 21 fueron creadas durante el año 1932, 49 en 1933 y 16 durante el primer trimestre de 1934. Muchas no pasan de  simples lotes con destino a escuelas o sindicatos. La Biblioteca Pública Municipal de Porcuna, según Juan Vicens de la Llave (Inspector de Bibliotecas del Estado), que llegó a inspeccionarla en persona durante el mes de enero de 1934, era de las mejor dotadas y organizadas:


   “Hacía poco que habían recibido los libros. La inauguración habrá tenido lugar el 28 de enero (después de mi visita). El local es muy bueno, y bien amueblado y acondicionado y en el mejor sitio del pueblo. El ayuntamiento está lleno de fervor por la biblioteca. El alcalde es un hombre ejemplar, jornalero con 9 hijos que llega todo lo más a vivir y que sin embargo ha administrado el ayuntamiento con extraordinaria honradez. Es un entusiasta de la biblioteca. El bibliotecario es un excelente muchacho, obrero zapatero, pero ha aprendido a leer y hecho estudios en clases nocturnas que pagaba con lo que cobraba tocando en la banda municipal”.


Interior de la Biblioteca Publica Municipal de Porcuna (enero de 1934)
    Desde la llegada al poder del Partido Republicano Radical (Lerroux) que había virado hacia posicionamientos de centro derecha coaligado con la Coalición Española de Derecha Autónoma (CEDA) liderada por el abogado José María Gil Robles, el presupuesto destinado al Patronato de Misiones iría menguando paulatinamente. En los presupuestos para 1935 se recortan drásticamente las cantidades que tenían asignadas hasta entonces. 

    Durante el propio debate de presupuestos celebrado en el mes de junio del año 1935, una enmienda defendida por el diputado liberal demócrata asturiano, Manuel Pedregal, que solicitaba se mantuviese la partida del Patronato sería rechazada por la comisión parlamentaria creada al efecto: “Las misiones sólo sirven para que se diviertan algunos señoritos”.No faltaron quienes bautizaron a los voluntariosos misioneros como «titiriteros de la cultura». 

Pese a ello, desde las Inspecciones de Primera Enseñanza y las Universidades se siguen programando misiones.

    Las primeras noticias de auténticas Misiones Pedagógicas organizadas en la provincia de Jaén son del mes de junio de 1935 (entre el 19 y el 30) en la que un equipo dirigido por el geógrafo, inspector de Primera Enseñanza y delegado del patronato, Modesto Medina Bravo, recorre varias poblaciones de la Sierra de Segura, con especial dedicación a esa población de Santiago de la Espada con tan alto porcentaje de analfabetismo. Se corresponde con el modelo de Cine-Música.

    Sobre otra Misión que aparece sucintamente relacionada en la web de la Residencia de estudiantes – csic, hemos tenido la suerte de recuperar unos documentos de excepcional valor. Se trata de la desarrollada en Alcalá la Real, sus aldeas y cortijadas a finales de marzo de 1936, con el gobierno del Frente Popular instalado en el poder.

    Cuando quien guarda halla, quien custodia conserva y además si se tiene la suficiente generosidad para compartir, se permite y .
posibilita la recuperación de aspectos ocultos o desconocidos de nuestra historia reciente. Hemos tenido la suerte de disponer de la desinteresada colaboración del nieto de un maestro de escuela, natural de Porcuna, que participó en aquel periplo primaveral lúdico-pedagógico.

    Un recorte de prensa, de origen desconocido, unas fotografías y unas originales planillas manuscritas con la programación de cada una de las sesiones, nos van a permitir conocer el nombre de los misioneros, el de los maestros y maestras de las respectivas aldeas, las diferentes escalas realizadas, así como las poesías, cuentos, canciones populares, audiciones musicales, proyecciones didácticas y películas que llevaban entre su repertorio, 

Alcalá la Real


MISIONES PEDAGÓGICAS


    Continuamos nuestro itinerario misionero por la cortijada de Ribera Baja. El trayecto entre una y otra Ribera (Alta y Baja) lo hicimos en sendas caballerías por un camino pintoresco, llegando a las 2 de la tarde. Aun no nos habíamos terminado de sentar cuando se presentaron todos los chicos y chicas muy vestidos de limpio a darnos la bienvenida e inmediatamente se pusieron a jugar al corro cantando unas canciones preciosas. Este anejo es muy grande y lo riega el mismo río que ayer describíamos en nuestra crónica, de donde se derivan multitud de acequias que fertilizan sus campos.


Panorámica de la aldea de Ribera Alta (tomada por el equipo misionero)
    Después de comer (también tienen derecho los misioneros a la vida) comenzamos a preparar el tinglado en una escuelita preciosa y muy cuidada por manos de su maestra, doña María Escavias, todo arte y sentimiento.

Hospitalidad de Doña María Escavias (almuerzo rematado con café y licores)
    A las seis dimos principio a la primera sesión dedicada sólo a niños y niñas, haciendo la presentación y el saludo el jefe de la misión don Miguel Baena; después el señor Morente contó un precioso cuento que los peques oyeron con deleite y del que sacaron muchas y provechosas enseñanzas. Se leyeron poesías y romances, música regional explicada por el señor Garrido y dos películas, una instructiva y otra cómica, en la que estos angelitos, que no conocían el cine, disfrutaron lo indecible, exteriorizando su contento con sabrosos comentarios y una serie de interjecciones como ¡huy!, ¡huy!, con las que demostraban su placer, al ir oyendo las explicaciones que tan acertadamente les hacía el señor Ruiz Saura. Se terminó la misión con vivas a España, la República y Ribera Baja, que fueron unánimente contestados.
    Sin tiempo a penas para descansar, se dio comienzo a la sesión dedicada a los adultos que se vio concurridísima, más que nada por el afán tan desmedido que tienen por el cine y con el que estuvieron muy entusiasmados hasta el punto de pedir  se les proyectase más a pesar de lo intempestiva de la hora, ya que eran las una de la noche.

   Al día siguiente salimos en caballerías hacia la vecina cortijada de Santa Ana, que dista 8 kilómetros de la anterior, haciendo una misión mixta para chicos y grandes en un local muy amplio habilitado para cine y en el que resultó muy bien, no extrañándose tanto el personal de estos adelantos, por tenerlos muy cerca en el magnífico pueblo de Alcalá la Real. En cambio, constituyó un éxito las demostraciones que con el micrófono les hizo don Benito Palacios y en el que cantaron los pequeños algunas coplas y les dirigieron la palabra a sus compañeros entre la admiración de todos al reconocer sus vocecitas infantiles.

    Por no hacer más larga esta crónica, en la de mañana se darán noticias del acto celebrado en Fuente del Rey y en otros lugares que esta tarde misionaremos.



    Aparece firmado por M. y forma parte de una serie completa de crónicas publicadas, suponemos, en la prensa provincial, por desgracia perdida o inaccesible.


EQUIPO MISIONERO


    Como jefe de la misión figura Miguel Baena Rodríguez (1902-1966), un maestro y abogado natural de Fernán Núñez (Córdoba) que tras pasar por diferentes escuelas de su provincia de origen obtiene plaza en Madrid donde prepara y gana las oposiciones a Inspector de Primaria Enseñanza. Su primer destino, del que toma posesión para el curso 1935/36, es precisamente la provincia de Jaén. 

    El referido Sr. Saura o Ruiz Saura (Antonio Ruiz Saura) era un maestro murciano con destino en Lopera (Jaén) desde 1926. Era un hombre de contrastadas inquietudes sociales y culturales, ferviente republicano y cercano al PCE en lo político. Hemos localizado algún artículo firmado por él en 1933 abogando por el frente único.


Don Antonio Ruiz Saura con un alumno loperano (1934)
   

    Quienes conozcan o estén un poco familiarizados con la historia contemporánea de Porcuna habrán reconocido a don Benito Garrido Palacios (se comen el primer apellido en la crónica). Desde muy joven había tenido inquietudes literarias. Fue junto al incógnito ex socialista y periodista Manuel de Quero Morente y el también maestro Francisco A. Ruiz Ollero (FARO), los auténticos impulsores y principales redactores de la Revista Cultural Obulco (1914). A lo largo de su vida cultivo la poesía y solía remitir colaboraciones a numerosas cabeceras periodísticas de la provincia.

   El cuarto misionero, del que sólo conocemos su apellido (Sr. Morente), pudiera tratarse del querido y recordado maestro porcunense don Fernando Morente Quero, por aquellas fechas ejerciendo su docencia en la vecina población de Arjona (Jaén). Estoy casi seguro. Atesoraba experiencia y dominaba las tablas escénicas desde muy joven. Formó parte de cuantos grupos de teatro aficionado se conformaron en Porcuna entre las familias acomodadas cuyo concurso era obligatorio en cualquier función  de carácter benéfico. 

Véase Teatro, Beneficencia y Sociedad.

   Por lo tanto quienes aparecen en la fotografía ya mostrada de café y copa en casa de doña María Escavias, maestra de Ribera Alta, son de izquierda a derecha el Sr. Morente, don Antonio Ruiz Saura y don Benito Garrido. La instantánea debió de tomarla don Miguel Baena, jefe de la expedición.

CALENDARIO E ITINERARIO


  Nos serviremos de esas valiosísimas planillas manuscritas de puño y letra por Don Benito, puestas a nuestra disposición por su nieto Alberto Ruiz de Adana Garrido, habitual y generoso colaborador de esta página y otros compañeros o colectivos con los que compartimos intereses y afición por la historia local.

   La misión arranca el 24 de marzo de 1936 desde la pequeña población de Frailes:



CALENDARIO E ITINERARIO


      Valiosas e ingeniosas algunas anotaciones e impresiones anotadas a pie de página: ¡Ay! ¡Estos tíos lo que nos traen aquí! o aquella otra correspondiente a la aldea de Santa Ana: “Quieren que se vaya el maestro. Si no se van lo echan ellos”.
    El 25 nueva sesión ahora de mañana en Frailes, partiendo por la tarde hacia Ribera Alta donde debutan por la noche.



    Épica ascensión a pie a Ribera Alta con los bártulos a cuestas. La foto debió de tomarla Antonio Ruiz Saura lo que nos permite conocer al jefe de la misión e Inspecctor de Educación don Miguel Baena (primero a la derecha).
    El día 26 doble función en la cercana Ribera Baja, una primera infantil a primera hora de la tarde y otra para adultos a la noche.

Jornaleros andaluces asistiendo a las Misiones.
    El 27 a las 5 de la tarde sesiones mixtas en la cortijada de Santa Ana. Debían de estar sus pobladores bastante enemistados con el maestro: “Quieren que se vaya el maestro. Si no se va lo hacen echan ellos”.
    El 28 le llega el turno a Alcalá la Real, capital y centro comercial de la comarca. Por la noche se desplazan a San José de la Rabita y a la Rabita.

    El 29 el preceptivo descanso dominical, mientras que el lunes 30 se finiquitaba el periplo en Ermita Nueva.

    La crónica de prensa mencionaba otra escala en Fuente del Rey, posterior a la de Ribera Alta, que no aparece recogida en las planillas.


PROGRAMA Y REPARTO DE TAREAS

    Don Miguel Baena, que llevaba la jefatura, era el encargado de abrir los actos y colaboraba en la puesta en funcionamiento de los proyectores cinematográficos, en las audiciones musicales y comentando las películas proyectadas. También imparte alguna que otra charla sobre educación cívica y ciudadana y se reserva el cierre de la misión con el anuncio de la preceptiva audición del Himno de Riego.

    El resto son polivalentes aunque cada uno parece estar especializado en su materia.

    El Señor Morente (don Fernando) compagina las audiciones musicales con los romances y la narración de cuentos infantiles. También participa en las explicaciones didácticas.

     El señor Ruiz Saura, destaca como cuenta cuentos, recitador de poesía,  y también participa en las audiciones de gramola.

     El Sr. Garrido Palacios parece estar especializado en la radio. Provisto de un micrófono recita, programa música e invita a los niños a que colaboren y participen. 




REPERTORIO


    Entre las audiciones musicales predominaban los cantos populares regionales: “Los novillos”, “Seguidillas gitanas”, «El pescador sin dinero», “Coplilla de Granada”, “Los cuatro muleros”, “Los moros de Monleón”, “Romance de los peregrinos” “Sevillanas del siglo XVII”, “Nana de Sevilla”, “Las tres hojas”, “Canción montañesa”, “Muñeira”, “El Pastoret”.

    En las proyecciones cinematográficas se combinaba lo didáctico y documental con el cine cómico: “Plantas carnívoras”, “La princesita rana”, “La pesca del tiburón”, “La selva del amazonas”, “El arte del vuelo sin motor”, “Los grandes marineros”, “Una película china”, “Animales mamíferos”, “Tomasín el aventurero” y las siempre bien acogidas películas de Charlot.

     Entre las poesías recitables citaremos “Una cena”, “Rimas”, “Romance de la linda Alba”, “Romance de la loba parda”, “Encanto de luna y agua”, “El soldadito de plomo” o  “Romance de Blancanieves”. Entre los cuentos  “El petimetre don Merengue”.

    En las destinadas a los adultos se solía reservar un corto espacio de tiempo, para no aburrir a los concurrentes, a la charla o conferencia: “Charla sobre la constitución republicana”, o “Derechos y deberes de la ciudadanía” impartidas por el Sr. Baena, 
una lección sobre cine y fotografía por el Sr. Morente, o una lección sobre radio a cargo del Sr. Garrido Palacios. 


    Sorprende que los tres maestros seleccionados para participar en ésta Misión por el Inspector Sr. Baena estén entresacados del triangulo geográfico de la campiña jiennense Porcuna – Lopera- Arjona, Probablemente compartieran de antes inquietudes culturales y amistad, a pesar de sus diferencias ideológicas, Lo más probable es que fueran directamente seleccionados por el Inspector, conocedor de sus aptitudes. Su colaboración tendría fiel reflejo positivo en sus respectivas hojas de servicio. 
    La base de datos de www.residencia-csic.es (misiones) recoge una somera información sobre la celebración de una tercera misión en el pueblecito de Santo Tomé (Comarca de Cazorla) con fecha de 1 de julio de 1936. Seguramente se trata del punto de salida y se extendería por otras poblaciones cercanas.

GUERA, POSTGUERRA Y DEPURACIÓN

    El señor Ruiz Saura, era el mas comprometido con los posicionamientos del Frente Popular Suponemos que permanecería en Lopera al frente de su escuela hasta la caída de ésta a finales de diciembre de 1936. Se traslada a su provincia de origen, Murcia, donde colabora con la Agrupación de Amigos de la Unión Soviética.
    Don Benito Garrido Palacios, de familia conservadora, simpatizaba y militaba en la CEDA en el año 1933. En el mes de junio cuando regresaba de Córdoba tras asistir a un mitin de José María Gil Robles celebrado en el Gran Teatro, sufrió un grave accidente al ser arrollada la motocicleta que conducía por un automovil; 

Diario de Córdoba (20 de junio de 1933)
    Don Fernando Morente también pertenecía a una familia de extracción social conservadora, aunque no le conocemos militancias. Se integró como vocal 2º (Interventor-Instrucción Pública) en la comisión gestora franquista constituida el 1º de enero de 1937, presidida por don Alberto Barrionuevo Casado.

    Al Inspector de Primera Enseña don Miguel Baena tampoco se le conocen militancias. Sabemos que durante el tiempo que residió en la capital de España fue secretario del Liceo Andaluz, cuyo presidente era el abogado y diputado a Cortes por Huelva (Republicano Radical) Fernando Rey Mora. Permaneció durante la guerra en zona roja hasta que pudo pasarse a la nacional en 1938. Nombrado en agosto de 1938 para que desempeñase la Inspección de Primera Enseñanza de la zona de la provincia de Jaén liberada y adscrito a la plantilla de Córdoba. Debió de hacerse falangista ya que en octubre de ese mismo año se le nombra Delegado Provincial del Auxilio Social de la provincia de Jaén (Porcuna, Lopera y poco más). Al finalizar la guerra vuelve a la capital del Santo Reino donde sigue desempeñando la jefatura del Auxilio Social y dedica su tiempo a la apertura de comedores sociales por toda la provincia.

    La práctica totalidad de los profesionales de la enseñanza de nuestro país una vez finalizada la guerra civil, con el resultado por todos conocido, serán sometidos a expedientes de investigación y depuración.


  Las paradojas de una guerra civil. Un voluntarioso grupo de cuatro profesionales de la enseñanza que convergieron por unos días en el común empeño de transmitir cultura, ilusión y conocimientos a los pobladores de esas pequeñas aldeas, llevados por su vocación docente y aparcando sus respectivas militancias o ideologías, terminarían siendo investigados y expedientados, según consta en la base de datos de víctimas del franquismo ubicada en el portal de archivos Pares.
    El expediente instruido a don Benito Garrido incluye un carnet de la FETE-UGT a la que se unió al poco de la proclamación de la II Republica, que debió de causarle algún que otro quebradero de cabeza:



    No resulta para nada anómalo en aquellos albores de la II Republica que una persona conservadora militase en un sindicato socialista. Era el único existente en su gremio. En torno a él se aglutinaron la mayoría de maestros y profesores para romper con el histórico mal trato, la poca valoración y consideración que habían padecido durante la monarquía.   

    Creo que el único que fue apartado, por un periodo largo o definitivo, de su carrera profesional fue don Antonio Ruiz Saura. Su expediente de depuración podría despejarnos la incógnita. No he vuelto a localizar su nombre y apellido por ningún sitio.

    Los dos maestros porcunenses apenas si sufrieron interrupción en el desempeño de sus respectivas carreras profesionales. Don Benito llegaría a alcanzar la Alcaldía de Porcuna en febrero de 1940, que suspende en 1949 y retoma partir de 1952. Con un pequeño periodo de apenas un año de descanso la mantiene hasta 1964. Terminaría convirtiéndose en el alcalde por antonomasia del franquismo en la ciudad de Porcuna.

    Al inspector de Primera Enseñanza don Miguel Baena Rodríguez, con calle dedicada en su Fernán Núñez natal, aquellos servicios prestados a la causa nacional le evitaron la inhabilitación. En 1941 es nombrado Inspector de Enseñanza Española en la zona del  Protectorado de España en Marruecos. En 1946 correspondiente de la Real Academia de Córdoba, fuera de la capital. Tras un efímero paso por la Secretaria de la Inspección de Enseñanza Primaria de la provincia de Guadalajara pasa a la capital de España como Inspector de Enseñanza y Director de la Escuela de Sordomudos en cuyo cargo permanece hasta 1966 en el que le sobreviene la muerte. 

FUENTES UTILIZADAS




www. residencia.csic. es (web dedicada a las Misiones Pedagógicas en sus diferentes manifestaciones).


Antonio Pantoja Vallejo: “La educación en Lopera enla segunda república y la Guerra Civil Española (1931-1939). Conferencia XXV Jornadas de Historia de Lopera. Diciembre de 2013. He tomado de este trabajo una fotografía y algunos detalles relacionados con la vida del maestro Antonio Ruiz Saura.


Documentos varios: fotografías , recorte de prensa y papeles celosamente guardados y custodiados por don Benito Garrido en vida, que su nieto Alberto Ruiz de Adana está digitalizando y compartiendo con cualquiera de sus paisanos que se los solicite sin fines espurios. 





Nuevos aportes documentales sobre las Misiones Pedagógicas en la provincia de Jaén (1935-1936).

    El Patronato de Misiones Pedagógicas fue creado por decreto de 29 de mayo de 1931 del gobierno provisional de la II Republica, estando al frente de la cartera ministerial de Instrucción Pública y Bellas Artes el republicano catalán Marcelino Domingo. Después de varios meses de organización y  programación se ponía en marcha a finales de ese mismo año 1931 y principios de 1932.

     El encargo que el Ministerio confiaba al Patronato aparece declarado en el preámbulo de aquella disposición: “Se trata de llevar a las gentes, con preferencia a las que habitan en localidades rurales, el aliento del progreso y los medios de participar en él, en sus estímulos morales y en los ejemplos de avance universal, de modo que los pueblos todos de España, aun los apartados, participen de las ventajas y goces nobles reservados hoy a los centros urbanos”. Esta aspiración generosa señala de modo claro el alcance de un propósito que lo es fundamentalmente de justicia social, de relación cordial y estimuladora entre los hombres. Los medios recomendados por el decreto organizador fueron: bibliotecas, lecturas y conferencias, audiciones de música coral y de discos seleccionados, exposiciones circulantes de arte, cursos para maestros, proyecciones fijas y cinematográficas, etcétera. Con posterioridad se añaden otros servicios: el teatro ambulante y el guiñol.



    La provincia de Jaén, era una más de las muchas dejadas y abandonadas a efectos de educación y cultura. Especialmente afectadas por ese aislamiento, a paliar y corregir urgentemente, las poblaciones de la Sierra de Segura. 
    Poco debió de cambiar la situación desde que Luis Bello Trompeta publicará su “Viaje por las escuelas de España” (1926-1929) en relación a la realidad social y educativa que se encontró el gobierno provisional de la II República cuando se pone en marcha el Patronato de Misiones Pedagógicas.


Santiago de la Espada (Jaén)


   Arriba, a todo lo largo, una calle de jornaleros y menestrales, con casas bajas, de tapiería, de puerta y ventana. Y hay callejas de escalinatas por donde se trepa al barrio pobre. Mujeres de facciones bellas, de tipo moruno, diríase que aguardan no sé qué. Siempre nos parece que las mujeres de los pueblos, si son hermosas, esperan el desencantamiento. Pero en esa calle alta observe una extraña inquietud al paso de los señoritos. Esto es lo que me dio más confusa sensación de pueblo señorial. Vive en Santiago de la Espada una casta de gentes sumisas y dulces. Como en Segura de la Sierra. El ea, en vez del sí, es una fórmula de resignación más que de afirmación.

    Vamos a entrar a fondo en el corazón de Santiago de la Espada. De estos hombres que nos rodean saben leer diez por cada ciento. De entre las mujeres saben leer el 4 por ciento. Ese 92, 8 es la cifra máxima de analfabetismo en España. De 8.282 habitantes, según el censo de 1920, saben leer 590. Yo quise abrir información en cuanto me pude quitar el barro del camino, preguntando ante todo a los maestros; pero el único que había acababa de salir con licencia. Fui, en vista de este primer fracaso, a ver a las maestras. Encontré una; buena, voluntariosa; pero tenía yo que levantar mucho la voz para que me oyera. La escuela – ya se sabe – en el antiguo Pósito; grande y húmeda. Tenía de matrícula 37 niñas. Asistían casi todas. ¿Inteligencia? “Regular…como en todas partes…”. Esto, que parece un tópico de los maestros, aquí me sonaba a verdad; y a verdad interesante. “el material humano” de Santiago de la Espada es, no diré yo que como en todas partes, pero si como esa anchísima franja que viene del antiguo reino de Murcia, y por el de Jaén corre hasta la costa granadina.

    Había también una maestra particular, muy inteligente; y como institución supletoria, la miga: “la hermana Urbana”. ¡Terrible escuela, a puerta de calle, cuatro palmos de terreno; los niños a un lado, las niñas a otro, y la hermana, cojita, entreteniéndolos a todos, dulcemente, con gestos y llamada de pastor! Todo de pena. Quiero que lean algo. Deletrean los mayores. Trato de saber si entendieron. Nada. Cerrazón absoluta.

    Junto a la rectoral – me dicen – hay un chico muy listo, hijo del maestro de un cortijo, maestro de afición, claro está.

    Vamos a verle. Su escuela es cortijera también. Los muchachos van haciendo algo. Uno de aspecto tosco, pero no torpe, lee una página de Agricultura: “para el arrastre del arado se emplean mulas o bueyes. En América usan locomotoras de vapor”.

    ¿Qué es una locomotora?

    No lo saben, no han visto nunca locomotoras. Pero, señor, ¿Cómo van a ver locomotoras si no han visto carros?”. ¡Si, a Santiago de la Espada no llegan carros! Hubo un labrador rico , hace tiempo, tan caprichoso y novelero que hizo construir un carrito de ruedas y anduvo con él unos días por el camino de Zumeta, y por el de las Cuevas de Engarbo; pero se cansó y lo arrinconó o lo quemó. No podía ir más allá de dos kilómetros.


    Pese a la pujanza de la organización del Partido Socialista Obrero en la provincia y su peso en el gobierno de la República durante el primer bienio republicano (1931-1933), de las diferentes manifestaciones ofertadas tan sólo se benefició la provincia Jaén de la política de creación de bibliotecas:



    De las bibliotecas relacionadas, 21 fueron creadas durante el año 1932, 49 en 1933 y 16 durante el primer trimestre de 1934. Muchas no pasan de  simples lotes con destino a escuelas o sindicatos. La Biblioteca Pública Municipal de Porcuna, según Juan Vicens de la Llave (Inspector de Bibliotecas del Estado), que llegó a inspeccionarla en persona durante el mes de enero de 1934, era de las mejor dotadas y organizadas:


   “Hacía poco que habían recibido los libros. La inauguración habrá tenido lugar el 28 de enero (después de mi visita). El local es muy bueno, y bien amueblado y acondicionado y en el mejor sitio del pueblo. El ayuntamiento está lleno de fervor por la biblioteca. El alcalde es un hombre ejemplar, jornalero con 9 hijos que llega todo lo más a vivir y que sin embargo ha administrado el ayuntamiento con extraordinaria honradez. Es un entusiasta de la biblioteca. El bibliotecario es un excelente muchacho, obrero zapatero, pero ha aprendido a leer y hecho estudios en clases nocturnas que pagaba con lo que cobraba tocando en la banda municipal”.


Interior de la Biblioteca Publica Municipal de Porcuna (enero de 1934)
    Desde la llegada al poder del Partido Republicano Radical (Lerroux) que había virado hacia posicionamientos de centro derecha coaligado con la Coalición Española de Derecha Autónoma (CEDA) liderada por el abogado José María Gil Robles, el presupuesto destinado al Patronato de Misiones iría menguando paulatinamente. En los presupuestos para 1935 se recortan drásticamente las cantidades que tenían asignadas hasta entonces. 

    Durante el propio debate de presupuestos celebrado en el mes de junio del año 1935, una enmienda defendida por el diputado liberal demócrata asturiano, Manuel Pedregal, que solicitaba se mantuviese la partida del Patronato sería rechazada por la comisión parlamentaria creada al efecto: “Las misiones sólo sirven para que se diviertan algunos señoritos”.No faltaron quienes bautizaron a los voluntariosos misioneros como «titiriteros de la cultura». 

Pese a ello, desde las Inspecciones de Primera Enseñanza y las Universidades se siguen programando misiones.

    Las primeras noticias de auténticas Misiones Pedagógicas organizadas en la provincia de Jaén son del mes de junio de 1935 (entre el 19 y el 30) en la que un equipo dirigido por el geógrafo, inspector de Primera Enseñanza y delegado del patronato, Modesto Medina Bravo, recorre varias poblaciones de la Sierra de Segura, con especial dedicación a esa población de Santiago de la Espada con tan alto porcentaje de analfabetismo. Se corresponde con el modelo de Cine-Música.

    Sobre otra Misión que aparece sucintamente relacionada en la web de la Residencia de Estudiantes – CSIC hemos tenido la suerte de recuperar unos documentos de excepcional valor. Se trata de la desarrollada en Alcalá la Real, sus aldeas y cortijadas a finales de marzo de 1936, con el gobierno del Frente Popular instalado en el poder.

    Cuando quien guarda halla, quien custodia conserva y además si se tiene la suficiente generosidad para compartir, se permite y posibilita la recuperación de aspectos ocultos o desconocidos de nuestra historia reciente. Hemos tenido la suerte de disponer de la desinteresada colaboración del nieto de un maestro de escuela, natural de Porcuna, que participó en aquel periplo primaveral lúdico-pedagógico.

    Un recorte de prensa, de origen desconocido, unas fotografías y unas originales planillas manuscritas con la programación de cada una de las sesiones, nos van a permitir conocer el nombre de los misioneros, el de los maestros y maestras de las respectivas aldeas, las diferentes escalas realizadas, así como las poesías, cuentos, canciones populares, audiciones musicales, proyecciones didácticas y películas que llevaban entre su repertorio, 

Alcalá la Real


MISIONES PEDAGÓGICAS


    Continuamos nuestro itinerario misionero por la cortijada de Ribera Baja. El trayecto entre una y otra Ribera (Alta y Baja) lo hicimos en sendas caballerías por un camino pintoresco, llegando a las 2 de la tarde. Aun no nos habíamos terminado de sentar cuando se presentaron todos los chicos y chicas muy vestidos de limpio a darnos la bienvenida e inmediatamente se pusieron a jugar al corro cantando unas canciones preciosas. Este anejo es muy grande y lo riega el mismo río que ayer describíamos en nuestra crónica, de donde se derivan multitud de acequias que fertilizan sus campos.


Panorámica de la aldea de Ribera Alta (tomada por el equipo misionero)
    Después de comer (también tienen derecho los misioneros a la vida) comenzamos a preparar el tinglado en una escuelita preciosa y muy cuidada por manos de su maestra, doña María Escavias, todo arte y sentimiento.

Hospitalidad de Doña María Escavias (almuerzo rematado con café y licores)
    A las seis dimos principio a la primera sesión dedicada sólo a niños y niñas, haciendo la presentación y el saludo el jefe de la misión don Miguel Baena; después el señor Morente contó un precioso cuento que los peques oyeron con deleite y del que sacaron muchas y provechosas enseñanzas. Se leyeron poesías y romances, música regional explicada por el señor Garrido y dos películas, una instructiva y otra cómica, en la que estos angelitos, que no conocían el cine, disfrutaron lo indecible, exteriorizando su contento con sabrosos comentarios y una serie de interjecciones como ¡huy!, ¡huy!, con las que demostraban su placer, al ir oyendo las explicaciones que tan acertadamente les hacía el señor Ruiz Saura. Se terminó la misión con vivas a España, la República y Ribera Baja, que fueron unánimente contestados.
    Sin tiempo a penas para descansar, se dio comienzo a la sesión dedicada a los adultos que se vio concurridísima, más que nada por el afán tan desmedido que tienen por el cine y con el que estuvieron muy entusiasmados hasta el punto de pedir  se les proyectase más a pesar de lo intempestiva de la hora, ya que eran las una de la noche.

   Al día siguiente salimos en caballerías hacia la vecina cortijada de Santa Ana, que dista 8 kilómetros de la anterior, haciendo una misión mixta para chicos y grandes en un local muy amplio habilitado para cine y en el que resultó muy bien, no extrañándose tanto el personal de estos adelantos, por tenerlos muy cerca en el magnífico pueblo de Alcalá la Real. En cambio, constituyó un éxito las demostraciones que con el micrófono les hizo don Benito Palacios y en el que cantaron los pequeños algunas coplas y les dirigieron la palabra a sus compañeros entre la admiración de todos al reconocer sus vocecitas infantiles.

    Por no hacer más larga esta crónica, en la de mañana se darán noticias del acto celebrado en Fuente del Rey y en otros lugares que esta tarde misionaremos.



    Aparece firmado por M. y parece formar parte de una serie completa de crónicas publicadas, suponemos, en la prensa provincial, por desgracia perdidas o inaccesibles.


EQUIPO MISIONERO


    Como jefe de la misión figura Miguel Baena Rodríguez (1902-1966), un maestro y abogado natural de Fernán Núñez (Córdoba) que tras pasar por diferentes escuelas de su provincia de origen obtiene plaza en Madrid donde prepara y gana las oposiciones a Inspector de Primaria Enseñanza. Su primer destino, del que toma posesión para el curso 1935/36, es precisamente la provincia de Jaén. 

    El referido Sr. Saura o Ruiz Saura (Antonio Ruiz Saura) era un maestro murciano con destino en Lopera (Jaén) desde 1926. Era un hombre de contrastadas inquietudes sociales y culturales, ferviente republicano y cercano al PCE en lo político. Hemos localizado algún artículo firmado por él en 1933 abogando por el frente único.


Don Antonio Ruiz Saura con un alumno loperano (1934)
   

    Quienes conozcan o estén un poco familiarizados con la historia contemporánea de Porcuna habrán reconocido a don Benito Garrido Palacios (se comen el primer apellido en la crónica). Desde muy joven había tenido inquietudes literarias. Fue junto al incógnito ex socialista y periodista Manuel de Quero Morente y el también maestro Francisco A. Ruiz Ollero (FARO), los auténticos impulsores y principales redactores de la Revista Cultural Obulco (1914). A lo largo de su vida cultivo la poesía y solía remitir colaboraciones a numerosas cabeceras periodísticas de la provincia.

   El cuarto misionero era el querido y recordado maestro porcunense don Fernando Morente Quero, por aquellas fechas ejerciendo su docencia en la vecina población de Arjona (Jaén). Atesoraba experiencia y dominaba las tablas escénicas desde muy joven. Formó parte de cuantos grupos de teatro aficionado se conformaron en Porcuna entre las familias acomodadas cuyo concurso era obligatorio en cualquier función  de carácter benéfico. 

Véase Teatro, Beneficencia y Sociedad.

   Por lo tanto quienes aparecen en la fotografía ya mostrada de café y copa en casa de doña María Escavias, maestra de Ribera Alta, son de izquierda a derecha el Sr. Morente, don Antonio Ruiz Saura y don Benito Garrido. La instantánea debió de tomarla don Miguel Baena, jefe de la expedición.



CALENDARIO E ITINERARIO


  Nos serviremos de esas valiosísimas planillas manuscritas de puño y letra por Don Benito, puestas a nuestra disposición por su nieto Alberto Ruiz de Adana Garrido, habitual y generoso colaborador de esta página y otros compañeros o colectivos con los que compartimos intereses y afición por la historia local.

   La misión arranca el 24 de marzo de 1936 desde la pequeña población de Frailes:



      

  Valiosas e ingeniosas algunas anotaciones e impresiones anotadas a pie de página: ¡Ay! ¡Estos tíos lo que nos traen aquí! o aquella otra correspondiente a la aldea de Santa Ana: “Quieren que se vaya el maestro. Si no se va, lo echan ellos”.
    El 25 nueva sesión ahora de mañana en Frailes, partiendo por la tarde hacia Ribera Alta donde debutan por la noche.



    Épica ascensión a pie a Ribera Alta con los bártulos a cuestas. La foto debió de tomarla Antonio Ruiz Saura lo que nos permite conocer al jefe de la misión e Inspecctor de Educación don Miguel Baena (primero a la derecha).
    El día 26 doble función en la cercana Ribera Baja, una primera infantil a primera hora de la tarde y otra para adultos a la noche.

Jornaleros andaluces asistiendo a las Misiones.
    El 27 a las 5 de la tarde sesiones mixtas en la cortijada de Santa Ana. Debían de estar sus pobladores bastante enemistados con el maestro: “Quieren que se vaya el maestro. Si no se va lo hacen echan ellos”.
    El 28 le llega el turno a Alcalá la Real, capital y centro comercial de la comarca. Por la noche se desplazan a San José de la Rabita y a la Rabita.

    El 29 el preceptivo descanso dominical, mientras que el lunes 30 se finiquitaba el periplo en Ermita Nueva por la tarde y en Mures a la noche.

   





PROGRAMA Y REPARTO DE TAREAS

    Don Miguel Baena, que llevaba la jefatura, era el encargado de abrir los actos y colaboraba en la puesta en funcionamiento de los proyectores cinematográficos, en las audiciones musicales y comentando las películas proyectadas. También imparte alguna que otra charla sobre educación cívica y ciudadana y se reserva el cierre de la misión con el anuncio de la preceptiva audición del Himno de Riego.

    El resto son polivalentes aunque cada uno parece estar especializado en su materia.

    El Señor Morente (don Fernando) compagina las audiciones musicales con los romances y la narración de cuentos infantiles. También participa en las explicaciones didácticas.

     El señor Ruiz Saura, destaca como cuenta cuentos, recitador de poesía,  y también participa en las audiciones de gramola.

     El Sr. Garrido Palacios parece estar especializado en la radio. Provisto de un micrófono recita, programa música e invita a los niños a que colaboren y participen. 




REPERTORIO




    Entre las audiciones musicales predominaban los cantos populares regionales: “Los novillos”, “Seguidillas gitanas”, «El pescador sin dinero», “Coplilla de Granada”, “Los cuatro muleros”, “Los moros de Monleón”, “Romance de los peregrinos” “Sevillanas del siglo XVII”, “Nana de Sevilla”, “Las tres hojas”, “Canción montañesa”, “Muñeira”, “El Pastoret”.

    En las proyecciones cinematográficas se combinaba lo didáctico y documental con el cine cómico: “Plantas carnívoras”, “La princesita rana”, “La pesca del tiburón”, “La selva del amazonas”, “El arte del vuelo sin motor”, “Los grandes marineros”, “Una película china”, “Animales mamíferos”, “Tomasín el aventurero” y las siempre bien acogidas películas de Charlot.

     Entre las poesías recitables citaremos “Una cena”, “Rimas”, “Romance de la linda Alba”, “Romance de la loba parda”, “Encanto de luna y agua”, “El soldadito de plomo” o  “Romance de Blancanieves”. Entre los cuentos  “El petimetre don Merengue”.

    En las destinadas a los adultos se solía reservar un corto espacio de tiempo, para no aburrir a los concurrentes, a la charla o conferencia: “Charla sobre la constitución republicana”, o “Derechos y deberes de la ciudadanía” impartidas por el Sr. Baena, 
una lección sobre cine y fotografía por el Sr. Morente, o una lección sobre radio a cargo del Sr. Garrido Palacios. 


    Sorprende que los tres maestros seleccionados para participar en ésta Misión por el Inspector Sr. Baena estén entresacados del triangulo geográfico de la campiña jiennense Porcuna – Lopera- Arjona, Probablemente compartieran de antes inquietudes culturales y amistad, a pesar de sus diferencias ideológicas, Lo más probable es que fueran directamente seleccionados por el Inspector, conocedor de sus aptitudes. Su colaboración tendría fiel reflejo positivo en sus respectivas hojas de servicio. 
    La base de datos de www.residencia-csic.es (misiones) recoge una somera información sobre la celebración de una tercera misión en el pueblecito de Santo Tomé (Comarca de Cazorla) con fecha de 1 de julio de 1936. Seguramente se trata del punto de salida y se extendería por otras poblaciones cercanas.

GUERA, POSTGUERRA Y DEPURACIÓN

    El señor Ruiz Saura, era el mas comprometido con los posicionamientos del Frente Popular Suponemos que permanecería en Lopera al frente de su escuela hasta la caída de ésta a finales de diciembre de 1936. Se traslada a su provincia de origen, Murcia, donde colabora con la Agrupación de Amigos de la Unión Soviética.
    Don Benito Garrido Palacios, de familia conservadora, fue uno de los fundadores en Porcuna de Acción Popular recién proclamada la República. que en 1933 se integra en la CEDA. En el mes de junio de 1933, cuando regresaba de Córdoba tras asistir a un mitin de José María Gil Robles celebrado en el Gran Teatro, sufrió un grave accidente al ser arrollada la motocicleta que conducía por un automovil; 

Diario de Córdoba (20 de junio de 1933)
    Don Fernando Morente también pertenecía a una familia de extracción social conservadora, aunque no le conocemos militancias. Se integró como vocal 2º (Interventor-Instrucción Pública) en la comisión gestora franquista constituida el 1º de enero de 1937, presidida por don Alberto Barrionuevo Casado.

    Al Inspector de Primera Enseña don Miguel Baena tampoco se le conocen militancias. Sabemos que durante el tiempo que residió en la capital de España fue secretario del Liceo Andaluz, cuyo presidente era el abogado y diputado a Cortes por Huelva (Republicano Radical) Fernando Rey Mora. Permaneció durante la guerra en zona roja hasta que pudo pasarse a la nacional en 1938. Nombrado en agosto de 1938 para que desempeñase la Inspección de Primera Enseñanza de la zona de la provincia de Jaén liberada y adscrito a la plantilla de Córdoba. Debió de hacerse falangista ya que en octubre de ese mismo año se le nombra Delegado Provincial del Auxilio Social de la provincia de Jaén (Porcuna, Lopera y poco más). Al finalizar la guerra vuelve a la capital del Santo Reino donde sigue desempeñando la jefatura del Auxilio Social y dedica su tiempo a la apertura de comedores sociales por toda la provincia.

    La práctica totalidad de los profesionales de la enseñanza de nuestro país una vez finalizada la guerra civil, con el resultado por todos conocido, serán sometidos a expedientes de investigación y depuración.


  Las paradojas de una guerra civil. Un voluntarioso grupo de cuatro profesionales de la enseñanza que convergieron por unos días en el común empeño de transmitir cultura, ilusión y conocimientos a los pobladores de esas pequeñas aldeas, llevados por su vocación docente y aparcando sus respectivas militancias o ideologías, terminarían siendo investigados y expedientados, según consta en la base de datos de víctimas del franquismo ubicada en el portal de archivos Pares.
    Don Benito Garrido, pese a que permaneció detenido y encarcelado durante gran parte de la guerra, no se libró del oportuno expediente que incluye un carnet de la FETE-UGT a la que se unió al poco de la proclamación de la II Republica, 



    No resulta para nada anómalo en aquellos albores de la II Republica que una persona conservadora militase en un sindicato socialista. Era el único existente en su gremio. En torno a él se aglutinaron la mayoría de maestros y profesores para romper con el histórico mal trato, la poca valoración y consideración que habían padecido durante la monarquía.   

    Creo que el único que fue apartado, por un periodo largo o definitivo, de su carrera profesional fue don Antonio Ruiz Saura. Su expediente de depuración podría despejarnos la incógnita. No he vuelto a localizar su nombre y apellido por ningún sitio.

    Los dos maestros porcunenses apenas si sufrieron interrupción en el desempeño de sus respectivas carreras profesionales. Don Benito llegaría a alcanzar la Alcaldía de Porcuna en febrero de 1940, que suspende en 1949 y retoma partir de 1952. Con un pequeño periodo de apenas un año de descanso la mantiene hasta 1964. Terminaría convirtiéndose en el alcalde por antonomasia del franquismo en la ciudad de Porcuna.

    Al inspector de Primera Enseñanza don Miguel Baena Rodríguez, con calle dedicada en su Fernán Núñez natal, aquellos servicios prestados a la causa nacional le evitaron la inhabilitación. En 1941 es nombrado Inspector de Enseñanza Española en la zona del  Protectorado de España en Marruecos. En 1946 correspondiente de la Real Academia de Córdoba, fuera de la capital. Tras un efímero paso por la Secretaria de la Inspección de Enseñanza Primaria de la provincia de Guadalajara pasa a la capital de España como Inspector de Enseñanza y Director de la Escuela de Sordomudos en cuyo cargo permanece hasta 1966 en el que le sobreviene la muerte. 

FUENTES UTILIZADAS




www. residencia.csic. es (web dedicada a las Misiones Pedagógicas en sus diferentes manifestaciones).


Antonio Pantoja Vallejo: “La educación en Lopera enla segunda república y la Guerra Civil Española (1931-1939). Conferencia XXV Jornadas de Historia de Lopera. Diciembre de 2013. He tomado de este trabajo una fotografía y algunos detalles relacionados con la vida del maestro Antonio Ruiz Saura.


Documentos varios: fotografías , recorte de prensa y papeles celosamente guardados y custodiados por don Benito Garrido en vida, que su nieto Alberto Ruiz de Adana está digitalizando y compartiendo con cualquiera de sus paisanos que se los solicite sin fines espurios. 





Carta abierta dirigida a la primera autoridad local de la ciudad de Porcuna (Jaén).

Diana Cazadora (fotografía original del artista plástico de Castro del Río Antonio Morales Villegas).


   Excelentísimo Sr. Alcalde constitucional de la ciudad de Porcuna:

   Como bien sabe, quien esto suscribe hace ya algunos años que dejo de residir en nuestro pueblo, a cuyas arcas sigo contribuyendo con algunos impuestos municipales (circulación de vehículos, bienes inmuebles, agua, basura y alcantarillado….).

   No he dejado de preocuparme nunca por las cosas de nuestra tierra, sobre todo por su historia y su cultura. En una entrevista reciente he podido comprobar sus conocimientos al respecto. Se le ve interesado por la promoción turística y cultural del pueblo, lo que me agrada y no me sorprende. Me mantengo informado del trascurso del día a día y de su gestión como servidor público a través de las web locales y por las redes sociales. Harina de otro costal es la calidad y cantidad del trabajo desarrollado por algún trabajador al servicio del municipio y el talante del responsable de un área en concreto. De todo tiene que haber en la viña del señor. Somos seres humanos limitados por prejuicios o miserias. No se trata de establecer juicios sumarísimos. Cada uno se sitúa donde quiere o puede. Por desgracia no todo el mundo dispone de la libertad suficiente para luchar y publicitar a las claras sus posicionamientos. Raro es quien no tiene ataduras que restringen la libertad individual y el derecho a la libertad de expresión. Los ciudadanos/as de Porcuna tienen su histórica y particular idiosincrasia como consecuencia de esa característica distribución de la propiedad rústica. La crisis, el paro y las dificultades económicas acentúan esa especie de miedo patológico a manifestarse libremente, a señalarse. De él  participa un porcentaje alto de la población. Quien más y quien menos tiene sus expectativas de subsistencia básicas condicionadas. De ahí esa lógica prudencia a la hora de criticar su gestión, sobre todo entre quienes dependen del comercio y de una clientela. Son abundantes quienes se muestran a las claras como defensores a ultranza de sus políticas, aunque como es lógico no siempre son justas y atinadas, por mucho que sus incondicionales lo niegen y lo defiendan a capa y espada.

   Después de este pequeño prolegómeno, y sin afán de protagonismo ni de intrusismo alguno, me dirijo a usted para comunicarle ciertas inquietudes y deseos personales para que estudie su viabilidad.


Boceto del mural de la cúpula de la Iglesia Parroquial de la Asunción
    Lo publicitaba recientemente en el facebook de los Amigos de la Historia de Porcuna. Se trata de unas jornadas culturales con «el galgo Pacheco», nacido en Porcuna en torno al año 1920-21, y su amo, el genial pintor cordobés Julio Romero de Torres, como protagonistas. Propongo una especie de exposición en ese magnífico edificio recientemente restaurado (antiguas carnicerías reales hoy AHMP) de toda la obra de Romero de Torres relacionada con Porcuna: bocetos de sus pinturas murales del templo parroquial que andan por ahí en manos de particulares, el lienzo de San Juan Bautista de la Parroquia de la Asunción, el retrato de don Luis Aguilera y Coca (propiedad del Ayuntamiento de Córdoba y expuesto en su Sala Municipal de Arte), los relacionados con la familia Gallo acompañados con ilustraciones fotográficas de José Julián Gallo, hijos, sobrinos y ascendientes, algunas ya publicadas en mi blog personal.

La señorita Carlota Gallo retratada por el ya consagrado pintor
 Julio Romero de Torres en su estudio cordobés
durante una de sus estancias vacacionales en su tierra.
(Diario de Córdoba 10 de enero de 1924)


   No va a resultar fácil dar con el paradero de ese retrato de Carlota Gallo, y otros relacionados con dicho apellido (retrato de Pepito Gallo niño, retrato del Alférez José Gallo y creo que alguno más). Sería cuestión de investigar su paradero. Un señor residente en Madrid, con quien mantengo asidua comunicación, tiene elaborada la genealogía completa de las diferentes ramas de las familias Gallo y Aguilera de sus ancestros porcunenses que llega hasta nuestros días. 
    Heredia Espinosa cuando escribió su Historia de Porcuna cita dicha producción pictórica como en manos de Sebastián Gallo Martínez, alferez de navío de un submarino de la flota republicana pasado al bando rebelde en 1937 y hermano del militar profesional Miguel Gallo Martinez, que se mantuvo fiel a la legalidad republicana y a cuyo advenimiento contribuyó exponiendo sus propia vida (Sublevación de Jaca).


Don Luis Aguilera y Coca «El Chato».
Pepito Gallo (futuro Álferez José Gallo)
   Por testimonios orales tendríamos que contemplar la existencia de otro retrato al oleo realizado a la joven señorita Ana Morales Marina, sobrina de don Luis Aguilera, con el tiempo esposa del médico don Anselmo Hernández Conde.

   No pueden faltar los dos cuadros de Julio en los que aparece Pacheco, propiedad del Museo Julio Romero de Córdoba (Diana Cazadora y El Cante Jondo). Habría que solicitar su cesión temporal, así como elaborar una recopilación de fotografías de Pacheco y del monumento eregido en Córdoba en honor del artista.



   No deben faltar tampoco la estampa del célebre bandido cordobés Pacheco y su trabuco (Casa Museo). 
   Estaríamos ante una magna exposición que duraría un par de meses, que habría que  publicitar convenientemente con unos bonitos carteles y la necesaria difusión en los medios de comunicación.

    Sería una gran oportunidad para que durante ese periodo un importante flujo de visitantes se dejara caer por Porcuna y que conociera de camino el resto de nuestra riqueza patrimonial y monumental.

    No tiene porque ser algo inmediato, pero a tener en cuenta de cara a un futuro cercano, por lo que se dispone de tiempo suficiente para presupuestarlo, estudiar su viabilidad y en su caso organizarlo.

   La exposición debería ir acompañada de un ciclo divulgativo de conferencias destinado a la ciudadanía en general, potenciales visitantes y especialmente dirigidas a la población estudiantil de la comarca. Veo como obligado el concurso del maestro, pintor e historiador del arte don Manuel Bueno Carpio, máxima autoridad en la materia. El laborioso, científico y didáctico grupo de arqueólogos e historiadores (Arqvipo) no creo que tenga tampoco inconveniente alguno a la hora de de colaborar. Se puede solicitar incluso la participación desininteresada de profesores universitarios y expertos en la obra del pintor cordobés. En paralelo se podían organizar charlas, coloquios y debates sobre el contexto, político, económico y social de aquella Porcuna de las primeras décadas de siglo XX.
    Creo que el pueblo de Porcuna tiene una deuda con el genial pintor cordobés. Estas jornadas vendrían a ser una especie de reparación de la dignidad del pintor Julio Romero de Torres tan criticado e injustamente vilipendiado por algunos porcunenses de moral y posicionamientos intransigentes.  
   Es por ello por lo que  invocamos a las autoridades (locales, provinciales y autonómicas), así como a todas aquellas personas con presencia habitual en la actividad cultural local para que estudien la posibilidad y se elabore un calendario de reuniones preparatorias para encontrar las formulas de financiación (los seguros para préstamo de obras de arte suelen ser caros). 
   Soy plenamente consciente del mal momento que atraviesa la Cultura por culpa de la crisis y los recortes. Habría que agudizar el ingenio y buscar fuentes de financiación al margen de lo público.

   Se me ocurre que se puede pedir ayuda a la ciudadanía mediante la organización de actos recaudatorios (festivales, rifas, barras, comidas…y todo cuanto se vaya ocurriendo). Se le debe demandar ayuda a los bancos, cooperativas y principales empresas instaladas en el pueblo.

   Como últimamente se me ha acusado públicamente de pseudointelectual de pacotilla (hasta se pudiera dar el caso aunque  no aspiramos a sentar cátedra con nada y con nadie), de prepotente y arrogante (que poco me conocen algunos) y de abusar del martillo de machacar las aceitunas, tal vez un servidor  no sea la persona más adecuada para que la propuesta tenga buena acogida entre el equipo de gobierno municipal. Hasta hay por ahí algún anónimo personaje que con su particular carga de ironía y simpatía ha llegado a proponerme como Hijo Maldito de Porcuna.

    Le ruego que recabe la ayuda y opinión de aquellas personas que destacan en nuestro pueblo por sus inquietudes culturales. Cítese, por ejemplo, al señor cronista oficial, al poeta Alfredo González, el profesional y director del Museo Arqueológico, el equipo de Arqvipo, un inquieto higuereño de raíces porcuneras llamado Jesús Morales, el archivero-bibliotecario, el pintor e historiador del arte don Manuel Bueno Carpio, su hijo y también artista plástico Juan Miguel Bueno, Marcial del Pino Chiachio, Arturo del Pino (director del Museo Arqueológico de Almería), el genial José María Recuerda, fotógrafos profesionales y aficionado….y cuantos  paisanos se muestren dispuestos a colaborar activamente en pro del desarrollo cultural de nuestro pueblo. Un servidor está dispuesto a meter el hombro y ayudar desde la distancia dentro de mis posibilidades. Creo que no se trata de un proyecto utópico. Yo lo veo factible, ilusionante y positivo para ese propósito de promoción y puesta en valor de nuestro patrimonio histórico artístico.

   Simplemente le pido que por prejuicios no deje mi solicitud en el olvido. Tiene mi permiso hasta para hacerla suya si así lo estima conveniente. No quiero medallas ni protagonismo. Hace ya mucho tiempo que me puse esa vacuna, aunque no faltará quien siga pensando que aún no me ha hecho efecto. En fin, un saludo y espero su respuesta y la de mi querido pueblo.

Fdo. Alberto M. Gay Heredia

D.N.I: 30477060J.


   Una copia de este escrito ha sido remitida a la sección de la web municipal “El Alcalde responde”. Estoy seguro que me va a contestar.     

   Finalmente he optado por publicitar la idea también a través de mi página personal con el fin de hacer la proposición más atractiva con ilustraciones y para que alcance la difusión mayor posible.

    A efectos de respuesta esperaremos al “Alcalde Responde”. Si la primera autoridad o responsable del área lo estimaran conveniente pueden hacerlo también en la sección de comentarios o por las redes sociales. 


   PD: No vea usted estrategia política oculta detrás de estas letras. No tema por competencias electorales. Ese propósito de conformar una agrupación de electores de convergencia y unión de las fuerzas de izquierda se ha desvanecido pronto. Era la crónica de una muerte anunciada (idiosincrasias) y además de que quién suscribe carece de vocación política y estoy muy a gusto con las bonanzas climatológicas y gastronómicas de mi actual residencia de la costa tropical granadina. Mis prioridades actuales pasan por un concurso de traslado (ya no puedo con tanto niño, padre y maestro en solitario) a un destino más tranquilo. Contemplo un Centro de Día de la tercera edad donde me consta que existe plaza disponible. Mis inquietudes sociales pienso cubrirlas con la participación directa en las luchas políticas y sindicales desde los posicionamientos minoritarios en los que ando anclado.
    Éste proyecto que divulgo y publicito creo que se presta a la necesaria convergencia de las inquietudes culturales de los ciudadanos de Porcuna, para poder entonar al unísono y con orgullo el famoso dicho de “En Porcuna Todos a Una”. 

COSTUMBRES GRANADINAS: EXCELENTÍSIMOS MELONES.

   El melón es la fruta reina del verano. Refrescante, ligero y nutritivo, su consumo forma parte de las costumbres estivales y aunque en el mercado hay diversas variedades, actualmente los más famosos, prestigiosos, demandados y cotizados  son los manchegos y los cultivados en el municipio madrileño de Villaconejos. Destaca por su sabor intenso la variedad conocida como de piel de sapo.

    En las provincias vecinas de Córdoba y Jaén han destacado a lo largo de la historia por su fama y calidad los de Lopera y Montalbán respectivamente. Cuando los agricultores de la rica campiña jiennense de secano optaron al unísono por las nuevas plantaciones de olivar se perdieron hasta esas valiosas semillas seleccionadas y replantadas anualmente. La población cordobesa de Montalbán mantiene al melón como su cultivo estrella que comparte protagonismo con el ajo. Unas jornadas gastronómicas celebradas en el mes de julio sirven para publicitar su excelencia y promocionarlo.



Diario de Córdoba (1878)


Diario de Córdoba (1903)

   Hasta los años 60 raro era el agricultor que en Lopera y la vecina Porcuna no tenía su parcela de tierra calma reservada para su melonar, custodiado «in situ» por todos los miembros de la familia en riguroso y ordenado turno. Las famosas chozas del melonero servían para protegerse del riguroso sol del verano durante el día y para descansar durante la noche. Hasta el“peonero” sin tierras, si era bueno y dócil solía obtener cesión de un pequeño terreno por parte de “su señorito”, que de camino llenaba sus cámaras de tan rico manjar a costa del sudor, desvelo y esfuerzo ajeno.

    Asociado a nuestra memoria esta el característico olor de aquellos melones de secano colgados con cuerdas del techo de las aireadas cámaras de la típica vivienda rural, de aquellos tenderetes instalados en el mercado público para dar salida al excedente doméstico. Cuando la climatología no era adversa solían durar los reservados para el consumo familiar casi hasta las navidades.



   En la prensa histórica granadina hemos encontrado un artículo de corte costumbrista sobre las excelencias del melón de Villamena.

   Villamenaes un pequeño municipio perteneciente a la comarca del Valle de Lecrín, a orillas del río Dúrcal. Está formado por la fusión en 1974 de los núcleos de población de Cozvíjar y Cónchar. El Ayuntamiento está actualmente en Cónchar.
   Aunque la fusión es relativamente reciente estos pequeños y vecinos núcleos de población adscritos antiguamente, tanto administrativa, electoral  y judicialmente al distrito de Órgiva, ya eran conocidos como Villa-Amena por estar enclavadas en su término las posesiones de los Condes de Villa-Amena.


Cozvijar

COSTUMBRES GRANADINAS: MELONES


    Melones y mujeres debiera titularse este artículo, o mejor dicho, estos artículos de primera necesidad. Me remito y remito al lector que le gusten ambas especies a la placeta de Villamena en estas mañanas frescas.

   Aquello es la mar de melones y… la mar de mujeres. Líbreme Dios de querer establecer comparaciones como las hizo otro entre uno y otro género. Todas las comparaciones son odiosas.

   Y, sin duda alguna, ésta lo es más porque es lo que dice un perito amigo: entre una mujer y un melón, opto por los dos. Efectivamente; tomar a una mujer a cala y cata es cosa por demás inocente.

   Tiene la mujer muchos bocados, moralmente se entiende, para conocerla primero. En cambio el melón es memos inteligente y se cala sólo con olerlo.

   Más vamos al mercado. Tiene nuestro pueblo un horror santo al encierro. Ahí tienen ustedes esos edificios magníficos y magníficamente construidos para mercado y… con efecto están desiertos o poco menos. Prefiere el vendedor de melones armar un tinglado con cuatro palitroques y un poco de lona, y catate melón. Otros prefieren el cielo por tinglado y tan frescos al sol. Cuestión de gustos.


Antigua plaza de abastos de Porcuna (Jaén)

   Allí acuden maritornes a porrillo a buscar su melón. Y dueñas doloridas, vamos,  con el bolsillo desconsolado. Y señoras mayores, menores y hasta medianas en busca de su melón. Melones matrimoniales, dice uno que pregona y vocifera la excelencia del genero. Melones con tratamiento, vamos a decir excelentísimos.

   Unas lo quieren a calas, otras a la vista, como ciertos pagarés. Pero todas los quieren superior, y sobre todo barato. Sólo las mujeres sirven para comprar los melones. Hay excepciones, aunque son las menos. No falta el criado de algún señor reñido con las mujeres de cocina y compra. Y algún cesante que lo envuelve cuidadosamente en el pañuelo. Y quien se pone la capa para que el melón no se resfríe por el camino.

    Son excepciones. Son hombres que nacieron para mujer  y… no llegaron a cuajar. Son figuras que desentonan con este cuadro matinal. Sin embargo ayudan al contraste, y del contraste resulta la armonía en el arte. En el arte de vender melones al aire libre.

    Para el que quiera pintar un cuadro de melones y mujeres que se vaya a Villamena. Y si es fotógrafo que se arme de la máquina. Y también de paciencia, que no perderá el tiempo. Y de seguro, de paso se llevará algunos buenos melones, que luego podrán resultar calabaza, pero que se los vendieron como melones.


                                                                                            E. M. F.

    El firmante de este curioso e ingenioso artículo fechado en 1889 debía de encontrarse entre las fuerzas vivas (alcalde, secretario, maestro, cura médico o boticario) de estas poblaciones del Valle de Lecrín cuyo número total de habitantes por aquellas fechas no superaban en su conjunto los 1.200 (581 de Cónchar y 558 de Cozvijar), unas cifras ligeramente superiores a las actuales (1.031 habitantes y para un término municipal con una extensión de 20,18 Km. cuadrados).



    La fotografía que insertamos del mercado al aire libre es del antiguo mercado de Porcuna (Jaén). Quiero recordar que tomada poe el  Dr. Fernán Perez, conservada y compartida por el paisano y amigo Alberto Ruiz de Adana Garrido en el muro del grupo de facefook Porcunenses por el Mundo.
    La que mostramos a continuación pertenece al popular mercado de la Plaza de las Cañas en Córdoba. parece de los años sesenta. Todavía se ven esos melones loperanos que se hicieron famosos en la capital cordobesa y en ese mercado desde el año 1873.


ROMANCERO DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA: "OLIVARES ANDALUCES ENTRE LOPERA Y PORCUNA".

    

El poeta espontáneo -y el mismo poeta culto salvado de la adulteración culterana- ha encontrado otra vez, en la guerra civil, su voz antigua y ha comenzado a narrar la gesta en los españolísimos octosílabos. Ha tocado tierra. La tierra donde sus camaradas ensangrentados pelean. España revive el romancero y la forma poética abandonada por la poesía culta, el octasílabo asonantado, resucitado por Lorca, revive también en una amplia retícula rítmica, de una sorprendente modernidad. De ella se satisfacen las apetencias líricas y épicas del pueblo combatiente. Doble y dramático sino el de cantar y vivir, al mismo tiempo, la guerra sagrada. Brotan los cantos -y se encienden en la envoltura popular- en la vibrante y ensangrentada guerra española, en los mismos lugares y temas: la lucha contra el invasor extranjero. Y se oyen, en el aire cálido, estas voces de romance, antiguas y modernas, como anónima canción de gesta:

«Para alemanes de Hitler
no dar viento ni aceituna;

para italianos y moros

no dar soles, no dar luna;

tampoco deis luz alguna,
olivares andaluces
entre Lopera y Porcuna.
No deis luz a los obispos
que van con la media luna,
olivares andaluces
entre Córdoba y Andújar…»

Deodoro Roca
«Ensayos estéticos» en Prohibido Prohibir. 
Buenos Aires 1972.



   Deodoro Roca (Córdoba,  Argentina 1890  – Córdoba, Argentina 1942) fue un abogado, periodista y activista por los derechos humanos.  Es especialmente conocido por haber sido el redactor del Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria de 1918 y ser uno de los más destacados líderes de ese movimiento.

    No publicó ningún libro en vida. Sus obras son recopilaciones de textos publicados e inéditos.   


    El poeta gaditano Rafael Alberti escribió a su muerte un bello poema titulado Elegía a una vida clara y hermosa (a Deodoro Roca) que en un fragmento dice:

Elegía a una vida clara y hermosa (frag.)

Mudos, los largos llantos funerales.
Alta estrella, más no para loores.
Alto río, más no para la escoria.
Árbol alto, más para bien movido.
¡Arded, bullid, sonad, labradores!
La vida clara, hermosa la memoria,
hermoso su sentido,
claro su ejemplo y claros sus deudores.




    Post facilico y divulgativo (todo un descubrimiento para mi y espero también que para muchos) utilizando el cómodo sistema del copia y pega.

FUENTES UTILIZADAS

Deodoro Roca «Ensayos estéticos» en Prohibido prohibir: (http://deodoroenespiritu.blogspot.com.es)


FOBIAS, FILIAS, PROTAGONISMOS, PERSONALISMOS, MALAOSTIAS, MALAFOLLÁS Y MARCOPONES.

   Andamos últimamente un poquito trastornadillos  en cuanto a autoestima personal y con problemillas de mala conciencia. Vamos a intentar con este post reparar los archivos dañados que sean recuperables pasando por nuestro particular antivirus tanto al hardware como al software de nuestros aparatejos más o menos aparatosos o anormales.

   Principiemos por el final (anarquía pura y dura). Malaostia, malafollá y marcopón son apelativos varios tomados de nuestro rico léxico andaluz que se suelen utilizar para definir caracteres entre los seres humanos. ¡Qué carácter! ¡Qué malaostia tiene este tiparraco/a! Puestos a reeducarse y corregirse nos topamos muchas veces con determinantes o circunstancias personales que impiden o imposibilitan tal propósito regenerador. Creemos que son imposiciones genéticas que se instalan en el individuo y no hay manera de trastocarlas o desplazarlas al rincón último de nuestro trastero de miserias. A veces no queda más remedio de terminar aceptándonos como somos para poder sobrellevar la existencia con dignidad y felicidad que es a lo que la mayoría de los seres humanos racionales aspiramos.

    Lo peligroso y dañino sobreviene cuando no se saben utilizar herramientas cono la inteligencia o la ironía. El resultado son prejuicios y censuras con etiquetas injustas o desproporcionadas por desconocimiento mutuo. Esas que a veces colocamos alegre e injustamente tanto a diestra como a siniestra. El daño causado va a depender mucho del talante, personalidad, catadura moral  e inteligencia del destinatario. También influye la cantidad y calidad de los potenciales lectores que tengan acceso a esas críticas o censuras. La mejor medicina para curarse en salud la encontramos en el refranero español y en nuestra literatura: “Ande yo caliente, y ríase la gente”

    Cuestión bien diferente son las filias y las fobias que arrastramos. Éstas si creemos que son alterables y modificables con tesón y predisposición personal. Las filias se suelen adquirir por conciencia, convivencia o seguidismo borreguero. Llegaremos a ser ovejitas luceras, mansas, blancas, negras o rebeldes e inconformistas. Las fobias suelen ser consecuencia directa de humanas actitudes medrosas o de inseguridad. Muchas veces se adquieren por firme convencimiento, cabezonería o razonamiento intelectual consecuente con nuestras filias. En definitiva, que por mucho que nos psicoanalicemos o nos gastemos los jornales en profesionales de la psicología creemos que al final terminaremos siendo lo que hemos sido y seguiremos siendo: “Ca uno es ca uno y tiene sus caunas». No hay que renunciar nunca a esos mecanismos de autocontrol que propician la convivencia educada y civilizada. Pese a ello las ganas de mandar a la peña a la mierda no van a desaparecer nunca de algunas personalidades. Cuando te tocan la moral más de lo justo y necesario se suelen producir brotes o estallidos de ira incontrolables. Recuerden a ese grande y consecuente actor ya desaparecido (siempre permanece en la memoria y en su huella) Fernando Fernán Gómez

   Lo tenían  atosigao algunos profesionales del periodismo y rompió a la tremenda con esa su ya famosa lanzada mierduna. Entre fangos y lodos de mierda son muchos los seres humanos que se desenvuelven con soltura y hasta con éxito.

   La propensión por el protagonismo y el reconocimiento parece innata también a la condición humana. Marcadas diferencias entre aquellos que disfrutan como cochinos en un charco con la medalla otorgada o concedida (ególatras enfermizos en numerosas ocasiones) y aquellos otros más humildes que se conforman con una sencilla y asequible medalla de tripa de salchichón del güeno. Volvemos a lo de siempre: «En la variedad está el gusto y para gustos, los colores».




   Este post creo que se merece un remate literario musical. Nada más oportuno y oportunista que “La mala reputación” de Georges Brassens. De las diferentes versiones me inclino y decanto por la de Loquillo:

GENERAL MIGUEL NUÑEZ DE PRADO Y SUSBIELAS (Montilla 1882-Pamplona 1936).

    Como consecuencia de cierta propensión personal a citar y relacionar los nombres y apellidos de los diferentes protagonistas y secundarios que se cruzan en nuestro camino se establece una fluida comunicación con personas de diferentes ámbitos que, por cualquier motivo, muestran curiosidad o interés por alguno de ellos. Normalmente procuramos atender estas peticiones de ayuda.
    Un comentario de un amigo y compañero, inserto en una entrada antigua, sobre el apellido Núñez de Prado, originario de Montilla (Córdoba), que no tiene nada que ver con la prestigiosa almazara de aceite de oliva virgen extra de Baena (Córdoba), ha provocado una reciente y doble demanda en torno al general de división del arma de caballería don Miguel Núñez de Prado y Susbielas, natural de Montilla. Durante la indagatoria hemos conocido a un militar africanista de brillante hoja de servicios y trayectoria, cuya figura, creemos, ha quedado algo relegada al olvido entre los cordobeses, sus paisanos, como consecuencia de las circunstancias finales de su vida. Es precisamente su trágico final quien lo ha situado como objeto de nuestro especial interés, como podrán comprobar más adelante.

     Había nacido en Montilla en el año 1882. Era hijo del militar de carrera Miguel Núñez de Prado y Rodríguez y de Concepción Susbielas y Sanz, ambos pertenecientes y emparentados con las principales familias de la localidad (Cuesta, Rioboo, Salas, Portero…).

    Tras concluir brillantemente su  periodo de formación militar en la academia de caballería de Valladolid obtiene destino en el regimiento de lanceros de Sagunto de Córdoba, a cuyo mando estuvo su padre a partir de 1907. Con posterioridad pasa al prestigioso regimiento de húsares de Pavía en Madrid y poco después al escuadrón de la Escolta Real como primer teniente. Por necesidades de la guerra que se había desencadenado en Marruecos, en febrero de 1910, se le destina de plantilla al grupo de escuadrones de Melilla. En esta primera fase de la contienda africana  también participa su padre, el coronel Miguel Núñez de Prado y Rodríguez, al mando del regimiento de cazadores de Taxdirt. Fue precisamente él quien se puso en contacto con el Ayuntamiento de Porcuna (Jaén) para que se premiara y reconociera oficialmente la actitud heroica del cabo de su regimiento, el porcunense Cristino Molina (Laureados y mutilados).

    En 1913, Miguel Núñez de Prado y Susbielas, ya con el grado de capitán, tras una corta convalecencia por enfermedad en la península y participar en un curso práctico de aviación celebrado en Gudalajara, regresa nuevamente al frente encuadrado en las fuerzas Regulares Indígenas de Melilla a las que permanecerá ligado por espacio de diez años.

   Su pericia y bravura en combate le sirven para ser condecorado con la Cruz de María Cristina (1914) y conseguir el ascenso a Comandante (1915).    

   Promovido pronto a Teniente Coronel por méritos de guerra adquiridos en primera línea durante aquella prolongada campaña. Con tal grado y al mando del segundo grupo de fuerzas Regulares Indígenas participa en el desastre de Annual (1921) escapando milagrosamente de la muerte (herido).


Al frente de su grupo de regulares

    Reorganizado éste tras aquel descalabro se convierte en figura preeminente de la nueva fase de la guerra.

    En 1922 abandona por unos meses las operaciones y viaja a la península para jurar el cargo de gentilhombre de S.M. para el que había sido propuesto. Tuvo tiempo de visitar a su familia en Montilla antes de regresar nuevamente a su puesto de mando.



    En el mes de mayo de 1923, coincidiendo con la fiestas en honor del santo patrón de Montilla, San Francisco Solano, es homenajeado en su pueblo natal. Acababa de poner fin a su participación en las duras campañas de Marruecos  y regresaba repleto de condecoraciones y propuesto para el inmediato ascenso a Coronel. Por acuerdo unánime de la corporación municipal sería nombrado Hijo Predilecto de la ciudad  y obsequiado con un bastón de mando, costeado por suscripción popular entre sus vecinos, para cuando alcanzara el grado de General. Se le tributa el recibimiento de un héroe:



    Montilla, como madre cariñosa, siéntese orgullosa de la actuación gloriosa de este hijo que ahora reverdece los lauros del histórico y  célebre montillano,  Gonzalo Fernández de Córdoba “El Gran Capitán” (palabras finales del señor alcalde en protocolario discurso en su honor).



    En la fotografía además del homenajeado (nº 1) y el ya referido alcalde señalado con el nº 3, aparece el General Sanjurjo (nº 2), nombrado comandante general de Melilla con posterioridad al desastre de Annual y a cuyas órdenes había operado. Con el nº 4, portando un sombrero blanco entre sus manos, se nos muestra su orgulloso padre, el General Miguel Núñez de Prado y Rodríguez, que por estas fechas se hallaba ya en situación de retirado después de haber estado al frente de los Gobiernos Militares de Jerez y Valencia.

   En un banquete celebrado en la caseta de feria del elitista Círculo Montillano, el homenajeado y su ilustre huésped, el General Sanjurjo, pudieron degustar una selecta carta de los reputados vinos del terreno: “Sobresaliendo las marcas Buenavista de Ruiz Jiménez, Solera y Carta Fina de Cobos, Solano de García Toro y Néctar de Alvear”. 


    Ya con el grado de Coronel es destinado al primer regimiento de Aviación en Madrid, cuyo mando se le confiere. En 1925 se hace con el fajín de General y por fin puede hacer uso de aquel bastón que años atrás le regalaran en su pueblo intuyendo el progreso en su meteórica carrera.

     En 1926, como General de Brigada, es nombrado Gobernador Militar de los territorios españoles del Golfo de Guinea, en cuyo destino permanece hasta proclamada la II Republica.



    Durante los primeros años de la República, mandó la división VI de Burgos y la II de Sevilla, hasta que en 1934 pasa a la Inspección General del Ejército con sede en Madrid. Se hace acreedor de la confianza de las autoridades republicanas. El gobierno de Portella Valladares le nombra Director General de Aeronáutica en enero de 1936. El nuevo gobierno republicano salido de las elecciones de febrero, ganadas por el Frente Popular, le mantuvo en su puesto.

   Durante los agitados meses en los que tuvo la máxima responsabilidad en la materia se implicó de lleno en mantener a la aviación militar española dentro de la obediencia a la República.

    Al estallar la sublevación en Marruecos el 17 de julio, se puso a trabajar para abortarla, en abierto contraste con la parálisis del poder civil. Se ofreció para volar a Tetuán y tratar de evitarla. Suspendió el viaje y decidió volar al día siguiente a Zaragoza, ciudad que aún no se había sublevado formalmente. Su propósito era persuadir al general Cabanellas al mando de la V División Orgánica para que no se uniera a los sublevados.

   En la tarde del 18 de julio aterrizaba en el aeródromo Palomar de Zaragoza el aeroplano en el que viajaba Núñez de Prado. En un automóvil de la Comisaría de Vigilancia, se trasladó directamente al Gobierno Civil, acompañado de dos ayudantes y un secretario. Una vez allí conferenció extensamente con el señor Vera y después marchó a la División para entrevistarse con el general Cabanellas. Éste y sus jefes no sólo se negaron a escuchar sus requerimientos sino que le prohibieron que abandonara el edificio, en cuyas dependencias quedó detenido hasta que días más tarde fue trasladado a Pamplona y puesto a disposición del general Emilio Mola, que terminaría ordenando su fusilamiento.

    

    Aquí es donde entra en liza una primera solicitud de ayuda procedente de la Asociación de familiares fusilados de Navarra (AFFNA), que conocedores de su origen cordobés, nos escriben con la esperanza de poder localizar a sus descendientes. Creen tener localizado el lugar exacto que alberga sus restos mortales. Los ha conducido el testimonio de Ricardo Sola, nacido en 1923, que fue testigo directo, en solitario y oculto, del fusilamiento de dos personas en el cruce a Murugarren de la carretera Bearin a Abarzuza (Navarra):

    “Se metieron en la pieza, aquí, de estas flores, ocho metros para arriba, en este orillo y… a ver, quitaros los zapatos, las botas. Se quitaron las botas… ¡daros media vuelta! Pun, pun, al agujero… se cayó y todo. Aquí mismo, yo estaba aquí. Ahí había una pared”. 



    Ricardo Sola, en un ejercicio de memoria realizado sobre el terreno, recordaba  aquel fusilamiento que presenció cuando tenía sólo 13 años de edad. Identificaba claramente el lugar. Se refería continuamente a los dos fusilados como “los italianos” sin dar razones del porqué. Vestían ropa militar y gorras. Las botas que calzaban eran rojas, eran de buena calidad y los ejecutores, se las quedaron. Verdugos y fusilados llegaron en un coche. Los matones también vestían uniformes militares.

    Cotejando estas informaciones con otras referencias, están plenamente convencidos de que los ejecutados en aquel lugar el 10 de agosto de 1936 fueron el general Miguel Núñez de Prado y su ayudante, el comandante de caballería Francisco León López.

   AFFNA ha conseguido los apoyos y recursos necesarios para iniciar en cualquier momento los trabajos de exhumación. De ahí la importancia de entablar contacto con descendientes o familiares, que se mostrasen  dispuestos a someterse a la pruebas de ADN que permitieran la identificación definitiva.

    Hemos realizado algunas pesquisas de hemeroteca que nos podrían servir de ayuda para alcanzar tal objetivo:

    

    Miguel Núñez de Prado y Susbielas, como bizarro teniente del regimiento de húsares de Pavía, contraía matrimonio en 1908 con Aurora Bermejo y Fraile de Tejada, hija de Eugenio Bermejo, un cosechero de vinos de Valdepeñas (Ciudad Real) fallecido en 1904, y de Inocencia Fraile de Tejada.


Madrid 1926 (una de las dos situadas en el centro)

   De esta unión vinieron al mundo al menos cuatro hijos: Fernando, Concepción, Purificación y Aurora Núñez de Prado Bermejo. Todos fallecidos al día de hoy, pero con descendencia. Fernando, muy posiblemente sea el niño que aparece retratado en primera fila en la fotografía del homenaje de Montilla.




Abc – 1933

   Miguel Núñez de Prado fue uno de los primeros españoles que pudo acogerse a la ley de divorcio emanada de las primeras Cortes de la República. Su proceso no estuvo exento de dificultades. Una primera sentencia del Juzgado de primera instancia fue recurrida por su esposa y el asunto llegaría hasta el Tribunal Supremo. Las brillantes argumentaciones presentadas por su defensa, en manos de su primo Ramón Muñoz y Núñez de Prado, permitieron la disolución definitiva del vínculo matrimonial en diciembre de 1932.

   Al poco vuelve a contraer matrimonio con María Luisa Baux y López de la Cámara. De esta segunda unión no conocemos descendencia. Tras la dolorosa perdida de su compañero sentimental debió de optar por el exilio. Conocemos que en octubre de 1950, con 60 años de edad, se hallaba en  Napoles (Italia), desde donde se embarcaba en solitario en el Conte Biancamano con destino a USA- Washington D.C.

    La segunda petición de ayuda que hemos recibido y atendido procede precisamente de los descendientes de otro de sus primos, llamado Jesús Muñoz y Núñez de Prado, un jurista a quien el general dispensó especial protección, consideración  y miramiento. Fue su secretario particular durante los años que permaneció de Gobernador en los territorios de la Guinea Española. Era Juez de 1ª Instancia e Instrucción en Chinchón (Madrid) cuando estalla la guerra. Terminada ésta, tuvo que hacer frente a la típica acusación de los vencedores de “colaborar con el gobierno republicano” y de “haber mantenido una actitud pasiva ante los desmanes cometidos por la horda roja”. Se salvó de la pena máxima gracias a la oportuna intervención de su suegro, lo que no le impidió permanecer inhabilitado para el ejercicio de su profesión durante un tiempo. Su hermano Ramón, el abogado, fue fusilado, mientras que un tercer miembro de esta numerosa familia  logró exiliarse a Méjico. 
    Sus familiares recuerdan como sobre los años 50-60, ya rehabilitado Jesús y con destino en la Audiencia de Pamplona, alguien se puso en contacto con él para indicarle el lugar de la fosa que albergaba los restos mortales de su primo, ayuda que desestimó ante el temor de que pudiera verse comprometida su situación y la de su familia.

    Viene a coincidir con el testimonio recabado por AFFNA entre la familia del comandante Francisco León, la segunda persona cuyos restos mortales supuestamente contiene la fosa localizada: «En efecto era mi bisabuelo y puedo deciros que hace años un hombre llamó a nuestra casa afirmando ser del bando franquista y que conocía donde estaba enterrado nuestro bisabuelo, recuerdo que decía que su conciencia no le permitía ocultar más está atrocidad…”

    Por lo pronto hemos cruzado los correos de los interesados, aunque no debemos descartar la posibilidad de alcanzar la línea directa genética, y  que sean ellos quienes intervengan en el supuesto de que comulgaran con esos principios de justicia y reparación que se persiguen desde la Asociación de familiares de fusilados de Navarra (AFFNA).

    Una última vía nos la proporciona la posible descendencia de Jesusa, la única hermana de Miguel. No estamos seguros si permaneció soltera o si contrajo finalmente matrimonio con un señor apellidado Aguayo. En la crónica del funeral celebrado en Montilla por el eterno descanso de don Juan P. Susbielas Sanz en el mes de julio de 1934, se menciona entre los dolientes a sus sobrinos don Miguel Núñez de Prado, don Rafael Aguayo Susbielas y doña Jesusa Núñez de Prado de Aguayo.

    En pro de una causa que consideramos legítima y justa, invitamos a quienes se muestren dispuestos a colaborar en la búsqueda a que dejen sus comentarios o bien se pongan directamente en contacto con AFFNA-NAFSE 36 de Navarra. 



LOS SUCESOS DE 1915 (CRISIS DE TRABAJO Y MOVIMIENTO OBRERO EN MOTRIL).

    El año de 1915 fue especialmente conflictivo en nuestro país. A la escasez y carestía de los artículos de primera necesidad derivada del conflicto bélico que se venía desarrollando en Europa, se suma una aguda crisis de trabajo. Las manifestaciones de protesta y los conflictos sociales proliferan a lo largo y ancho de la geografía nacional. El recurso al máuser, para sofocar y acallar las protestas, estuvo revestido de sangre en numerosos lugares. Por su especial resonancia destacan sucesos como los de Cenicero (Rioja) o  Torreperogil (Jaén). En la costa granadina, manifestaciones de protesta, desarrolladas en las poblaciones de Ítrabo y Motril, fueron disueltas a tiros por efectivos de la guardia civil.

    Nos detendremos en esta última. Analizaremos, de camino, la evolución de aquel emergente obrerismo motrileño, que había ganado considerablemente en adeptos y organización tras la visita de Pablo Iglesias en octubre de 1914. Intentaremos además desentrañar posibles maniobras arteras desplegadas por el caciquismo monárquico para liquidar o manipular a aquellos que escapaban de su control.

La organización obrera motrileña


     En abril de 1914 nacía en Motril una agrupación socialista bajo la denominación de “La Democracia Social”. Salvadas las primeras trabas y los típicos recelos por parte de la autoridad local terminarían estructurando una importante organización en torno a la cual se aglutinarían los diferentes gremios laborales. Se hicieron con una sede social ubicada en la céntrica calle Hernández Velasco nº 45 (Nueva). Un magnífico y amplio edificio con espacios comunes y salas de reuniones para las diferentes sociedades que se iban incorporando: “El Despertar” (agrícolas), “La Hércules” (obreros del puerto), “El Trabajo” (albañiles), “La Progresiva” (alpargateros), “La Razón” (transportes), “la Emancipación” (obreros del mar) y una activa “Juventud Socialista”.



Juntas Directivas – enero de 1915


    Durante sus primeros meses de vida no aflora reivindicación alguna. Sus primeras actividades se limitaron a la organización de conferencias de extensión cultural. El alcalde conservador, dramaturgo y poeta don Gaspar Esteva Ravassa, atendiendo la invitación cursada por los socialistas motrileños, impartió una de ellas. Se dice, que terminó su intervención con la siguiente frase: “Si esto es el socialismo bendito sea”.


Gaspar Esteva 
    El siguiente logro sería la creación de una escuela completamente gratuita para los asociados y sus hijos: “Asisten varios cientos, recibiendo la enseñanza en locales más amplios, más higiénicos y aun mejores condiciones de material que las escuelas nacionales, instaladas por lo general, como es sabido, en cuchitriles inapropiados al caso”.

    Se comparte también ese típico afán de regeneración moral y cultural propio de aquel primer obrerismo organizado. En marzo de 1915 el Centro Obrero tenía presupuestadas 75 pesetas al mes para la adquisición de libros, prensa y revistas, disponía de una pequeña biblioteca para el recreo de sus socios y estaba prohibido el consumo de bebidas alcohólicas en sus locales. En el piso alto se habían acometido obras para acondicionar un pequeño teatro en el que pudiera actuar su Cuadro Artístico, constituido recientemente e integrado por jóvenes de ambos sexos.

     Definitivo para el arraigo societario fue la creación en septiembre de 1914 de una cooperativa socialista titulada “La Redención” dedicada a la elaboración y venta de pan. Su nacimiento coincide con la carestía del precio del pan y los primeros problemas con la falta de peso, fraude al que recurrían algunos pícaros industriales para no tener que modificar el importe de venta al público. Aquello atrajo hasta sus filas una considerable cifra de nuevos adeptos. 

     Es durante esa etapa de máximo potencial humano cuando tiene lugar  la visita del líder nacional del Partido Socialista Obrero, Pablo Iglesias, que terminaría arrastrando a muchos obreros indecisos.

     Es justo a partir de entonces cuando se enturbian las relaciones con las autoridades locales y surgen los primeros miedos y recelos. El caciquismo motrileño desplegará su maquinaria para intentar frenar ese meteórico auge. Se recurre a todo tipo de artimañas. Se intenta fomentar el sindicalismo católico. Las autoridades municipales, según fuentes socialistas, instaban a sus propios empleados para que engrosasen sus filas, bajo la amenaza de perder su empleo. La Iglesia también puso su granito de arena trayendo hasta Motril a un predicador que lanzó los típicos anatemas contra la lucha de clases y en pro de la armonización social preconizada desde los postulados del sindicalismo católico:


    “En un Centro católico, al que por desgracia concurren algunos obreros tan faltos de energía como de conciencia de sus intereses, ha puesto cátedra un fraile, con el “noble” fin de dividir a los trabajadores. Según él hay, Centros de bien y Centros del mal: a los primeros pertenecen los ricos y los obreros sumisos; a los segundos los socialistas. Después de decir esto, arenga a los obreros para que se salgan no sólo de sus casas, sino de sus casillas, y les pide que no sean cobardes y no vayan con quienes les proponen realizar transformaciones que produzcan la igualdad de medios y la desaparición de los parásitos sociales”.


(El Socialista – enero de 1915)


    El entrecomillado pertenece a un artículo, firmado por un anónimo socialista motrileño, publicado en El Socialista con el encabezamiento de “Los caciques contra los socialistas de Motril”. Detrás del anonimato creemos que se esconde el activo militante de la agrupación local  y corresponsal de la prensa socialista, Eduardo Castro, un joven que gozaba de cierto prestigio y ascendencia entre los trabajadores motrileños. Otras críticas y denuncias, cada día más incisivas, se fueron sucediendo en las páginas del diario «El Socialista».


     La sección titulada “Los feudos del caciquismo”se hace eco de una serie de coacciones, intimidaciones, atropellos e ilegalidades cometidas contra el obrerismo organizado socialista:


    “El día 25 del pasado mes de enero se presentó en el Centro Obrero el jefe de la policía municipal que requirió los libros. Un compañero le contestó que cada sociedad tenía sus libros bajo llave. Quedó en volver por la noche. El objeto perseguido es sacar nota de los socios para perseguirlos hasta aniquilarlos”.


    “En la puerta del Centro Obrero hay una pareja de guardias municipales constantemente, vigilando a todo el que entra y sale, para denunciar luego ante el alcalde a aquellos que, habiendo sido amenazados, continúan en su puesto. En el mismo paso del Centro se ponen todas las noches los cabos de serenos y cachean a los viandantes; lo más irritante es que la medida no es general, sino aplicada sólo a los afiliados”.



    Tal cúmulo de denuncias tuvo una primera consecuencia inmediata, el cese de Eduardo Castro como empleado del municipio.


Crisis agrícola y de trabajo


    La primera viene de atrás y es consecuencia directa de la progresiva crisis del cultivo de la caña de azúcar y el de otros con los que se le quiso sustituir. Además, las heladas e intensos fríos de aquel invierno acabaron con la mayor parte de la cosecha. Lo mismo pasó con las patatas que, aunque volvieron a retoñar, tuvieron paupérrimos rendimientos (30 arrobas por marjal). Por culpa de la progresiva descapitalización de pequeños y medianos labradores una tercera parte del marjalado de la fértil vega motrileña se hallaba baldío.


   Para atajar la crisis de trabajo se recurrió en un principio a los tradicionales alojamientos. Los terratenientes dieron ocupación a un pequeño porcentaje del cada día más numeroso grupo de parados. La necesidad apremia, el malestar cunde y la solución resulta insuficiente.

   A mediados de enero de 1915  las sociedades obreras motrileñas solicitaron permiso para celebrar una manifestación pública en demanda de soluciones a la pertinaz crisis de trabajo que afectaba principalmente a quienes dependían, única y exclusivamente, del jornal diario. Se protestaba, de camino, por la falta de peso del pan. Sería denegada por la primera autoridad provincial, que además les impide y prohíbe la celebración de un acto público. 



    Las soluciones podían llegar a través de dos importantes obras públicas que se hallaban en fase de ejecución: las obras del puerto y el tramo Motril – Calahonda de la carretera nacional Málaga- Almería.

    El número de trabajadores que emplearon los respectivos contratistas seguía resultando insuficiente. Delegados de las sociedades obreras conferenciaron con el contratista de la carretera. Demandaban una subida del jornal e intentaron concienciarle sobre su capacidad real y necesidad de acoger a un mayor número de trabajadores.

    La reclamación surtió efecto en cuanto al salario, que pasó de 6  reales a 8 (2 pesetas). También se comprometió a dar más trabajo en el momento que se recibieran las nuevas herramientas que tenían encargadas.

    Las soluciones no terminaban de cubrir las necesidades. Ante la miseria generalizada y la angustiosa situación por la que atravesaba la clase trabajadora se temía un estallido social, como finalmente ocurrió.



La manifestación del 8 de marzo


   La promesa del contratista se dilataba en el tiempo. Los obreros parados, impacientes e instigados por el hambre (probablemente también por el Centro Obrero), optaron por presentarse a pie de obra a primera hora de la mañana del día 8 de marzo. Llevaban herramientas que se procuraron por sus propios medios. El encargado no quiso o no pudo admitirlos. Al grito unánime de todos o ninguno, los pocos que se hallaban trabajando abandonaron el tajo y se sumaron a los demandantes, tomando juntos rumbo presto hacia Motril:


   “Al verlos entrar, las mujeres, las hijas y las madres percatadas de lo que había ocurrido, prorrumpieron en gritos de indignación y apostrofando a sus esposos, sus padres e hijos, los excitaron a protestar con mayor energía, calificándolos de cobardes y enarbolando en un astil un pañuelo encarnado recorrieron la calles de la ciudad costera, pidiendo a grandes voces pan y trabajo”.


    Se dirigieron en busca de don Juan Moré, presidente de la Cámara de Comercio, que se hallaba acostado y no pudo o no quiso recibirles. Solicitaban el cierre de los comercios. No hizo falta su intervención ya que los comerciantes ante tan imponente y encendida manifestación procedieron a su cierre inmediato.

    Los pocos obreros empleados en las obras del puerto se sumaron por solidaridad. La guardia municipal es incapaz de frenar y disolver aquella multitudinaria concentración de hambrientos en demanda de pan y trabajo. Tiene que intervenir la Guardia Civil con su capitán a la cabeza. Sus órdenes de disolución, al parecer, no fueron  atendidas. El corneta dio un toque de atención contestado con una lluvia de piedras, mueras y griteríos. El capitán, según la versión oficial, recibió pedradas en la mano y en una pierna que le obligaron a hacer uso de su arma reglamentaria. Un obrero, llamado Francisco Navarro García, cayó a tierra herido por un balazo que le atravesó la oreja. Se desata la confusión y la guardia civil carga sobre los manifestantes que se dispersaron.


   Volvió a reconcentrarse un numeroso grupo que se dirigió al Ayuntamiento. No pudieron ser recibidos por el Alcalde, que se hallaba ausente. Estaba en Granada solucionando asuntos relacionados con la inminente celebración de las elecciones a diputados provinciales. Eduardo Castro, secretario de la A.S., desde el balcón principal del Ayuntamiento, consiguió que finalmente el grupo se disolviese.


Consecuencias


   A raíz de de aquellos sucesos se procede a la clausura inmediata del Centro Obrero. A los pocos días son detenidas unas 40 personas entre las que figuraban algunas mujeres a las que se acusaba de arrojar piedras contra la guardia civil.

    Los socialistas intentan desmarcarse de los hechos y le atribuyen a la manifestación un carácter improvisado:

    “A ello fue ajeno el Centro Obrero. Tanto es así, que desde las diez de la mañana, hora en que empezó a notarse la agitación, el Centro estaba cerrado, a fin de evitar que se le quisiera utilizar como punto estratégico para los fines que convinieran a las autoridades caciquiles”.

    Tachan de arbitraria la clausura y atribuyen tal proceder a una persecución orquestada por los elementos caciquiles, ya que en poco tiempo habían conseguido extender sus propagandas a otras poblaciones del distrito electoral en las que se habían estructurado organizaciones y sindicatos, caso de Salobreña, Ítrabo o Torrenueva. 

    Poco a poco serían puestas en libertad permaneciendo finalmente recluidos, inculpados y expuestos a la jurisdicción militar, por atentado contra la fuerza pública, las siguientes personas:

     Eduardo Castro, presidente de la Juventud Socialista y secretario del consejo de dirección del Centro Obrero, por creérsele uno de los principales cabecillas del motín.
    Francisco Antúnez, vicepresidente de La Emancipación. Era acusado por un guardia municipal apellidado Olmedo, de recriminarle cuando éste, revolver y sable en mano, trataba de detener a los grupos que corrían de la guardia civil.
    Manuel González Martínez, socio agricultor, acusado de amenazar a la fuerza armada.
    Juan Chamorro López, albañil, acusado de llevar una bandera.
    Francisco Sarmiento Moreno, del campo. Capturado por la guardia civil durante el tumulto fue liberado por un grupo de mujeres que lo sacó del cuartel y nuevamente capturado. 

    Serían pronto puestos en libertad provisional, aunque conscientes de las consecuencias que podía acarrearle su comparecencia ante un Tribunal Militar, llegaron, incluso, a remitir una carta al Dr. Luis Simarro, por entonces Presidente del Comité Nacional para la Defensa de los Derechos del Hombre, para que intercediera por ellos.


Las elecciones a diputados provinciales


    Los socialistas motrileños tenían escaso historial en lides electorales. Su primer contacto con las urnas fue en el mes de junio de 1914, casi recién constituida la sociedad. Las elecciones a diputados a Cortes celebradas en 8 de marzo tuvieron que repetirse al resultar estimada la impugnación del acta ganada por el conservador José María Márquez y Márquez. Desde “La Democracia Social” se acordó la abstención y se prohibió a los asociados que formaran parte de las mesas electorales:


    “En Motril se daba el primer caso de dignidad en los electores al negarse muchos a votar por imposición, alegando su derecho de hacerlo por aquel que le fuera más simpático o defendiera más directamente los interés comunes”.


     Para las elecciones a diputados provinciales convocadas para el domingo 14 de marzo de 1915 su actitud cambió considerablemente. Los sucesos recientes habían potenciado la animadversión obrera contra los conservadores, especialmente contra el Alcalde, don Gaspar Esteva, a quien acusaban de inhibición a la hora de buscar soluciones a la crisis de trabajo y le hacían responsable de las persecuciones que venían sufriendo. Llegaron a recomendar el voto para los candidatos demócratas (seguidores de Romero Civantos) y para el motrileño Francisco Moré de la Torre que comparecía en representación de la facción liberal romanonista.

    Este anunciado comportamiento afectaba y descomponía los tradicionales amaños y pactos entre los partidos dinásticos en el distrito. Los caciques de los diferentes bandos celebraron una reunión previa en casa de don Francisco Moré, finalmente elegido, para encontrar una fórmula que evitara la confrontación.

   Para la siguiente cita con las urnas (elecciones a diputados a Cortes del 9 de abril de1916) el potencial del obrerismo motrileño ya había mermado considerablemente y desconocemos que actitud adoptaron entonces.



    La ciudad de Motril tras aquellos convulsos días de detenciones e inciertas elecciones recuperaría poco a poco la normalidad. El domingo 21 de marzo se celebró un multitudinario mitin obrero en la Explanada de Capuchinos. Además de los representantes del Centro Obrero, subió a la tribuna el abogado, farmacéutico, periodista  y escritor José Garcés Herrera, que abogó por la búsqueda de soluciones por la vía pacífica, De aquel acto salió una comisión que pasó al Ayuntamiento donde fueron recibidos amablemente por el señor Esteva Ravassa. Los obreros solicitaron a la primera autoridad pan y trabajo.

    La autoridad municipal y el gobierno de la nación tras aquel estallido violento arbitraron los medios necesarios para sofocar paulatinamente aquella aguda crisis de trabajo.


El Consejo de Guerra


    En el mes de mayo de 1916 se celebra en la Casa Ayuntamiento de Motril el Consejo de Guerra para la vista de dos causas por los supuestos delitos de insulto a fuerza pública, que provienen de sendos desordenes ocurridos en Motril y Ítrabo un año atrás.

   Para los procesados de Motril el fiscal solicitaba la pena seis meses de arresto mayor y sus defensas la libre absolución:


   “Las defensas, en brillantes escritos, abogaron por sus patrocinados y fundamentaron su irresponsabilidad en dos razones poderosas; una, de derecho penal, y otra, de derecho social.

    Plantearon la primera al exponer una de las manifestaciones en la génesis del delito, y probando que no delinque quien no exterioriza en acto punible su acción, pues nadie puede castigar al que falta a la ley con el pensamiento”.


    No hemos sido capaces de encontrar la sentencia definitiva, aunque lo más probable es que todos resultaran absueltos.

  

Eduardo Castro Fernández

   Apreciamos cierto vacío informativo en torno a este controvertido personaje de la historia del movimiento obrero motrileño. Se conocen relativamente pocos datos sobre su trayectoria. Habría que seguir estrujando la colección de El Socialista para desentrañar cómo y cuando se desvincula del socialismo motrileño, que a partir de 1919 prácticamente desaparece. Lo poco que sabemos de él es a través del testimonio de su enconado enemigo Narciso González Cervera. No entraremos en detalles de momento, preferimos seguir investigando sobre él y emplazarles para una próxima cita.


FUENTES UTILIZADAS


El Socialista (1914-1916). Hemeroteca de la Fundación Pablo Iglesias.

Prensa periódica granadina, alojada en la Biblioteca Virtual de Andalucía. Especialmente jugoso lo publicado por El Defensor de Granada, que envió a Motril a uno de sus redactores para poder hacerle un seguimiento directo a aquellos sucesos.

Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional


Bibliografía:


Instituto de Reformas Sociales: censo electoral de asociaciones profesionales a 30 de junio de 1916. Sobrinos de la suc. de M.Minuesa de los Ríos. Madrid.1917.

Antonio Mª  Calero Amor / Historia del movimiento obrero en Granada (1909-1923). Ed. Tecnos. Madrid, 1973.

Salvador Cruz Artacho / Caciques y campesinos: poder político, modernización agraria y conflictividad rural en Granada (1890-1923). Ed. Libertarias, 1994.

ADOLF SCHULTEN POR LOS LLANOS DE VANDA (abril de 1921)

    En la primavera del año 1921 el ilustre arqueólogo y profesor de la Universidad de Erlangen (Alemania), Adolf Schulten, acompañado por el general Lammerer, director del Instituto Topográfico de Múnich, visitan la provincia de Córdoba para estudiar sobre el terreno los lugares donde, supuestamente, se desarrolló la famosa Batalla de Munda, entre Julio Cesar y los hijos de Pompeyo (Bellum Hispaniense).    

    Permanecerán alojados unos días en la villa de Espejo (la antigua Ucubi), desde la que realizaron varias excursiones a los Llanos de Vanda, ubicados entre las poblaciones de Montilla, Castro del Río y Espejo (“Campus Mundensis”).

    No vamos a entrar en consideraciones sobre la veracidad de esa adscripción geográfica. Pese a la falta de unanimidad entre los especialistas, son muchos quienes apuestan por este escenario. Tampoco repararemos en demasiadas consideraciones científicas. Nos centraremos, mayormente, en los detalles geográficos, paisajísticos  y anecdóticos relacionados con la visita realizada al corazón de la campiña de cordobesa por tan ilustres huéspedes. Nos serviremos de las crónicas publicadas en la prensa provincial, remitidas desde Espejo, y de “La Batalla de Munda”, trabajo publicado “a posteriori” por el propio Adolf Shulten , traducido al castellano por el profesor Bosch Gimpera y publicado en el Boletín de la Real Academia de Córdoba en 1924. 

   Utilizaremos el cómodo sistema del copia, corta, pega, pinta, recorta y colorea, para fusionar ambas fuentes, organizar y estructurar su contenido.


    «Instalados en Espejo y hechos los preparativos para los trabajos del día siguiente visitamos al Alcalde don José Castro Torronteras, para quien el Gobernador nos había dado una recomendación, siendo recibidos con extraordinaria amabilidad, y habiéndonos ayudado con todos los medios que estaban a su alcance para que la expedición fuera del mayor provecho y se hiciera con toda comodidad. Durante nuestra conversación con don José Castro en el Casino de Espejo, noté en la cadena del reloj de un labrador monedas romanas, que me dijeron que procedían de un tesoro de unas 700 que se había encontrado en las inmediaciones y que fue vendido sin que se sepa el paradero ni se pudiese anotar el hallazgo. Solo quedaron 60 en Espejo, que amablemente fueron traídas para que pudiese estudiarlas» (1).

 

Primera excursión (15 de abril)


    «A la mañana siguiente emprendimos la marcha, en la que nos acompañaron, además del Alcalde, el maestro de Espejo. Alegremente rodaban las ruedas del coche a través de los caminos que cruzaban el verde paisaje. Allí todo está cultivado hasta las últimas cimas. Cuando hace años visité por primera vez la región, era otoño y las alturas parecían peladas y yermas como las de los alrededores de Numancia, de modo que me prometía encontrar restos de los campamentos romanos. Experimenté un rudo desengaño. Aquí la reja llega a todas partes; y no es la reja de tradición romana, como en Castilla, que solo desflora la superficie, sino la máquina moderna, que penetra profundamente arrollándolo todo, como pudimos observar muy pronto en ruinas visibles en distintos lugares próximos al camino, de las que no quedaban en pié más que pequeños trozos de muro acá y allá, que habían resistido a la destrucción y entre los cuales aparecían tiestos, tejas y otros indicios de lugares de habitación romanos. Aquí se les llama «Villar». Probablemente entonces el país fue habitado más densamente que ahora, en que sólo se encuentran de trecho en trecho los cortijos. Después de una hora de viaje el coche se detuvo junto al rio Guadajoz, que saludamos como el «Flumen Salsum», el rio Salado del Bellum Hispaniense, que jugó un papel muy importante en las operaciones. En este lugar se encuentran muchos cursos de agua salada al propio tiempo que pequeñas salinas. El valle del Guadajoz, todo verde, brillaba esplendorosamente y los ruiseñores entonaban un hermoso canto de primavera.

     Seguirnos a pie, atravesando el rio, y ya al otro lado subimos a una loma, el «Cerro del Agua», en donde se hallaba el principal campamento de César durante el sitio de Ategua, hoy el cortijo de Teba. Después del desayuno comenzamos la visita de Ategua, acerca de cuya identidad con el cerro de Teba no puede dudarse, pues el nombre de Ategua perdura allí en distintos lugares (Cortijo de Teba, Castillejo de Teba etc.).

Castillejo de Teba
    «La palabra Castillejo denota restos de población antigua y en realidad todavía se ven las terrazas en que se hallaban las casas, un puente sobre uno de los afluentes del Guadajoz, canteras, columnas, fragmentos de cerámica, etc. También se han encontrado aquí a veces antigüedades de la época del sitio: balas de plomo para honda. Algunas con el nombre de Gneo Pompeyo se han encontrado en abundancia en Osuna, la antigua Urso. Desgraciadamente no pudimos ver ninguna de las encontradas en Ategua, pues no fueron guardadas» (1).


Segunda excursión (16 de abril)


   “Al día siguiente nos encontramos en el camino de Ategua, esta vez a pie. Nuestro primer objetivo fue el cerro de Ventosilla, a 3 kilómetros de Ategua y que, viéndose desde él Ategua y Ucubi, corresponde a las indicaciones acerca del campamento de Pompeyo. Una espaciosa meseta ofrecía lugar suficiente para un gran campamento: tampoco aquí puede observarse rastro ninguno, ni construcciones ni fragmentos de cerámica. Nos dirigimos luego hacia el O. al cerro de Harinilla, que, distante 6 kilómetros de Ventosilla y situado enfrente del Cerro del Agua corresponde al campamento de César: «Castra Posthumiana». Leemos que Pompeyo hizo una intentona nocturna contra los “Castra Posthumiana”, pero fue rechazado. Podía, cubierto por las colinas situadas entre ambos campamentos, aproximarse sin ser apercibido: el camino puede reconstruirse sobre el terreno. Forzar el sitio no lo intentó Gneo, lo que es típico de su carácter irresoluto, abandonando el campamento de Ventosilla después del fracaso del ataque al de César. Atravesamos luego por segunda vez el Guadajoz, ahora a caballo, pues el agua tenía un metro de profundidad. De la antigua Ategua no vimos entonces gran cosa. Pudimos observar, sin embargo, canteras antiguas, de que debió salir la piedra para la construcción de la ciudad. Cuando ya casi habíamos terminado se desencadenó un temporal de agua, que nos caló completamente y que puso los caminos intransitables. Para el camino de Ategua a Ucubi, que se suele hacer en hora y media, necesitamos cuatro. Por cada paso adelante que dábamos resbalábamos medio hacia atrás y a menudo quedábamos detenidos o nos veíamos obligados a pararnos para limpiar el barro de nuestras botas que nos impedía andar. Fue una marcha espantosa. A lo lejos aparecía Espejo; pero hasta que pudimos alcanzarlo debimos subir tres colinas y descender dos hondas depresiones del terreno, todo ello sumamente penoso. Labradores que encontramos con sus caballos nos los ofrecieren, pero renunciamos a ellos. Todo por fin tiene su término y también esta marcha; pero nuestros vestidos estaban impregnados por completo de agua y lodo” (1).


    De esta segunda jornada disponemos de una descriptiva y poética narración complementaria sobre la ruta seguida y actividades desarrolladas, tomada de la crónica firmada por el culto maestro nacional Manuel Muñoz Pérez, corresponsal en Espejo del diario la Voz de Córdoba, invitado a participar de la misma:


   “Formamos la caravana los señores Schulten, Lammarer, Castro Torronteras, don José Arroyo y el que suscribe.

    La mañana es esplendida, el sol caldea nuestra sangre, la primavera, en cariñosa ofrenda, nos brinda sus más bellos colores, amapolas rojas que contrastan con el verde estallante de trigales y habares, que con sus flores blancas como la nieve aromatizan los campos con la exquisitez de sus olores.

   Por la carretera que conduce a Córdoba, emprendemos la marcha; desde el coche divisamos en toda su amplitud lo llanos de Banda, donde un día se decidió la suerte del mundo; en las salina de Duernas nos desviamos de la carretera y después de pasar por la “Silla del Caballo”, aparece a nuestra vista, allá en la lejanía, la Loma de Teba, donde se halla actualmente el cortijo de Teba la Vieja, muy próximo a las ruinas de la ciudad de Ategua.

    Descendemos del carruaje y emprendemos la marcha hacia el cerro de la Ventosilla, que se halla situado a la derecha del camino; desde él, y en magnífico panorama, contemplamos a nuestros pies el Guadajoz, llamado antiguamente Salsum; a nuestra derecha el cerro de las Pedrazas; el de las Harinillas a la izquierda, y a nuestro frente, al otro lado del rio, las ruinas de Ategua y el cerro del Agua.

    Desde la Ventosilla nos dirigimos a Teba la Vieja, vadeando el río Guadajoz. Al otro lado del río, en el cortijo de Gamarrillas nos esperaban los ricos hacendados de esta villa don Rodolfo Vega, don Vicente Casado, don Manuel Ruíz, don Carlos Vega, don Francisco y don Agustín Palacios, los señores don Juan Villatoro, don Eduardo Rodríguez y los guardias rurales de este municipio.

    En el cortijo de Teba fuimos recibidos por la distinguida señora doña Josefa Castro de Casado, que nos atendió con verdadera amabilidad con  un almuerzo suculento.

   Más tarde dirigimos nuestros pasos hacía las ruinas de Ategua.




   Esta ciudad, que antiguamente estaba asentada en una ladera y rodeada, según costumbre de los romanos, de fortísimos muros, ofrece hoy a sus visitantes un aspecto tan triste, evocan sus murallas tan profundos recuerdos que al visitarla nos sentimos transportados a otra edad.

   Ante el solemne silencio de aquellos vestigios, desfilan ante nuestra imaginación las luchas sostenidas por los partidarios de Cesar y los de Pompeyo; cada piedra de aquellas ha sido un testigo mudo de innumerables sucesos; ante ellas y en lucha fratricida, las pasiones desbordadas que dieron lugar a tan sangrientos acontecimientos. Hoy, en abandonadas ruinas, sólo el sentido cantar de algún pastorcillo o el repiquetear alegre de las esquilas del rebaño, vienen a turbar el silencio solemne de aquellos testigos de piedra.

    El señor Schulten, dando prueba de su ingenuidad, y encantado con la música campestre, al oír las notas de una flauta de caña, que un pastorcillo tocaba, solicitó y obtuvo del muchacho aquel sencillo instrumento como recuerdo de la vida apacible de los campesinos” (2).



Tercera excursión (17 de abril)


    “Así cada día se hacia una excursión distinta, dedicándose el último al campo de batalla. Hasta allí nos acompañaron el Alcalde, el Secretario del Ayuntamiento, el Maestro y dos individuos del puesto de la Guardia Civil de Espejo. El día espléndido, piar de alondras, canto de ruiseñores, sol de oro, cielo azul, paisaje verde, aire embalsamado por el perfume de las flores.

    Fuimos en coche a un cortijo situado en el borde de la llanura de Vanda («campus Mundensis»). Allí se quedaron una parte de los expedicionarios y el coche, acompañándonos el Alcalde hasta el final. Queríamos investigar los restos antiguos del borde de !a llanura. El General Lammerer llegó hasta Montilla para estudiar las posiciones de César antes del combate. Yo seguí por la ribera del río Carchena, mencionado por el Bellum Hispaniense cuando describe la marcha de César hacia la batalla. César vadeó entonces el río yendo al encuentro del enemigo situado en el borde de las alturas de Montilla. En todos los cortijos se encuentran restos antiguos. Cerca de uno de ellos aparecieron dos leones de piedra ibéricos, monumentos preciosos del arte indígena, ahora en el Museo de Córdoba; en otro cortijo se ven bóvedas romanas de mampostería. Así pasamos la mañana, volviendo al cortijo para el almuerzo, regresando a la caída del sol unos en el coche, otros a caballo” (1).





    El maestro corresponsal nos vuelve a proporcionar nuevas y detalladas informaciones:



    “Los llanos están situados entre Montilla, Castro y Espejo; tienen aproximadamente siete kilómetros de longitud por cinco de anchura, los atraviesa el arroyo de Carchena, que es de poco cauce, pero de ribera actualmente bastante poblada de huertas y caseríos.

    Establecemos nuestro cuartel general en el cortijo de “Las Cuevas”, y allí se nos unen el comandante de este puesto de la guardia civil don Rafael Calvo de Mora-Blanco y el guardia primero don Tomás Juárez.

   El general Lammeret se marcha a hacer el croquis de los llanos, y los demás, con el doctor Schulten, recorremos el campo de batalla.

   Después volvimos al cortijo de las Cuevas, donde ya nos esperaba el general; el arrendatario del cortijo, don Leocricio Márquez, nos tenía arreglados varios pollos que reforzaron nuestras ya gastadas energías; abundó el Montilla (Vinachum Mundensis), y el que suscribe tuvo el honor de obtener un cliché de nuestros distinguidos visitantes” (3).


   El resumen que nos hace sobre las explicaciones dadas por el sabio arqueólogo alemán a sus compañeros de expedición, sobre las operaciones bélicas que supuestamente tuvieron lugar en aquel campo de batalla, con independencia de la mayor o menor dosis de fantasía e imprecisiones de la teoría de Schulten sumadas a las propias deformaciones del voluntarioso corresponsal de prensa, se hace merecedor de ser transcrito tal cual:


    “Después de unas cuantas escaramuzas habidas en el valle del Guadajoz, entre las tropas de Julio Cesar y las de Pompeyo, y como éste al considerar los daños sufridos por su ejército, perdiese la esperanza de poder socorrer a sus partidarios los sitiados de Ategua, acordó retirarse de aquellos lugares, abandonando la ciudad al poder de Julio Cesar.

    Marchó Pompeyo hacia Ucubi (hoy Espejo) y Castra Posthumiana (actualmente Castro del Río); desde allí pasó a la Sierra de Montilla, estableciendo su campamento en una  elevada colina, desde la que se dominaban los extensos llanos de Vanda.

    Cesar se dirigió hacia el mismo lugar, y se situó, probablemente, en el actual cerro del Tomillar, y con marcada desventaja para la lucha; atacó a su enemigo, empezando la batalla con gran porfía; el regimiento décimo de Cesar, que ocupaba el ala derecha y que tantas victorias le había proporcionado en luchas anteriores, por figurar en él los mejores guerreros de Roma, cedió ante el empuje de las huestes de Pompeyo.

   El campo estaba cubierto de cadáveres, y la victoria, durante horas, no se decidió por ninguna de las partes; entonces Julio Cesar, apeándose del caballo y tomando arrebatadamente el escudo de un infante, comenzó a pelear entre los primeros de su ejército; este rasgo de valor enardeció a sus soldados, mejorando la lucha desde entonces a favor de Julio Cesar.

    Gran parte de aquella victoria corresponde a Bogud, rey africano que luchaba al lado de Cesar, y que en lo más recio de la pelea se apoderó del campamento de Pompeyo, aprovechándose de la poca guardia.

    Esta batalla tuvo lugar el 21 de marzo del año 45, antes de Jesucristo, y en aquella fecha contaba Julio Cesar 55 años” (3).



Paseo por el pueblo de Espejo y despedida (18 de abril)


   “El último día sirvió para un paseo por la ciudad, que conserva multitud de restos antiguos. Abajo hay un pequeño anfiteatro, hasta ahora desconocido, arriba bóvedas, etc. Luego subimos al castillo y a su torre, desde donde se ve todo el teatro de los acontecimientos de la primavera del 45 a. de J. C.: al norte Ategua, al oeste Ulia, al sur Munda, todas en alturas lo mismo que Ucubis. El propio autor del Bellum Hispaniense nota la situación elevada de las ciudades ibéricas. El administrador del castillo nos mostró balas romanas de plomo, pero no proceden de la localidad.

   Al día siguiente nuestros amigos de Espejo nos tributaron una despedida cordial, tomando rumbo hacia Montilla” (1).


Montilla y Castro del Río (19 de abril)


   “Montillaestá en una ancha plataforma. No conserva ningún resto antiguo; pero no cabe duda acerca de su identidad con Munda, puesto que la llanura de Vanda, más abajo de Montilla, se corresponde perfectamente con el “campus Mundensis”, y que la descripción del campo de batalla se adapta con exactitud a Montilla. El mismo nombre de Montilla parece proceder de «Munda», con asimilación por etimología popular a «monte». En casa del Sr. Conde de la Cortina, el feliz propietario de las mejores viñas de la comarca, vimos cuatro placas de bronce con inscripción romana, que tanto por la forma de las letras como por su contenido resultan una falsificación: una de ellas nombra a Ategua y a Gneo Pompeyo, la otra a Ulia, la tercera a L. Junio Paciaecus (el Vibio Paciaecus del Bellum Hispaniense). Tales falsificaciones debidas al patriotismo local han sido frecuentes en España, menos en tiempos recientes que en los siglos XVI y XVII, en los principios del estudio de las antigüedades patrias: así existen burdas falsificaciones de los alrededores de Numancia que señalan los distintos campamentos de Escipión. Este género de falsificaciones ha florecido sobre todo en Italia.

     Los demás lugares nombrados en el Bellum Hispaniense no es posible identificarlos, acaso con la excepción de Soricaria, que parece corresponder al actual pueblo de Castro del Rio. Gracias a los amables cuidados del señor Alcalde de Montilla pudimos ir a Castro de Río en coche, acompañándonos nuevamente el Maestro. En Castro no encontramos ningún resto antiguo; en cambio en el camino de regreso nos enseñaron una media docena de villares, aldeas y granjas romanas, por los que se comprende que la periferia de la llanura de Munda estuvo entonces densamente poblada. En uno de los emplazamientos de ruinas se ve todavía un resto del muro de la población. Un zagal nos llevó una plaquita de tierra cocida con una inscripción romana y recibió por ella un real; cuando ya estábamos algo lejos corrió tras de nosotros con una segunda inscripción: el real había producido su efecto. También pasaba nuestro camino por el lugar del hallazgo del tesoro de monedas a que antes hemos hecho referencia. Lo visitamos y el mismo que lo encontró nos dio detalles de su aparición: al cavar junto a un olivo dio con un cacharro antiguo, que rompió, saliendo de él las 700 monedas. El lugar se halla junto a un camino antiguo” (1).


    No llegan a pernoctar en Montilla. Esa misma noche imparten una conferencia en el salón de actos del Instituto General y Técnico de Córdoba. Tras unos días en la capital, visitando sus monumentos, parten dirección a Bailén (Jaén), donde pretenden realizar un trabajo de similares características sobre la famosa batalla en la que fueron derrotadas las tropas napoleónicas.

  


    Aquella campaña de investigación en Espejo despertó especial interés en uno de sus pobladores. Se trata del aficionado y coleccionista de antigüedades don Emilio Pérez Alcázar, que cuando aún no habían trascurrido tres meses, ya se mostraba impaciente por conocer el resultado de los trabajos de aquellos extranjeros. Así consta en una carta remitida a la prensa (“Recuerdos arqueológicos») en la que rebate algunas de las aseveraciones de Schulten y su acompañante en una conversación de Casino:


  “Nuestros visitantes dijeron que el sitio conocido con el nombre de Albujera era un circo romano. Yo, ante la presencia de los que en aquella reunión estábamos, me pareció poco cortes rebatirles su opinión acerca de este punto; sin embargo, con discreción, les indique que n creía que fuese lo que ellos opinan, sino un depósito de agua como realmente se ha comprobado”.


    Tras detenerse en algunos hallazgos arqueológicos, elucubrar en torno a una serie de vestigios que relaciona con un templo en el que se pudiera rendir culto a la diosa Iris, pruebas todas, que atestiguan la grandeza y esplendor alcanzado por la antigua Ucubi, termina lanzando una invitación a quienes puedan mostrarse interesados en participar en trabajos de excavación bajo su dirección:


    “Yo puedo demostrarles que cuantos gastos sufraguemos en todas estas excavaciones, han de ser recompensados con los materiales que se extraigan, aparte de que si no descubrimos riquezas metálicas, por lo menos tendremos la satisfacción de haber descubierto riquezas históricas”.

    Desconocemos si llegó a ser secundado en su iniciativa y a obtener los pertinentes permisos para realizar esas excavaciones que rondaban por su cabeza. Lo que sí parece cierto es que este señor se hizo con el tiempo de una importante colección de antigüedades procedentes de los muchos yacimientos del término de Espejo y aledaños, principalmente de Ategua. Estuvo considerado como un culto investigador de las antiguallas de aquellos lugares. En 1923 donó una cabeza romana de mármol, de tamaño natural, al Museo Arqueológico Provincial. 

     En 1933, fue él quien puso en conocimiento del director del Museo una serie de hallazgos fortuitos, al parecer de importancia, que se estaban produciendo en el Monte Horquera de Nueva Carteya, 

lo que permitió una posterior excavación sistemática.

    Algunas de las antigüedades que aparecen intercaladas entre el texto y que llevan la firma del fotógrafo castreño José Córdoba, son de Ategua y pertenecen a la colección particular de don Emilio Pérez Alcázar. Las fotografías fueron tomadas en el año 1952, hallándose ya en manos de sus herederos. Aparecen insertas, al igual que las de las ruinas de Ategua, en un artículo publicado por el culto profesor veterinario de Castro del Río, don José Navajas Fuentes, en el Boletín de la R. A. de Córdoba.


(1)  “La Batalla de Munda” según Adolf Schulten. Boletín de la Real Academia de Ciencias, Bellas Artes y Nobles Artes de Córdoba. Año III. Número 8 (abril a junio de 1924). Páginas 185-194. Puede consultarse el trabajo completo en el repositorio documental de dicha institución cordobesa.

(2)   La Voz de Córdoba de 20 de abril de 1921.

(3)   La Voz de Córdoba de 23 de abril de 1921.

COMANDANTE MIGUEL GALLO: 1937 ( CON LA 6ª BRIGADA MIXTA EN EL FRENTE DE ANDALUCÍA).

    A finales de enero de 1937 la Sexta Brigada Mixta, mandada por el comandante Miguel Gallo Martínez, participa en los duros combates que se desarrollan en el sector de la carretera de La Coruña (Madrid), de los que sale algo maltrecha, aunque cumpliendo con el objetivo de frenar la ofensiva del ejército sublevado. Algunas fuentes le atribuyen un número de bajas, entre muertos y heridos, superior al tercio de sus efectivos, que se correspondería con el tiempo en que permaneció destinada en el frente del Centro. Otras hablan de que sufre más de 1.100 bajas. Entre quienes perdieron la vida en esos últimos días se hallaban Antonio Ordoñez, comisario de una compañía de choque del 4º Batallón, y Pepe Alegría, comisario del 2º Batallón.  

   Se le concede permiso y pasa a la región de Murcia a disfrutar de un momentáneo y merecido reposo. Serán recibidos como héroes por su patriótico sacrificio en pro de la defensa de la causa republicana. El Comité Provincial de Mujeres Antifascistas de Murcia organiza un homenaje en honor de la Sexta Brigada, cuyos componentes eran en su mayoría de aquella tierra. 



    El comandante Miguel Gallo preside un acto celebrado en el Teatro Circo de la capital murciana. Es el primero en intervenir, y le suceden en el uso de la palabra Maruja Mansilla, Fernando Piñuela (Alcalde), Antonio Pretel Fernández (Gobernador Civil) y Luis Delage, comisario político de la brigada, entre otros.


Intervención del comandante Gallo

    El comandante Gallo agradece en pocas palabras la atención de las Mujeres Antifascistas al hacer que ocupe la presidencia del acto y anuncia que se limitará a hacer la presentación de los oradores. Dice que la Brigada está formada en su mayor parte por elementos de Murcia, que han sabido poner muy alto el nombre de nuestra región, y espera que sigan batiéndose con el mismo entusiasmo y espíritu que hasta ahora los animó. Anhela que no sea éste el último homenaje que se tribute a la Brigada, y confía en que pronto habrá de ser objeto de otro más grande: el día en que, conseguida la gran victoria final, comparezca ante el pueblo a recibir su homenaje. Esta victoria se conseguirá cuando la disciplina, que ya es entre nosotros  norma de conducta, se extienda a todos los sectores antifascistas en lucha contra el enemigo común. (Es muy aplaudido.)



     La foto que mostramos pertenece a un reportaje publicado en “Nuestra Lucha”. De izquierda a derecha aparecen el comandante Miguel Gallo, el comandante de Estado Mayor Ramón Ruiz Fornells y el comisario político Luis Delage. Su redactor expuso al “excelente y disciplinado militar” Miguel  Gallo su propósito de sacarle una entrevista, obteniendo por respuesta: “Hablará por mí Luis Delage; los militares no podemos hacer otra cosa que combatir”.

   El comisario Delage elogia el gran trabajo llevado a cabo por el comandante Gallo, y los demás jefes, oficiales y clase de la Brigada, hasta convertirla en modelo del nuevo Ejército Popular de la República por su organización y disciplina. Destaca también su homogeneidad, ya que más del 45 % de sus combatientes (Bon. 3º y 4º), son, a su vez, militantes de las J.S.U. (comunistas). Son hombres que proceden de las milicias surgidas al calor de las primeras luchas, encuadradas ahora en unidades regulares.El resto son soldados de reemplazo movilizados.

    El descanso iba a resultar más bien corto. Comisario político, primera autoridad local y provincial publican comunicados y bandos en la prensa murciana dirigidos a la tropa encuadrada en los diferentes batallones de la brigada para que se reconcentren en Hellín (Albacete).



   La toma de Málaga por el ejército sublevado el 8 de febrero de 1937 va a precipitar su salida. El alto mando del ejército republicano ordena que la Sexta Brigada Mixta y la XIII Internacional partan inmediatamente con destino al frente de Andalucía. Los internacionales se dirigieron hacía la vertiente meridional de Sierra Nevada para defender la línea Trevélez, Ferreiola, Portugos y Pitres, mientras que la Sexta Brigada del comandante Gallo marchó presta dirección Almería.

   El 10 de febrero la Sexta Brigada alcanza la capital almeriense. Ese mismo día, la vanguardia del ejército nacionalista, compuesta por destacamentos italianos al mando del general Roatta, había entrado en la ciudad de Motril.

   La misión que se le encomienda a la Sexta es la de partir de inmediato por la carretera de la costa para taponar el avance de los rebeldes. Jugaron un importante papel  la columna «Octubre» mandada por Adriano Romero y al escuadrón «Lina Odena», mandado por Miguel Oliveros, que acudieron desde Vélez de Benaudalla, donde se hallaban, y tomaron posiciones en las alturas que dominan la carretera de Motril. Desde allí organizaron la resistencia hostilizando a los rebeldes para dar tiempo a la llegada de las tropas del comandante Gallo.



Motril (vista panorámica)
     Por aquellas estribaciones de la costa andaba perdido Enrique Castro Delgado que había sido agregado como secretario militar a una comisión encargada de  investigar la pérdida de Málaga. Quedó con su chófer en tierra de nadie. Habían abandonado el vehículo en la carretera y permanecían escondidos detrás de unos matorrales, algo medrosos y desconcertados, ante el rugido cercano de unos motores cuya procedencia desconocían:

    Por la situación del sol deben ser las once y media de la mañana. Y de pronto el ruido de un motor… ¿De dónde vendría? … ¿De Málaga?  … ¿De Almería? … El viento descansaba y  no se podía adivinar que es lo que venía y de donde venía. Se escondieron. Cada cual colocó cuidadosamente las bombas de mano y la Parabellum…Y a esperar.

    “Camiones camarada”. “Si son camiones”. Y el zumbido cada vez cercano. Venían de Almería… Un camión…Otro camión…Castro respiró profundamente y por unos segundos cerró los ojos. Es la Sexta Brigada, la brigada del comandante Gallo. Y sujetó al otro que quería correr a su encuentro…”Espera”…Y se cubrió con el árbol. Y observó a las gentes de Gallo que se desplazaban con los fusiles preparados…

   Y gritó: “Camarada Gallo”…¡Aquí habla Castro!”

    Los fusiles apuntaron…Castro enfundó su pistola y salió. Detrás de él su chófer… En los ojos de los otros el asombro…Y Gallo corriendo hacia ellos…

    ¡Castro” ¿Tu aquí?  Si. Y hablaron mucho rato.

    ¿Crees que podrás resistir? Si…Viene además la XIII Brigada Internacional.

    Dame agua Gallo. Y perdóname pero quisiera dormir unas horas. Y se durmió. Al atardecer abrió los ojos. El mar…Y el horizonte de las costas de África. Y el cielo en su vieja actitud contemplativa…Y olor  a mar y a campo.

    Y salió para Valencia.


    Consiguen establecer un dique infranqueable al este de Motril (Calahonda y Castell de Ferrro) que sirve para prestar seguridad y aliviar, de camino, la penosa situación que arrastraba la muchedumbre de huidos que desde la caída de Málaga se dirigían a pie o con otros rudimentarios medios hacia Almería ( La Desbandá). 

Pantalones a la luna. La Desbandá (documental)

    Con el apoyo de la XIII Internacional se establece una línea fortificada que partiendo del barranco de Calahonda, pasando por la loma del Conjuro y Sierra de Lujar, llegaba hasta el Mulhacen. Este frente permanecería sin modificación en toda la guerra. Las tropas nacionalistas fracasaron varias veces en su intento por romperlo y llegar hasta Almería.



    En un trabajo biográfico de Miguel Amorós sobre el anarcosindicalista granadino Francisco Maroto del Ojo (Maroto, el héroe. Una biografía del anarquismo andaluz) aparecen otras referencias sobre las actuaciones de la brigada del comandante Gallo (lo confunde con el agente del Kominter Luigi Longo). Antes de llegar a las proximidades de Motril hicieron una parada previa en Adra (Almería). Entraron en la población y tomaron la sede la CNT a punta de pistola, expulsando a sus militantes, destruyendo sus insignias, banderas y documentos. Así mismo asaltaron una fábrica colectivizada, registraron domicilios y amenazaron a los trabajadores con fusilarlos. Parece ser que estas actuaciones responden a un bando previo dictado por el gobernador civil de Almería, Gabriel Morón, y a la negativa de los confederales de entregar las armas y someterse a la férrea disciplina de las unidades del ejército bajo control comunista. En Adra se incorporó a la Sexta un importante número de milicianos de los que huían de Málaga.

    La prensa republicana elogia su brillante actuación en labores de contención, su férrea disciplina y la absoluta confianza de la tropa en sus mandos a los que obedece ciegamente.

    Durante el tiempo que permanecen en esta línea de frente establecen su cuartel general en el cortijo de la Haza del Lino y se dedican mayormente a la construcción de trincheras y fortificaciones. En Jolucar, Castell de Ferro y Lujar todavía se conservan restos de aquel despliegue defensivo. No hace mucho, a través de un amigo, llegó hasta nuestras manos un mapa de la posición nº 10 “Lagos Tablones” (Sector Motril – Subsector Vélez). Por lo inaccesible de la misma y problemas físicos derivados del tabaquismo no hemos tenido la oportunidad aun de comprobar «in situ» si perduran huellas de la misma. Por aquí dejamos el mapa por si alguien se atreve:



    Desde la retaguardia, el pueblo de Murcia, donde se había constituido la brigada en octubre de 1936 y que la consideraba como suya, les sigue prestando apoyo logístico y moral. Una remesa de alpargatas les llega hasta sus posiciones de la costa granadina. Su comandante trasmite personalmente su agradecimiento, en nombre de su brigada, a los murcianos comprometidos con la lucha antifascista:


El Liberal de Murcia (16 de marzo de 1937)
   La prensa murciana nos proporciona algunas otras informaciones sobre su actuación en el frente. Además de las labores de contención y fortificación ya referidas, le atribuye participación en alguna que otra incursión ofensiva. Son los «macutazos» que van acompañados de la típica coletilla “por noticias particulares, que aún no han tenido confirmación oficial”. Dice: “Las fuerzas republicanas que operan en el sector de Motril han efectuado un victorioso avance tomando el Cerro del Toro, desde el que se domina Motril, que se encuentra a tan sólo dos kilómetros de esta población. Parece ser que los fascistas han determinado la evacuación de dicho pueblo”.La prensa al servicio de la propaganda para mantener elevada la moral.



    Desde el 13 de febrero, en que el frente quedó estabilizado, sólo se hicieron pequeños reconocimientos ofensivos con el fin de trazar la linea definitiva. Prevalece la calma y combates casi de cuerpo a cuerpo, como los que se aprecian en esta instantánea de Robert Capa, no constan en esta fase de la guerra.

    Tuvimos la oportunidad de entrevistar en vida a Andres (un hijo de Porcuna-Jaén), que estuvo enrolado en la brigada del comandante Miguel Gallo y que nos ratifica los diferentes extremos que hemos venido exponiendo. Por cuestiones laborales tenía especiales vínculos con la familia Gallo  Cuando movilizaron su quinta, permaneciendo aún Porcuna en la zona republicana, José Julián Gallo García de Linares (padre de Miguel Gallo) intercedió para que lo destinaran a la Sexta. El trato de favor recibido le sirvió, por ejemplo,  para eludir la primera línea de fuego en los combates de Madrid. A su testimonio pertenece la siguiente estrofa de una especie de canción o himno que pudimos rescatar de su memoria:

Viva la Sexta Brigada

y  su 4º Batallón,

que lo manda Miguel Gallo

que es un hombre de valor.


    A una fase algo posterior, pertenece este otro himno, compuesto por un comisario político, que hemos encontrado inserto en una publicación periódica:


    A principios del mes de abril se produce una restructuración del Ejercito del Sur. A Miguel Gallo se le pone al frente de la 24ª División, integrada por su propia brigada,  la 6ª, que quedó a cargo del comandante de infantería Porfirio Ruiz Alonso, la 16ª (Martínez Cartón), la 25ª (García Moreno)  y la XIII Internacional. 

Queda como reserva hasta finales de abril que marcha al frente de Extremadura, sector de los Blázquez, donde no participa en ninguna operación.

    A final de junio se modifica la composición de la 24ª División. Conserva la 6ª y  salen la 15ª, 25ª e Internacional, que son sustituidas por la 7ª y 21ª. Se le incluye en el operativo que ha de participar  en la inminente Batalla de Brunete.

    Aquí ponemos un necesario y provisional punto y aparte.

PRIMERAS REPRESENTACIONES DE ZARZUELA EN CASTRO DEL RÍO (1856).

    Los orígenes de la Zarzuela moderna, según opinión unánime de críticos y musicógrafos, están en dos obras del maestro compositor Rafael Hernando: “Colegialas y Soldados” y “El Duende”, estrenadas ambas con extraordinario éxito en el  Teatro Variedades de Madrid durante la temporada teatral del año 1849.

    El inusitado entusiasmo con el que el público acogió estas primeras representaciones propició su implantación progresiva. En pocos años, gracias al esfuerzo de un nutrido grupo de maestros compositores (Barbieri, Gaztambide, Inzenga, Salas y otros) este nuevo género, genuinamente español, contaba ya con un numeroso repertorio y con el favor de un público incondicional.

    En marzo de 1856, coincidiendo con el arranque de las obras de construcción del Teatro de la Zarzuela en Madrid, los habitantes de la localidad cordobesa de Castro del Río tuvieron su primera toma de contacto con este nuevo género musical. 

   La noticia nos la proporciona la Gaceta Musical de Madrid.



     CASTRO DEL RÍO.- Al Correo de teatros nos escriben desde este punto:


    “Aquí tenemos una Compañía de Zarzuela, dirigida por el Sr. Mantegazza, que nos ha hecho pasar hasta ahora muy agradables ratos. Han puesto en escena “El estreno de una artista”, “El baile de Andorra”, “Jugar con fuego” y otras zarzuelas que han gustado mucho, y que han llenado de una numerosa concurrencia el teatro todas las noches. Han sobresalido en su ejecución las señoritas doña Nieves y doña Luisa Rivera, primeras tiples, y el indicado Sr. Mantegazza, que en el papel de Astucio ha estado felicísimo, así como en el de Marqués de Caravaca. Dicha compañía una vez termine con las funciones prometidas, pasa a Aguilar, donde no dudamos que será muy bien recibida, como lo ha sido por nosotros”.


   Aquellas representaciones, suponemos que inéditas hasta la fecha, tuvieron que despertar el interés general de los pobladores de Castro del Río. No nos consta la existencia de edificio destinado al teatro. Por las fechas, fiestas del carnaval, no creemos que tuvieran lugar al aire libre, en lo que con el tiempo seria denominado popularmente como Teatro de la Lechuza (patio de armas del Castillo). Tenemos que pensar en un salón grande de casino o sociedad como lugar donde tuvieran lugar dichas funciones. El acompañamiento musical no iría mucho más allá del piano o pianola, aportado, por dificultades de transporte, por la propia empresa contratante.

    Carlos Mantegazza era un veterano y mediocre cantante de ópera clásica, que ante el progresivo auge de la Zarzuela, opta por conformar compañía propia que a partir de 1850 se lanza de gira por provincias

    Con respecto al “Marques de Caravaca”, decir, que no corría por sus venas verdadera sangre azul, tampoco era miembro de la para nada linajuda familia que porta este apellido en la localidad. Se trata del personaje central de la zarzuela en un acto titulada “El Marques de Caravaca”, con letra original de Ventura de la Vega y música de Francisco Asenjo Barbieri, representada por primera vez en el  Teatro del Circo Lírico Español de Madrid el viernes 8 de abril de 1853.



   Una selección de fragmentos de la zarzuela  “El Marques de Caravaca”, interpretada por la Orquesta Filarmonía y el coro de RTVE, dentro del didáctico programa musical “El conciertazo”, dirigido por el desparecido Fernando Argenta, puede escucharse y visionarse en el enlace.


    Para darle un poquito más de desarrollo a esta entrada nos detendremos brevemente en el apellido Caravaca de Castro del Río, con el que nos hallamos emparentados.

   Músicos y aristócratas no encontramos ninguno. Pertenecientes al clero regular y secular algunos. Además del conocido canónigo lectoral de la S.I. Catedral de Córdoba Dr.Andrés Caravaca Millán (1878-1930), sabemos de la existencia de don José Caravaca, natural de Castro del Río, religioso franciscano, secularizado después y vicario y cura párroco de Hinojosa del Duque, fallecido en 1830. Escribió y publicó “Novena del glorioso mártir San Torcuato (Córdoba, 1823).

   En 1858, fecha cercana a esas representaciones de Zarzuela, los tres curatos de Castro del Río los ocupaban don Rafael Azpitarte, don Salvador Alcaide y don Diego Medina y Caravaca.  

Andres Caravaca Millán 
   Aunque también los había entre quienes vestían el hábito de jornalero:


   En los “Anuarios del comercio, de la industria,de la magistratura y administración”, editados entre 1881 y 1911, aparecen los hermanos Pedro, Miguel y José Caravaca Salido relacionados con la industria artesana de la madera. Los tres formaron parte, en diferentes etapas de su historia, de las juntas directivas del primitivo Círculo Católico de Obreros (1877), que pronto se transformaría en Casino o Centro de Recreo de Artesanos. Pedro estuvo explotando durante un tiempo un negocio dedicado al juego de billar. Miguel, que mejoraría considerablemente su situación económica por matrimonio, vivía en la Calle Corredera. Los tres eran tíos carnales del Dr. Andrés Caravaca, cuyo padre falleció prematuramente.

MISIONES DEL P.TARÍN POR LA CAMPIÑA DE CÓRDOBA (Montilla y Castro del Río).

    
    Durante el proceso de elaboración de una entrada reciente relacionada con la historia de mi localidad de origen, Porcuna (Jaén), tuvimos que utilizar como fuente documental la biografía del padre jesuita Francisco de P. Tarín, publicada por su compañero de orden el P. Alberto Risco S.J. en el año 1921.Paseándonos entre sus páginas se nos despertó la curiosidad sobre el éxito de sus famosas misiones por tierras de la campiña de Córdoba, de histórico arraigo del republicanismo federal, de las corrientes internacionalistas y más tarde del movimiento obrero anarquista.

     Hemos podido comprobar cómo efectivamente sus propagandas llegaron hasta estas tierras cordobesas en diferentes ocasiones.

     La primera de ellas lo fue en el año 1896. El autor del libro se queja de las numerosas lagunas que le impiden seguir con más desarrollo el itinerario apostólico del P. Tarín, lo que no le impide trazar cuales fueron sus escalas sirviéndose de su correspondencia. Consta una primera visita a la villa de Espejo con fecha de 6 de febrero. El 14 de julio vuelve a escribir desde Espejo. Había visitado previamente Écija, Marchena, Linares y Castro del Río, y, al concluir en Espejo le estaban esperando en Lebrija. El 22 de octubre estaba en Montilla, capital de un distrito electoral de fuerte implantación republicana. Decimos esto a sabiendas de que la elección de sus destinos guardaba relación directa con el arraigo de determinadas doctrinas, que pudieran poner en peligro la tradicional tutela de la Iglesia Católica sobre las capas populares.

    De lagunas nos quejamos también nosotros, ya que las colecciones de prensa histórica cordobesa, con las que pretendíamos valorar la incidencia de estas visitas, no lo permiten. Sólo está digitalizado el primer semestre del Diario de Córdoba que no recoge noticia alguna sobre aquella primera visita a Espejo. 
    En la prensa nacional hemos encontrado un inusitado bando publicado por el alcalde de Montilla, que casi seguro guarda relación con su puntual presencia en aquella ciudad. Días antes la revista Lectura Dominical, de la que debía que ser asiduo lector el P. Tarín, trasmitía su felicitación al alcalde de Montilla por lo bien que comprende la misión moral de la autoridad:


  “El alcalde de Montilla (Córdoba), con objeto de evitar la propagación de la blasfemia, ha publicado un bando en el cual, además de conminar con diversas penas a los blasfemos, se previene que en la inspección de policía se llevara un registro donde se anotaran los nombres  y demás circunstancias de estos, para quienes, así como para sus padres o encargados, afectaran los asientos de aquel como nota desfavorable cuando se trate de conceder algún destino dependiente del Municipio o de expedir algún certificado de conducta”.


   Agudas e incisivas críticas le llovieron al conservador Juan Bautista Pérez y Mataix, que así se llamaba el montillano de la vara, desde diferentes cabeceras de prensa republicana. 


El Pais 4 de octubre de 1896

    No es para nada descabellado sostener la hipótesis de que el célebre P. Tarín fuese reclamado para apagar el fuego. De hecho la única referencia de la que disponemos no menciona que aquella visita estuviera inserta dentro de una gira. Se trata de una comparecencia ex profeso.

   En 1899 se le organiza en Montilla una Misión en toda regla, a la que acude en compañía del P. Torrero. Quienes parecen ser sus máximos valedores y protectores, el Sr. Conde de la Cortina y señora se hallaban ausentes, y por causas ajenas a su influencia la misión comenzó con malos auspicios:


   “Varias personas acomodadas se opusieron resueltamente a los trabajos de los jesuitas y el pueblo los dejo solos.

    Cuando a la segunda o tercera noche salieron de la iglesia, que estaba sola, y atravesaron la plaza, se encaramó en un balcón y desde allí predicó con todos sus pulmones y toda su alma a un grupito reducido de mujeres sentadas en sus sillas

   Apenas se hacía entender, porque detrás de las sillas iban y venían los hombres, sobre todo mozos, con el sombrero puesto, el cigarro en la boca y la palabra de burla donde tenía el cigarro. El padre se desgañito aquella noche y la siguiente sin lograr el fruto deseado”.


    Intentó salvar el fracaso recurriendo a una de las advocaciones locales más populares, San Francisco Solano, patrón de la localidad. Su empecinamiento por sacarlo en procesión estuvo a punto de generar un grave incidente de orden público.

    Grupos de obreros se arremolinaban alrededor de la iglesia: ¡Que no! ¡Que el Santo no sale! ¡Eso es jugar con el Santo! ¡En cuanto aparezca por la puerta de la iglesia verán los misioneros si juegan con nosotros! ¡Esta tarde va a correr mucha sangre en Montilla! 
    Ante tales manifestaciones de «intolerancia» la procesión sería finalmente suspendida.

    Según su biógrafo, con el regreso del influyente Conde de la Cortina se produce un giro brusco en la hasta entonces ignorada y accidentada misión. Se llenan los templos para escuchar sus sermones y terminaría alcanzando el anhelado objetivo de ver a San Francisco Solano desfilando en procesión por las calles de Montilla.   

     La intercesión milagrosa del Conde de la Cortina y su virtuosa señora es elogiada por el P. Alberto Risco:


    “El ejemplo de piedad y vida cristiana que con sus hermosas virtudes da por todos los contornos de Montilla el conde de la Cortina y toda su familia, debía ser imitado por todos los hacendados ricos: de la caridad de ellos viven muchos pobres, y del desvelo con que ellos atienden a sus jornaleros, reciben educación y moralidad todos los que trabajan en su fincas, en las cuales ha fundado escuelas gratuitas y cajas de ahorro y toda clase de medios para hacer de su pecheros hombres honrados y dichosos”.


    Estos postulados de armonización social nos sirven para entender de donde tuvieron que salir los fieles que finalmente acudieron a los ejercicios de la misión celebrados en las iglesias de Santa Marta y de San Agustín.


Convento de San Agustín
    Hasta se hace eco de un prodigioso milagro. Aquella misión de Montilla, que tanto se le resistió, se cita como ejemplo de su virtuosa constancia y perseverancia.

    Centrémonos ahora en la misión desarrollada en  Castro del Río durante la segunda quincena del mes de junio de 1907.  La prensa provincial no le presta cobertura alguna. El ínclito y activo corresponsal del Defensor de Córdoba, José Mª Jiménez,  por esas fechas había dejado de residir en Castro por motivos profesionales. El R.P. Alberto Risco recoge un testimonio sobre una serenata organizada en su honor:


    “Me dieron serenata los señoritos de Castro del Río, por cierto muy devota, pues acompañaban con flauta, violín, cítara, clarinete, etc. Interpretaron el himno del Sagrado corazón, la Marcha de San Ignacio, la Plegaria del marinero  a la Virgen, etc. Y por toda recompensa pedían un escudito del Sagrado Corazón”.



    Fueron dos las tandas de ejercicios las realizadas en Castro que se saldan con un total de 1595 confesiones con sus respectivas penitencias y algunas reconciliaciones.

    Dio la casualidad de que el famoso misionero católico coincide en Castro del Río con  un apóstol del librepensamiento, llamado Arturo Rosales (debe ser un seudónimo), que venía realizando una gira en bicicleta por Extremadura y Andalucía. Sus notas de viaje pasaban a una columna de “Las Dominicales del libre pensamiento” titulada “Las Dominicales en bicicleta”. Tuvo la oportunidad de asistir a uno de sus sermones, cuyas impresiones quedan reflejadas en el artículo que remitió a su periódico desde Castro del Río:



    Entre los pueblos importantes de la provincia de Córdoba, tal vez sea éste el más pequeño, pero seguramente el más republicano y librepensador de todos.

     Aquí no hay comedias indignas ni farsas hipócritas; aquí la sinceridad se lee en la cara de todos; aquí los republicanos que hay y que son casi todo el pueblo, ni van a misa ni se abrazan con liberales o conservadores; además sus jefes no son de aquellos que se llaman republicanos para ser presidentes o vicepresidentes.

     Son todos ellos hombres muy serios y formales que han sabido crear con su trato afable y cariñoso a una verdadera falange de hombres decididos que lo mismo reconocen las bondades de la papeleta electoral como las de un buen fusil…

     En Castro reside D. José Millán, uno de los dos únicos diputados provinciales de toda la provincia de Córdoba. Así él como su compañero fueron elegidos por el distrito de Castro (debe decir Montilla).

     Me recibieron muy cordialmente y me rogaron que aquella misma noche dirigiera la palabra a los numerosos correligionarios reunidos en el Casino Republicano. Después de mi discurso, interrumpido frecuentemente con calurosos aplausos, el mismo D. José Millán que me había presentado al público invitó a los presentes a otra velada que se debía celebrar dos días después, martes 18 del corriente, y en la que había de hacer uso de la palabra yo para contestar al sermón pronunciado en la iglesia parroquial por un tal Tarín o Tartarín, que suena lo mismo, de la Compañía de Jesús.

     Este gachó del arpa intenta imitar al seductor de Eva, con la diferencia de que, habiendo variado los tiempos y siendo él muy feo, lo único a lo cual aspira es a seducir… almas y espíritus.

     Y esto lo ha conseguido, pero no con sus sermones, porque ni sabe lo que es exordio, ni lo que es argumentación, peroración y conclusión, ni cuáles son las condiciones indispensables para ser predicador, a saber: inteligencia elevada, intuición viva, mucha filosofía, y, sobre todo, mucha psicología, voz fuerte, simpática y agradable y no ser… jesuita.

     El Tarín, que está actualmente en Castro de propaganda para afligir el espíritu de las pobres mujeres del pueblo que se vuelven locas para hacer lo que él manda en nombre de Dios, y que como predicador es una verdadera calamidad, a pesar de ser jesuita, lo que ha conseguido es juntar a los niños, a las niñas y a las viejas del pueblo para llevárselos en procesión magna, y a las cuatro de la madrugada a rezar por las calles, molestando la tranquilidad del vecindario.

     Esto son los jesuitas de hoy, unos seductores de las almas de niños ingenuos y de viejas hipócritas, imitadoras de Sor Patrocinio y de Isabel II, coadyuvadas por Franciscos de Asís modernos que abundan mucho en el elemento frailuno…; los de ayer eran los que iban al lado de los dominicos a encender las hogueras que carbonizaban a los mártires de la Ciencia, como Bruno, Lutero, Galileo, Servet y Savonarola…

    ¡Qué lástima que los jesuitas y los dominicos de España no pierdan sus carteras como el dominico Fray Juncos, de San Juan, de la República Argentina!



    El forastero no tuvo problemas para infiltrase en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción para escuchar la plática completa del padre jesuita. Quienes puedan mostrarse interesados en acceder a otras “ironías o irreverencias” de su reseña, en la que aflora la típica animadversión hacia esas otras propagandas extremas les remito al enlace.


    Organizado el mitin de protesta contra lo vertido desde el pulpito por el jesuita Tarín, resultó el acto una gran manifestación anticlerical. Ya no eran las pobres mujeres, era el pueblo entero, que con sus aplausos frecuentes y entusiastas, vino á confirmar el juicio que me había formado de aquel gran pueblo de republicanos y de librepensadores.

    Acto y teorías fueron muy felicitados por intransigentes y neutros, y LAS DOMINICALES muy vitoreadas.

   Total: que he dejado por ahí una muy buena impresión y un creciente entusiasmo por el querido periódico que tantos esfuerzos y sacrificios nos viene costando, amén de muchos sinsabores y amarguras.

    Me enteré después que el jesuita organizó una de sus tantas procesiones de mujeres y niños, en desagravio de nuestros pecados imperdonables, que nos llevarán derechitos al infierno. Mejor así, ya que á Dios le hemos visto pintado muchas veces y á Satanás muy pocas, y lo justo es conocer bien á los dos…




   El P. Juan M. Sola, otro jesuita, continuador del apostolado del P. Tarín por estas tierras cordobesas, nos suministra otro testimonio en el que, además de explicarnos cómo se planificaban y desarrollaban estas misiones jesuíticas, afloran  las verdaderas razones que tanto dificultaban el calado de sus propagandas en las localidades del distrito de Montilla:


    “El 25 de enero de 1908 comencé una novena dedicada al Corazón de Jesús en la célebre Montilla, de la provincia de Córdoba. En ésta, como en las de Madrid y Murcia, y en general en todas las que predico, hago comunión general por la mañana con su plática correspondiente, a fin de exponer algún punto más espiritual, recoger el fruto del sermón de la noche, enseñar la práctica de la comunión frecuente, enamorarlos más de Cristo e ir predisponiendo a la ciudad a una comunión general. Hay en ello otra ventaja, a saber, que se van despachando las confesiones y no se aglomera el trabajo los días últimos. La iglesia del Santo se llenó desde el primer día. Vi desde luego las huellas de nuestros Padres que visitan con frecuencia esta ciudad, en especial del santo P. Tarín, que ha dejado allí muy honda y perdurable memoria. Y penetrando más adentro, pude apreciar la labor de siglos, empleada por los antiguos jesuitas en cultivar esta viña, hoy cubierta de maleza. ¿ Que han de hacer doscientos números del Heraldo, cincuenta de España Nueva, otros tantos del Liberal, Imparcial y mil otros de la misma estofa recibidos con ansia, leídos diariamente con avidez y distribuidos y voceados con escándalo?  Aunque nos rompamos el pecho todos los predicadores,  el triunfo es del masonismo y del liberalismo, sin una milagrosa intervención de lo alto.

    Tal está Montilla, presa del caciquismo liberal y del indiferentismo religioso. Con todo no me puedo quejar de poco fruto: hubo reconciliaciones notables, se atajaron algunos escándalos y con gran edificación se cerró el Novenario, el día de la Candelaria, con una procesión, nunca vista, del divino Corazón. Asistió en pleno el Ayuntamiento, que envió también la banda, y recorrieron las calles y plazas entre cánticos y vivas”.



(Cartas edificantes de la provincia de Aragón. Año 1911. Barcelona. Librería e Imprenta Religiosa, 1912)



   Por esas fechas, aunque no se menciona, empezó a llegar hasta Montilla “El Socialista”, por obra y gracia del médico y humanista Francisco Palop Segovia, que ese mismo año de 1908 había contribuido al nacimiento de una sociedad denominada “La Ilustración Obrera”, precursora del socialismo en la localidad.

     El que se vendía como rosquillas, especialmente en Castro del Río, era España Nueva, diario de línea editorial republicana dirigido por el federal  Rodrigo Soriano , con excelente acogida entre sus adeptos de las poblaciones pertenecientes al  distrito electoral de Montilla (Montilla, Aguilar, Castro del Río, Espejo, Montemayor y Moriles). Incluso, durante un tiempo en que la Confederación Nacional del Trabajo careció de voceros propios, sus páginas dieron cabida a artículos de anarcosindicalistas.

    En resumidas cuentas, como lecturas recomendables para estos padres jesuitas estarían “La Hoja Parroquial” a nivel local, el ultra católico y conservador diario El Defensor de Córdoba a nivel provincial y entre los nacionales el integrista El Siglo Futuro como predilecto.

    No es de extrañar, por ejemplo, que en la población de Castro del Río, donde las huestes liberales y republicanas superaban con creces a los conservadores en aquel contexto político y social, no se conserve entre sus actuales pobladores nada sobre  “la huella y perdurable memoria” de las misiones del P. Tarín, como sucede en otras localidades cercanas donde lo tienen encumbrado casi a la categoría de Santo.

PORCUNENSES DE POCA FE. SOCIALISMO Y OBRERISMO (1910-1912).

    Aquel emergente socialismo nacido en Porcuna a principios del siglo XX, que se estructura en torno a una pequeña agrupación local y la sociedad de obreros agricultores Paz y Libertad, a partir del año 1906 entra en un periodo de letargo y retraimiento. Apenas si llegan noticias de su actividad a la redacción de «El Socialista». Algunos de sus primeros líderes optaron por aparcar o abandonar la militancia activa. Una prueba de sus carencias a nivel de compromiso, organización y preparación, es lo ocurrido en las elecciones municipales de 1909. El voluntarioso y reducido grupo de hombres que se hallaba al frente de los socialistas porcunenses quiso concurrir a aquel proceso, pero por desconocimiento de la ley no se cumplió con ciertas formalidades legales que les impidieron ser proclamados candidatos.

    Muestras de anticlericalismo en su seno, exceptuando alguna tímida censura por la instalación de un establecimiento de enseñanza religiosa favorecido por un «monterilla local» y el hecho aislado y puntual de un «bandolero de confesionario», expulsado de la sociedad, no volvemos a encontrarlas hasta ya iniciada la segunda década de siglo.

    Con el regreso del liberal José Canalejas a la presidencia del Consejo de Ministros en febrero de 1910, el país recupera ciertos aires de libertad. Una de sus prioridades fue la política religiosa. Con mucha discreción buscó la manera de alcanzar una amistosa separación de la Iglesia y el Estado, a la que finalmente tuvo que renunciar ante la resistencia del Vaticano, para nada dispuesto a dejar la posición de privilegio que tenía la Iglesia Católica en España. Medidas como la famosa «Ley del Candado» sólo le sirvieron para ganarse la animadversión de los sectores más integristas que le acusaron de pretender descatolizar España y de estar al servicio de la Masonería.

    Los posicionamientos reformistas de Canalejas no tenían otro objetivo que el de reforzar el carácter laico del Estado para mitigar, en lo posible, el creciente auge del anticlericalismo. Los posicionamientos cerrados de la jerarquía eclesiástica española terminarán por provocar el efecto contrario al deseado.

    Una muestra de esa actitud oficial de la Iglesia, compartida por los sectores más conservadores de la sociedad, la encontramos en los versos finales de la composición poética titulada “El Triunfo de la Fe” del vate local don Eugenio Molina, reservada para el solemne acto de inauguración del templo parroquial de Nuestra Señora de la Asunción de Porcuna en el mes de septiembre del año 1910:

Vengan todos los cristianos para dar devoto ejemplo;

vengan todos los creyentes a rezar al nuevo templo;

grandes y pequeños, venga todo el que en Dios cree…

y postrados ante el ara, con acento reverente,

¡elevemos dulce cántico al Señor Omnipotente,

celebrando en este día el triunfo de la Fe!


    De irreverentes e impíos tuvieron que ser tildados aquellos primeros ciudadanos de Porcuna que en adelante optaran por prescindir de los servicios de la Iglesia en todos aquellos hechos relacionados con el nacimiento, el matrimonio y la defunción.

   Inserta en el marco de los actos de la inauguración del nuevo templo celebra una misión el R.P. de la Compañía de Jesús, Francisco de P. Tarín, asiduo en la plaza y responsable, en parte, de la obra que se inauguraba: “Aquella de la cual había dicho que la necesitaban los hijos de Porcuna más que el pan, y a cuya fabricación tanto había contribuido el misionero jesuita”.

    Las misiones del P. Tarín respondían a ese generalizado empeño entre los padres jesuitas de luchar contra el indiferentismo religioso, en un principio, y más tarde para intentar  poner barrera o freno a la propagación de “doctrinas disolventes”, como el Socialismo, arraigado en Porcuna desde el año 1903.



     Por indiferentismo religioso entendemos aquel que se hallaba tan extendido entre determinadas capas populares, dejadas un poco de la mano de Dios. Eran aquellos quienes por necesidad, prácticamente sin pasar por la escuela, eran destinados desde niños a realizar tareas en cortijos y caseríos. Personas, en muchos casos, carentes no sólo de moral religiosa sino de cualquier principio ético al que aferrarse. Solían ser atrapados con facilidad por los vicios y entre su vocabulario anidaba un amplio surtido de expresiones del tipo “me cago en…” catalogadas como blasfemas por las gentes de orden y a veces hasta perseguidas.


La Lectura Dominical (26 de diciembre de 1897)

    A aquella misión de 1910 acude un P. Tarín que, por edad (63 años) y estado de salud, carecía ya de esas especiales dotes de seducción de las que hiciera gala a lo largo de su carrera sacerdotal. Entre 1904, fecha de su anterior misión, y esta, también se habían operado algunas transformaciones en la sociedad local en cuanto al tradicional apego de sus pobladores a la religión.



    En un libro publicado por el Padre Alberto Risco S.J., que titula “El Padre Francisco de Paula Tarín de la Compañía de Jesús:apuntes biográficos de este incansable misionero a quien los pueblos han dado con justicia el título de Apóstol del Corazón de Jesús», encontramos algunos ilustrativos testimonios para entender esa evolución.

    El párroco de Porcuna, don Ramón Anguita Carrillo, se  manifestaba en los siguientes términos:

   “Porcuna es población religiosa, de las más católicas acaso de esta región; pero la confesión sacramental se ha abandonado por la generalidad de los hombres, con harta pena mía, aunque me queda el consuelo de que es raro aquel de mis feligreses que muere sin haber recibido los Santos Sacramentos; y suelen al confesarse contar los años pasados desde la última confesión por la fecha de alguna de las misiones del padre Tarín”.


   El éxito de aquellas misiones se valoraba, mayormente, en función del número de hombres que pasaban por el confesionario y en el de mujeres asistentes al Rosario de la Aurora.

   El libro del P. Risco se publicó en 1921, aunque las informaciones que le suministran desde Porcuna para documentarse deben ser bastante anteriores.

P. Pedro Castro Quero

    En el mismo libro aflora otro significativo testimonio, el del R.P. Pedro Castro Quero, jesuita natural de Porcuna, que había entrado en la Compañía por consejo del mismo P. Tarín:

    “Aquella fiesta durante tantos años preparada, esperada y suspirada, se convirtió para el P. Tarín en un amargo desencanto. Es cierto que la gente buena le recibió con entusiasmo; es cierto que el padre trabajó hasta un límite inconcebible, se dio el caso de salir de su habitación el padre y no volver en cuarenta y ocho horas; es cierto que el acto de la adoración nocturna fue concurridísimo; es cierto que el Prelado y el Párroco y todos se maravillaran de que un hombre viejo y decrépito pudiese multiplicarse de aquel modo. Pero es también ciertísimo que la masa del pueblo, de este pueblo que formaba con sus confesiones y penitencia los encantos del P. Tarín, no estuvo entonces para él más que frialdad y a veces positivas muestras de hastío.

    ¿Quién está predicando? – preguntaban. El padre Tarín. ¡Bah! A ese ya le hemos oído muchas veces. Y seguían su camino.

     Ocasiones hubo en que fue a buscar los grupos de hombres que había en la Plaza, y, uno tras otro fueron desfilando hasta dejarlo sólo.

    ¡Ya no valgo nada, no valgo nada! – repitió más de una vez con lágrimas asomadas a los ojos”.

   El padre Castro llegó a aconsejarle que no visitase Porcuna porque presentía aquella desilusión. 

    Prácticamente coincidiendo con la muerte del P. Tarín, acaecida en Sevilla en diciembre de 1910, se constituye en Porcuna una Juventud Socialista, integrada en un principio por unos sesenta jóvenes que trasmiten nuevos arrestos al obrerismo local. Son ellos quienes, con el apoyo y asesoramiento de los veteranos que no claudicaron durante el periodo de crisis, llevarán el peso organizativo

    A lo largo del año 1911 se produce un progresivo aumento en el número de afiliados, que afecta por igual a la Agrupación Socialista y a la sociedad de obreros agricultores Paz y Libertad. En la celebración del 1ª de Mayo fueron algo más de 400 compañeros/as quienes participaron en una gira campestre de carácter festivo.


   A la par, se hacen cada vez más frecuentes las inscripciones registrales de recién nacidos que ya no pasan por la pila bautismal, como venía siendo costumbre. Los intrépidos y orgullosos padres remiten notas a la redacción de El Socialista para dejar constancia y para que, de camino, cunda el ejemplo. Su poquita de sorna anticlerical no le falta a alguna de estas comunicaciones:





    Ante el progresivo auge de estas actitudes la primera autoridad local optará por intervenir. Fue a raíz de un, creemos que  hasta entonces inédito, enterramiento civil. Juan Pérez Barba, uno de aquellos militantes de nueva hornada, al parecer, cumpliendo los deseos “manifestados por su propia madre mucho tiempo antes”, llegado el momento de su muerte, decidió enterrarla civilmente “después de sostener cruda guerra con los hipócritas beatos que sólo ponían dificultades”, aunque no pudo impedir, por hallarse trabajando, “que penetraran en su casa y le aplicaran el viático a la moribunda, fastidiando cuanto pudieron, como hacen siempre en casos semejantes esta especie de cuervos o lechuzas”. Se trata de un testimonio partidista en el que se mencionan ciertas trabas y maniobras arteras puestas en práctica por el señor alcalde constitucional de la villa:


   “El alcalde negaba la autorización, y cuando no tuvo razones que alegar, acudió a la desvergüenza de pedir 25 pesetas de impuesto, ofreciendo, en cambio, gratis una sepultura en el cementerio católico. El compañero Pérez Barba, queriendo resolver el asunto cuanto antes pagó lo cinco duros y pidió carta de pago, que efectivamente le dieron”.



    La prueba llegó hasta manos del diputado socialista Pablo Iglesias, que se personaría  ante el Ministro de Gobernación para reclamar la conducta del alcalde de Porcuna (Don Emilio que haiga toros), a la vez que tan premeditado agravio. Los socialistas de Porcuna adosaron la tasa ordinaria por la que se regían los enterramientos en la localidad: “Cinco pesetas cuando se trataba de adultos y la mitad por los niños”.


   El consecuente socialista Juan Pérez Barba, parece que salió reforzado de aquel asunto  y vuelve a convertirse en protagonista cuando decide contraer matrimonio por lo civil. El acto, que se celebró en la Casa del Pueblo, estuvo revestido de importante solemnidad: “Acudió una enorme concurrencia, que formaba una verdadera manifestación. Se pronunciaron varios discursos”

   A los redactores de La Lectura Dominical (órgano del Apostolado de la Prensa), no les pasa desapercibida aquella celebración laica de Porcuna. La aprovechan para publicar un extenso artículo bajo el título de “Socialismo y Catolicismo”, en el que se critican y cuestionan esos nuevos aires anticlericales de los que parece estar impregnado el socialismo español:


   “Ahora ya no es preciso establecer distingo alguno, pues con brutal franqueza los directores del socialismo se han quitado la máscara predicando de un modo descubierto la impiedad. No les basta con intentar la secularización del estado por medio de leyes más o menos hostiles al catolicismo, ya llevan su labor demoledora al hogar doméstico, procurando arrebatar a las familias el tesoro inestimable de la fe.

    Así lo demuestra, entre otros muchos casos que pudiéramos citar, el ocurrido recientemente en Porcuna, donde para festejar el matrimonio civil de un obrero, el centro socialista celebró una velada en la que se pronunciaron discursos antirreligiosos sin respeto alguno a los socios que, en uso de su derecho, pudieran no estar conformes con estas ideas disolventes. El escándalo promovido con este motivo en aquella localidad es inmenso”.

(La Lectura Dominical de 18 de noviembre de 1911)

   En este estado de cosas se celebraron elecciones municipales. Esta vez sí pudieron presentar candidatura los socialistas, obteniendo, pese a las trabas del sistema, los votos suficientes para que resultara elegido como concejal Antonio Casado Rodríguez, que se convertiría en el primer edil socialista de la historia de Porcuna. De este hombre, perteneciente al grupo fundacional de Paz y Libertad, allá por el año 1903, conocemos relativamente poco. Creemos que la antigua calle Gitanos, rebautizada como «A. Casado Rodríguez» durante la II Republica, lo fue en su honor.

   Aquel nuevo despegue del obrerismo local seria frenado en brusco. Algún manejo caciquil se tuvo que poner en marcha para que el Juzgado de Martos instruyera causas contra las respectivas juntas directivas de Paz y Libertad y de la Juventud Socialista. Como consecuencia se procedió a la suspensión judicial y clausura inmediata del Centro Obrero:


El Socialista 5 de enero de 1912

    Todo indica que suspensión apenas si duró un par de meses. En abril se procede a la renovación del comité local de la Agrupación Socialista. Un obrero llamado Modesto Delgado figura como secretario y hombre de contacto a efectos de correspondencia. Se celebra el 1º de mayo dentro de la normalidad con una manifestación y una gira a la que asisten más de 500 personas.

    En la orden del día del IX Congreso del Partido Socialista Obrero celebrado en Madrid en el mes de octubre de 1912 se incluyeron dos propuestas presentadas por de la Agrupación Socialista de Porcuna. Benito Luna Anoria, un abogado de Campillos (Málaga), actuó como delegado. 



   Dentro de la Juventud Socialista local, que también envió delegado al III Congreso de las Juventudes Socialistas de España, se destacaba el joven Manuel de Quero Morente. A finales de 1912  publica un folleto titulado “Entre jóvenes”. Fue editado por la A.S. y la Sociedad de Oficios Varios de Porcuna que lo consideraban «muy recomendable para la propaganda de las ideas socialistas”.

Se puso a la venta al módico precio de 10 céntimos. Un escrito suyo, «Amor futuro», publicado en la revista Vida Socialista por las mismas fechas, suponemos que debe proceder del referido folleto, hoy perdido o ilocalizable.

    Su paso por el socialismo fue efímero. En 1914 simultaneaba la dirección de la revista Obulco con su trabajo en la redacción del diario independiente linarense El Noticiero. Con posterioridad trabajaría en diarios de la capital jiennense, como La Lealtad (1915) o El Defensor de Jaén (1916), órgano de la Asociación Agrícola e Industrial, del que fue director. Un trabajo suyo, de carácter literario, también vio la luz en la revista mensual Andalucía, editada por el Centro Andaluz de Sevilla con cuyos posicionamientos regionalistas parece comulgar. Su paso al periodismo pudo estar condicionado por su amistad personal con Juan Lamoneda, cuyo nombre aparece entre la amplia nómina de los colaboradores de Obulco.


    A partir de 1913 el obrerismo local entra en un nuevo periodo de crisis del que no saldrá hasta el año 1918, cuando en vísperas de las elecciones a diputado a Cortes vuelve a reorganizarse.

MIGUEL GALLO: FIDELIDAD A LA LEGALIDAD REPUBLICANA (1936- Guerra Civil).

    Miguel Gallo, tras aquel fallido intento de abrirse paso en la vida política del nuevo régimen republicano, a cuyo advenimiento había contribuido poniendo en juego su propia vida, se retracta de su solicitud de baja en el Ejército  y se le adscribe provisionalmente al Regimiento de Infantería nº 31 en Madrid.

    En diciembre de 1931 el general de división don Gonzalo Queipo de Llano y Sierra, compañero de Gallo durante el obligado periodo de exilio parisino, es nombrado jefe del Cuarto Militar del Presidente de la República. Miguel Gallo, con aspiraciones de destino definitivo en la capital, recurre a él pare que le agreguen al Cuarto Militar. El diario oficial del Ministerio de la Guerra de 3 de abril de 1932 publicaba la orden:



   Figura también otro oficial de los sublevados en Jaca, el teniente de Infantería Justo López Mejías. Al  poco se les une el teniente José María Galán Rodríguez, el menor de los hermanos del mítico Fermín Galán. Con el tiempo, los tres se mantendrán fieles a la legalidad republicana llegando a comandar Brigadas Mixtas del ejército republicano durante la guerra. López Mejías compartió prisión con Miguel Gallo en Alicante. Es autor de unas memorias inéditas en las que aflora un emotivo testimonio sobre los últimos momentos de Gallo antes de verse en el terrible trance de tener ante sus ojos un pelotón de fusilamiento.


   Don Niceto Alcalá Zamora, por problemas de agenda o de seguridad, en algunas ocasiones solía delegar su representación a los jefes y oficiales del Cuarto Militar. A Miguel Gallo se le encomendó dicha  misión en más de una ocasión:


11 de mayo de 1933
   Tras el descalabró sufrido por el partido liberal-demócrata de Alcalá Zamora en las elecciones de febrero de 1936, ganadas por el Frente Popular, se produce el relevo en la presidencia de la II Republica Española. Don Manuel Azaña juraba el cargo el 10 de mayo de 1936.

   

El diario oficial del Ministerio de la Guerra (31 de mayo de 1936)  nos permite conocer que el capitán Miguel Gallo y el teniente Justo López Mejías, del Cuarto Militar, pasan destinados a la “Guardia Presidencial”, un batallón de nuevo cuño encargado de velar por la seguridad personal del nuevo Presidente.

   Cuando el 17 de julio militares rebeldes se levantan en armas contra la República el citado batallón se hallaba aun en fase de organización al mando del comandante de infantería Leopoldo Menéndez.

    El 18 de julio, atendiendo órdenes de sus superiores jerárquicos, se personó de inmediato en el Ministerio de la Guerra. Según la declaración jurada del propio Miguel Gallo, inserta en el procedimiento sumarísimo de urgencia que se le instruye en Alicante, el Comandante Barceló, a quien se le había encomendado la organización de las milicias populares, le puso al frente de unos cien milicianos del barrio de Cuatro Caminos “los cuales al verse armados se dispersaron”.



   Se trata de un testimonio falseado de carácter exculpatorio que responde a la necesidad de defenderse de las acusaciones que le vinculan con el primer episodio sangriento de la guerra en la capital de España, el cerco y posterior Asalto al Cuartel de la Montaña (20 de julio). Según la prensa madrileña una milicia gubernamental mandada por el capitán Gallo se destacó por su heroica y denodada lucha. 

   Manuel Carnero Muñoz, un estudiante iliturgitano afiliado a las Juventudes Socialistas Unificadas, testigo directo de cuanto aconteció en Madrid durante aquellos primeros días de la guerra, nos proporciona un militante, aunque clarificador, testimonio sobre las primeras actuaciones del militar profesional Miguel Gallo: 

   

      “Casares dimitió. Parecía una trampa preparada. Efectivamente, en la madrugada del 19, a las 3,30 se anunció la formación de un Gobierno presidido por Martínez Barrio. Y se supo que ya se había hablado con los generales sublevados. Nos van a entregar atados de pies y manos, decía la gente.
    Pero el pueblo no se acobardó. Se lanzó a la calle para impedir la capitulación. Aquella mañana dominical del día 19, la Puerta del Sol era un hervidero. Por todas partes llegaban hombres y mujeres, de Cuatro Caminos, de los Carabancheles, de las Ventas, de Vallecas… Se gritaba contra el gobierno de capitulación y se exigían armas. A las cuatro de la tarde se anunció la constitución de un nuevo gobierno, presidido por José Giral.

    Volvimos a Cuatro Caminos. Había prisa. Se sabía que Fanjul estaba en el Cuartel de la Montaña, que durante la noche habían entrado falangistas en el mismo, que se aprestaban al combate. Estábamos preocupados con las noticias de Campamento, de Carabanchel, de Cuatro Vientos, Y pensábamos que no podíamos estar inactivos.

   Con una sensación de alivio recibimos la noticia. Se acababa de constituir la Comandancia General de Milicias. Su jefe era el comandante Barceló, un militar que merecía confianza. Supimos que se había acordado constituir cinco batallones de voluntarios, que estarían dotados de trescientos fusiles y dos ametralladoras cada uno. No era mucho, pero era algo. Estrechamente unidos, comunistas, socialistas, los jóvenes socialistas unificados empezarnos a planear la organización del Quinto Batallón de Voluntarios, que debía tener como base de reclutamiento la zona de Cuatro Caminos.

   Hacia esa barriada, a su centro, casi a la misma Glorieta, en un callejón sin salida, a la casa que cerraba esa salida, llegaron un comandante del Ejército y dos capitanes; Miguel Gallo, el que conocíamos desde la sublevación de Jaca, en la que ambos habíamos participado y Arturo Arellano, que estaba retirado y que venía como una especie de uniforme deportivo de pana. A ellos se unió otro militar, Francisco Galán,  hermano de Fermín, también retirado, militante comunista, muy popular y querido. El comandante era un militar cargadísimo de prejuicios y sobre todo con un santo temor a los comunistas. A la casa llegó también el armamento y la munición.

    En esa noche histórica, cálida, con apretadas discusiones, estaba naciendo el Quinto Batallón de Voluntarios. El parto fue difícil. El comandante se resistía. No quería que los comunistas formásemos parte del batallón. Discutíamos acaloradamente. Los dirigentes socialistas, Rodríguez, secretario de la JSU, Santiago, organizador del Radio Norte del PCE, Gallo, Arellano, Galán, todos le hacíamos ver la urgencia que teníamos, que ya se había producido la sublevación, que era necesaria la unidad más estrecha. Y abajo, en la calle, centenares de hombres se apretujaban a la espera de las arnas.

    El comandante. Barceló envió a Cuatro Caminos, al teniente Justo López Mejías, su ayudante, otro oficial de los de Jaca, para inspeccionar cómo marchaban las cosas. Le explicamos con el Batallón, aún en estado ultra uterino, mientras, según nos informaba el propio Justo, ya debiéramos estar saliendo hacia el Cuartel de la Montaña.

    La autoridad que López Mejías traía, obligó al comandante a aceptar la decisión justa. Los fusiles se dieron a los miembros de las organizaciones antifascistas. Las dos ametralladoras a los que sabían manejarlas. El jefe de esos equipos fue el dirigente comunista del Metro, Esteban Díaz, que había sido en el ejército, soldado de ametralladoras.

   Gallo, Arellano, Galán y los que habíamos hecho el servicio militar, enseñarnos al resto de los voluntarios el manejo de los fusiles. Una enseñanza muy elemental y rápida. Cómo poner el peine con las balas, cómo mover el cerrojo, cómo disparar. Y casi nada más. En esa afanosa enseñanza transcurrieron los últimos minutos hasta el alborear.

    Y cuando ya se encendía el sol por el horizonte, unos cuantos tranvías chirriantes, los famosos 17, cargados con el batallón, bajaron por Bravo Murillo hacia Quevedo y enfilaron la calle de San Bernardo. En esa calle, al llegar a la esquina de Quiñones,  desde los tejados de la iglesia nos hicieron nutrido fuego de fusil y pistola. Los hombres se arrojaron de los tranvías y quisieron asaltar el edificio que había dejado de ser santo para transformarse en un reducto faccioso. Trabajo costó -¡cuántas voces tuvimos que dar! – para que los tranvías siguiesen su marcha, sin hacer caso al pequeño obstáculo que trataba de impedir que se cumpliese el objetivo de llegar a la Montaña.




    Y al fin se llegó. Y allí los hombres de Cuatro Caminos se unieron a otros que venían de todos los rincones de Madrid y allí unos y otros presenciamos la llegada del cañón que lanzó las primeras granadas sobre el cuartel de la calle de Ferraz,  y se observó al avión que arrojó unas bombas sobre el edificio. Todo el mundo se lanzó hacia las puertas. Y penetró dentro. Y derrotó, con el empuje de sus cuerpos a los fascistas encabezados por Fanjul. No podemos olvidar, por lo significativo que fue en aquellos momentos, que junto a los hombres del Quinto Batallón de Voluntarios,  había un destacamento de la Guardia Civil, que cumplió con su deber, contribuyendo a la toma del cuartel.

   Los hombres del Quinto Batallón tenían ya su bautismo de fuego. No sabemos cómo volvió cada uno. Pero triunfantes y jubilosos nos reunimos de nuevo en la Glorieta. Mandando la tropa estaban Gallo, Arellano y Paco Galán. Analizamos lo que había que hacer. Adiestrar a los milicianos, organizarlos, ponerlos en condiciones de combatir, pues aunque algunos creían que todo había acabado, muchos pensábamos que la lucha iba para largo”. 

   

De vuelta al Ministerio de la Guerra, donde cunde el nerviosismo y desconcierto propio de esos primeros momentos. Se le vuelve a asignar un importante contingente de milicianos (unos 250)  con los que marcha hacía Somosierra. Allí se une a otras fuerzas leales cuyo cometido principal era frenar el avance hacia la capital de las columnas del bando sublevado enviadas por el general Emilio Mola. Será Francisco Galán quien acapare mayor gloria y protagonismo durante aquellas primeras jornadas épicas de la defensa de Madrid. 


Francisco Galán en Somosierra durante un alto en la lucha
   El día 23 de julio el capitán Gallo resulta herido en una acción de combate y evacuado a Madrid. Se repone y regresa de nuevo al frente donde actúa como enlace entre las columnas dirigidas por Galán y el E. M. Central. La foto que mostramos en la cabecera se corresponde con la ejecución de tal mandato.
    Durante los días que permanece de baja, pese a sus heridas, colabora en la instrucción en el manejo de armas de los voluntarios que acuden al cuartel del famoso Quinto Regimiento instalado en la calle Francos Rodríguez (ex convento de Selesianos). Por estas fechas, se le supone ya afiliado al PCE, influenciado por sus amigos y compañeros los hermanos Francisco y José María Galán Rodríguez o por las propias circunstancias excepcionales de la guerra, que obligaban a tomar partido.

    No formó parte de la Columna Miaja, tal como sosteníamos en aquella entrada en la que aflora cierta confusión en torno a un primeramente fallecido, luego herido, capitán Gallo en las proximidades de Córdoba, que tal como explicamos, fue fruto de ciertas argucias puestas en práctica por los respectivos aparatos de propaganda de los bandos en conflicto.

   Sobre su participación en los combates de Somosierra disponemos de un testimonio de dudosa fiabilidad, dada la peculiar trayectoria de quien lo trasmite. Se trata del aportado por Enrique Castro Delgado, primer comandante del Quinto Regimiento y ex comisario politico, en su libro “Hombres Made in Moscú” 



    La típica medalla protectora, portada en el cuello por un católico, le sirve a Castro para restar credibilidad al valor y lealtad del capitán Gallo:


    «Llega Gallo, un militar profesional. Por entre su camisa abierta veo una cadena de oro, después una medalla. Hago como que no he visto nada y pregunto ¿Qué hay?»   

    Por prejuicios y desconfianza nos presenta a un capitán Gallo desconcertado, timorato e indeciso a la hora de hacer frente a las fuerzas carlistas que al grito de ¡Viva Cristo Rey! estandartes y banderas con la imagen de la Virgen y el Sagrado Corazón, encuentra al coronar una cima.
    El diario El Sol (9 de septiembre de 1936) publica una extensa relación, firmada por Galán, en la que aparecen los nombres de todos y cada uno de los oficiales y suboficiales, que procedentes del Batallón Presidencial, permanecieron leales, se destacaron o perdieron la vida en diferentes frentes de combate.

    Como oficial de enlace permaneció en Somosiera hasta mediados de septiembre de 1936, en que queda afecto a la 3ª sección (operaciones) del E.M. Central, al mando del por entonces comandante de caballería Segismundo Casado. En los primeros días de octubre se le asigna una Columna Mixta compuesta por tres batallones de milicias, una compañía de la Guardia Civil y otra de Guardias de Asalto, cuya misión era cubrir un sector de aproximadamente 14 kilómetros lineales al oeste de la capital. El empuje de las fuerzas nacionales provocó  la dispersión de la columna que tuvo que retroceder hasta Brunete, donde se estableció una nueva línea de resistencia.

    El 20 de octubre recibe órdenes de organizar la 6ª Brigada Mixta en Murcia. El día 25 el diario oficial del Ministerio de la Guerra publicaba su ascenso al empleo de Comandante.



Murcia 30 de octubre de 1936
     En pocos días quedaron organizados cuatro batallones “impregnados de excelente moral y organización” prestos a marchar al Ejercito del Centro que les reclama.

     El 5 de noviembre de 1936 se incorpora al frente, estableciendo su puesto de mando en Morata de Tajuña. Contaba al llegar a Madrid con 11 oficiales, 187 suboficiales y 3.287 cabos y soldados; en total 3.485 hombres. Tendrán su bautizo de fuego el día 14 en las operaciones conducentes a la toma del Cerro de los Ángeles, que no se consiguió. Le siguen funciones de cobertura en el sector de La Marañosa (8 kilómetros de extensión).

    A primeros de diciembre, marcha a la Ciudad Universitaria a relevar a las unidades de la XI Brigada Internacional que había quedado algo maltrecha durante aquella titánica defensa de Madrid. Cubre el sector comprendido entre la Puerta de Hierro y el Hospital Clínico. En los combates en defensa de estas posiciones, la Brigada sufrió importantes bajas. Se distinguió especialmente en el asalto al Palacio de la Moncloa y en una operación sobre el Hospital Clínico. 
   El comisario político de la Sexta Brigada Mixta, Ricardo Ramón, en un mitin organizado en Alhama (Murcia) por la asociación de Amigos de la Unión Soviética, interviene para tributar homenaje a los murcianos heridos en frente, algunos de los cuales asisten al acto desde los palcos y que son fuertemente ovacionados: 

   “La voz de este pueblo —dice— y la de todos los pueblos es la de oponer un rudo dique al fascismo para aplastarlo. Mirémonos en los ojos de Madrid y hagamos honor a su heroísmo. No llamo a los señoritos; hablo a los hermanos, a los proletarios de todas las ideologías para engrosar las filas del Ejército de la República. Os llamo al corazón vamos a jugarnos la vida para defender a la República y al mundo de la carroña fascista. Pido ropa interior, calcetines, víveres, tabaco, lo que sea, todo lo que queráis darme para llevarlo a nuestros bravos soldados”.

    También participó en los combates de la carretera de La Coruña, en enero de 1937, después de los cuales regresa a Murcia para disfrutar de un merecido descanso.


    Se le vuelve a movilizar en febrero de 1937, cuando a raíz de la caída de Málaga tiene que marchar a toda prisa por la carretera del Mediterráneo hasta las cercanías de Motril (Castell de Ferro- Sierra de Lujar) donde consigue frenar el avance del ejército rebelde y estabilizar el frente.

    Los posteriores derroteros de la carrera militar del comandante Miguel Gallo durante la Guerra Civil quedan aparcados hasta nueva orden.

Fuentes utilizadas

    Muchas y de diferente naturaleza, que no nos molestamos en relacionar, para, de camino, no ponérselo a huevo a desaprensivos logrones que pululan por estos medios. Quien pudiera estar interesado en aclarar detalles o procedencia de las informaciones no le resultara difícil ponerse en contacto con el autor de este lío. Reiterarme en el agradecimiento a Eduardo Ros Martínez, investigador del CSIC en el Instituto de Física Corpuscular (IFIC), descendiente de esa rama del apellido Gallo de Porcuna, que ha puesto generosamente a nuestra disposición valiosos documentos y una cuidada y elaborada reseña biográfica sobre nuestro protagonista, que titula: “El capitán Gallo. Un militar en la tormenta del siglo XX español”.

CAPITAN MIGUEL GALLO MARTÍNEZ: 1931 (HISTORIA DE UN AÑO DECISIVO).

    Ciudadanos de Porcuna:

    Quiero ante todo agradeceros, de una manera profunda, vuestro afectuoso recibimiento y las frases con que vuestro presidente acaba de presentarme, pero deseo que inmediatamente mis primeras palabras, al ponerme en contacto con vosotros, sean para rendir un homenaje a uno de los vuestros que acaba de exponer su vida en defensa de las ideas.

    Adivino en vosotros idéntico pensamiento, pero quiero manifestar públicamente que el pueblo libre de Porcuna deberá en su día un homenaje al capitán Gallo, que exponiendo todo cuanto es, todo cuanto vale, no ha vacilado en ponerse al lado de la causa republicana para defenderla, aun a pesar de que este acto iba a exigirle acaso el sacrificio de su vida. Pero “la vida nada es cuando se da por los otros”, ya lo dijo Galán. El capitán Gallo lo sabía y por ello la expuso en aquellos momentos en que se hubiera podido triunfar con la ayuda de su esfuerzo y el de los demás militares pundonorosos que se han sacrificado, pero que no se triunfó porque, desde siempre, el camino de la Libertad han de recorrerlo los hombres a fuerza de sacrificios y de dolores.

    Yo que he tenido la gran satisfacción de abrazarlo unos momentos después de atravesar la frontera, conozco su pensamiento, que es el mismo e todos aquellos hombres que por haberla querido salvar, viven hoy lejos de España. Volveremos, dicen: la sangre de los mártires de la idea, fructífera siempre; el canto a la Libertad no se extingue jamás, porque es la aspiración de la Humanidad Nueva. Los hombres que así piensan y así se sacrifican merecen que sus pueblos los honren, porque se enaltecen al enaltecerlos. Por eso creo tener derecho para deciros hoy: ¡cumplid vuestro deber con él como otros hemos cumplido el nuestro, pensando únicamente en la liberación de España! (Aplausos, vivas al capitán Gallo).


   Estas palabras se corresponden con los primeros compases de la conferencia pronunciada por Francisco Martínez de Padilla en el local social del Círculo Republicano de Porcuna el 5 de abril de año 1931.





   Los vínculos con Porcuna de este joven ingeniero republicano, natural de Tomelloso (Ciudad Real), le vienen por su matrimonio con María Cabrero Gallo, prima hermana de Miguel Gallo Martínez, a quien le quedaban ya pocos días de permanecía como exiliado en Francia por su participación en la Sublevación de Jaca.


Francisco M. de Padilla y María Cabrero Gallo (retratos al oleo de Antonio López)
     Francisco Martínez de Padilla era hijo de Francisco Martínez Ramírez, apodado “El Obrero”, director gerente de la Compañía de Ferrocarril de Argamasilla-Tomelloso. A ambos corresponde un último intento de hacer llegar los caminos de hierro hasta Porcuna. Publicitaron un proyecto de vía ancha Porcuna-Lopera-Villa del Río, extensible a Higuera de Calatrava, Santiago y Valenzuela,  que no llegaría a prosperar a pesar del entusiasmo inicial mostrado en la Asamblea General de fuerzas vivas de las respectivas localidades, celebrada en Porcuna en el mes de mayo del año 1927.

    Recuerden todas aquellas peripecias que Miguel tuvo que sufrir con posterioridad a la fracasada intentona revolucionaria de Jaca, hasta lograr ponerse a salvo al otro lado de los Pirineos (véase Miguel Gallo. Huída y Exilio). Fue precisamente en el domicilio de Francisco Martínez y de su prima María Cabrero Gallo, en la calle Velázquez de Madrid, donde se refugió tras su épica huida de Jaca, a la espera de que sus apoyos encontraran el momento oportuno para evacuarle.Tras el advenimiento de la República el 14 de abril de 1931 un denominado “Tren de la Libertad”, procedente de Francia, devolvía a su patria al grupo parisino de exiliados españoles republicanos: 
   
    “A las nueve de la noche del día 15, un tren rápido procedente de Paris entraba en  la Estación del Norte. En el andén y alrededores esperaban unas 2000 personas con banderas, estandartes, gorros frigios, brazaletes rojos y otros distintivos republicanos. Al llegar el convoy el público asaltó los coches y se subió encima de sus techumbres, se canto la Marsellesa y se lanzaron calurosas aclamaciones”.

Ramón Franco, Miguel Gallo y Ramón Acín

    Tras el obligado descanso participa en un almuerzo íntimo “en honor de los emigrados políticos” celebrado en el Restaurante de la Dehesa de la Villa, en el que se dieron cita los ministros de Hacienda (Prieto), Fomento (Álvaro de Albornoz), Trabajo (Largo Caballero), Comunicaciones (Martínez Barrio) y Economía (Nicolau d’Olwer) del recién nacido Gobierno Provisional de la II Republica; el recién nombrado Capitán General de Madrid (don Gonzalo Queipo de Llano) y Ramón Franco (director general de Aeronáutica). Por la mañana en compañía de quien fuera su jefe en Jaca, don Julio Mangada, fue recibido por el Ministro de la Guerra (Manuel Azaña), que en consejo de Ministros ya había dado las instrucciones pertinentes para que se decretase la amnistía para quienes habían sido separados del ejército por su participación en los sucesos de Jaca y Cuatro Vientos. 
    De inmediato, toma rumbo hacía su tierra natal al encuentro de los suyos. En la estación de ferrocarril de Villa del Río (Córdoba) se dieron cita familiares y amigos de Porcuna (Jaén) que acudieron prestos a recibir a quien, en aquel contexto festivo por la reciente caída de la monarquía, llegaba revestido de la vitola de “Héroe de la República”.
    Disponemos de un testimonio en el que queda perfectamente reflejada la euforia y regocijo popular propio de aquellos primeros días del nuevo régimen. En dirección a Porcuna se le tributó un espontaneo homenaje en el vecino pueblo de Lopera. Quien lo trasmite, no se hallaba precisamente entre los entusiastas. Trascribimos tal cual sus poéticos y desconsiderados recuerdos:


   “El capitán Gallo, hasta entonces exiliado en el extranjero, sería recibido con los honores propios del momento, en el que se entregaron las masas enfervorecidas hasta el paroxismo republicano, animadas por el prurito insaciable de la libertad prometida.

     La cálida congregación multitudinaria de hombres, mujeres y niños regocijados por un festejo inusual, místicamente enardecidos, avanzaba llenando la larga calle de Jesús en concierto con la claridad del sol abrileño, en parangón con la efeméride antañona que había oído contar a mi abuela: la manifestación imponente del pueblo entero y sus ediles a la cabeza, precedida por los cuatro pitos y medio que hubiera de la banda municipal, a la espera, en aquel sitio, llenos de alegría “la venida de la luz eléctrica”. Claro que aquello no era igual.

    Se promovió un gran revuelo cuando, sobre un mar de cabezas humanas despeinadas y manos alzadas, crispadas, frenéticas por la excitación, trémulas, en oleadas de aplausos coreados por atroz griterío, a hombros igual que un torero portado por un grupo de “capitalistas” se distinguió el cuerpo bamboleante del capitán, reproduciendo la imagen espectacular de la recepción otorgada a un general romano vencedor aclamado por la plebe, agitando innumerables banderas y banderines a su paso. Faltaba explicación para tan espontanea convocatoria con instinto de hormiguero.

    El homenajeado, indisimuladamente sorprendido, ensayaba una sonrisa permanente, en un encuentro de emociones suscitadas; el flamear de los colores republicanos se fundía con el resplandor de la mañana, acorde con el amasijo de banderas de rojo integral de las banderas marxistas en las que iban prendidas las preceptivas fotografías de los capitanes Galán y García Hernández, precursores de la acción revolucionaria, cuyos frutos eran patentes.




    Los himnos y canciones a la libertad inundaban el ambiente estallante, en comunión con Carlos Marx y a los acordes de la Internacional:


¡Viva el capitán Gallo!

¡Viva, viva, gritad a la vez!

¡Viva, viva la honra de España!

¡Que a su infancia la han hecho volver!


    El capitán, vértice de una pirámide humana en marcha, pasó a corta distancia de mí, vitoreado entre trapos y banderines. Como en la Marcha Triunfal de Rubén Darío, las mujeres sofocadas por el calor y el ambiente, enronquecían gritando desde los balcones de la fachada de la Huerta de Moreno, donde las muchachas de “El Dientes” y sus amigas arrojaban claveles reventones y amapolas rojas al paso del cortejo, hurtados a la paz de las de las abejas y mariposas.

    El capitán, vestido de negro o azul, seguía emocionado tratando de coger los ramilletes lanzados al aire. Una corona de laurel giró vertiginosa desde un balcón, como anillo de Júpiter, ostentando los colores del nuevo régimen: la asió con la mano derecha y se la colocó al cuello, a estilo hawaiano.

    Y… ya no recuerdo más, porque la gente pasó en tropel, como una manada de búfalos en estampida, y con esto la imagen se me perdió en la noche de los recuerdos».

   En Porcuna, si cabe, el recibimiento tuvo que estar revestido de mayor bombo y solemnidad. Así lo ratifican los testimonios orales, aunque no disponemos de documento alguno que lo desarrolle. En las actas municipales no queda constancia de homenaje institucional alguno. La placa que rotulaba la calle dedicada al varias veces diputado conservador por el distrito de Martos, don Miguel del Prado y Lisboa (Marques de Acapulco), en la que la familia Gallo tenía su domicilio, sería sustituida por otra dedicada a Miguel Gallo, por voluntad expresa del primer Ayuntamiento Republicano de Porcuna. 

Desaparecida casa de la familia Gallo

   Sus compañeros de Sublevación en Jaca y “Mártires de la República”, Fermín Galán y Ángel García Hernández, también encontrarían acomodo en el nuevo callejero. Se les dedicaron respectivamente las actuales calles Pianista Rafael Quero y Alférez Manuel Casado (una de las numerosas muestras del callejero franquista de Porcuna condenada a desparecer).


    
    La Voz de Córdoba (24 de abril de 1931)


   Tras una corta estancia en Porcuna emprende viaje hacía Madrid. Asuntos urgentes relacionados con su situación militar le reclaman. Aunque se detiene en Córdoba, donde se le organiza una recepción oficial en el Ayuntamiento. Estuvo destinado durante algún tiempo en el Regimiento de la Reina. Le acompañan su padre, José Julián Gallo García de Linares, y sus primos Eduardo, Ramón, Gregorio y Luis Gallo, todos militares profesionales con destino en la capital cordobesa.


    En los días siguientes, se reúnen en Madrid los procedentes del exilio con los militares implicados en las sublevaciones de Jaca y Cuatro Vientos, capturados y sometidos a Consejo de Guerra, puestos de inmediato en libertad con la llegada de la República, así como los integrantes de la trama civil igualmente liberados. Se suceden los homenajes y reconocimientos.

     La práctica totalidad de la prensa madrileña progubernamental les rinde pleitesía en sus talleres y redacciones. El protagonismo lo acapara el carismático capitán Salvador Sediles, famoso tras la campaña organizada por las fuerzas antimonárquicas para conseguir su indulto, una vez se conoce el  fallo del Consejo de Guerra celebrado en Jaca (18 de marzo de 1931) que lo condenaba a muerte. 



    Especialmente intensa la jornada del día 25 para la oficialidad de Jaca encabezada por el teniente coronel Julio Mangada. Entre quienes se concentraron estaban los capitanes Gallo, Sediles, Arboledas, Piaya: los tenientes Mendoza, Marín, López Mejías, y un largo etcétera. Se fueron sucediendo durante la mañana las visitas al Ayuntamiento, Capitanía General, donde recibieron el emocionado abrazo de Don Gonzalo, Ministerio de la Gobernación, Gobierno Civil y Ministerio de la Guerra, donde firmaron su adhesión a la República.

     Por la tarde asisten a una velada organizada por el Ateneo de Madrid, presidido por Manuel Azaña, en honor de Fermín Galán y Ángel García Hernández. En representación de las familias de los malogrados capitanes asisten la viuda de García Hernández y el teniente Francisco Galán Rodríguez (hermano de Fermín):


    “El Sr. Azaña, en un admirable discurso, dice que este acto es de entusiasmo, de imperecedera memoria, e gratitud hacia aquellas víctimas, cuyo sacrificio fue la base fundamental de la nueva República; por eso yo comprendo que las familias de las víctimas tendrán un inmenso dolor, dolor glorioso, por encima de todo sentimiento humano, cuyos frutos también han sido magníficos”.

    “El hermano de Galán, con palabras entrecortadas por la emoción, da las gracias a todos y dice que el nombre de el capitán Sediles y el de sus compañeros presentes estarán siempre unidos al de los héroes de Jaca”.


     Después marcharon al domicilio de la madre de Galán, donde Sediles, en nombre de todos, le dio un beso. Agradecida, fue saludando uno a uno a los capitanes Arboledas, Gallo y Anitua, los tenientes Marín y Mendoza, y los paisanos Cárdenas, Pinillos y Detrus.
    Pasados esos intensos días de homenajes y emociones en Madrid, aprovechando la concentración de antiguos compañeros, un grupo compuesto por Gallo, Sediles, Arboledas, Marín y Mendoza acompañan a Francisco Galán Rodríguez hasta Jaca. Su visita obedece a tres motivos: trasladar al pueblo de Jaca su agradecimiento personal y el de su madre por los numerosos homenajes tributados en memoria de su hermano, ofrecer el sable del capitán Galán al pueblo de Jaca  y suavizar, de camino, las tensiones surgidas entre Huesca y Jaca en torno al destino definitivo de sus restos mortales. Obligada visita a la tumba de Galán en cementerio civil de Huesca y a la García Hernández en la parte católica.


     La instantánea se corresponde con la entrega de flores sobre la tumba de Fermín Galán. Se distinguen perfectamente Gallo a la izquierda y Francisco Galán a la derecha.

    

    Previamente la comitiva mixta de oficiales y civiles, que en dos autos se dirigían desde Jaca hacía Huesca, tuvieron que detenerse en Aniés, donde Gallo y Arboledas pudieron recordar las fatigas que pasaron juntos para evitar ser descubiertos. 


La Voz (25 de mayo de 1931)
    Se ve que con tantos homenajes y baños de masas a algunos de estos militares se les despierta el apetito por la política. La inminente convocatoria de elecciones generales lo alimentaba. Es el caso del coronel laureado don Segundo García y el de los capitanes Sediles, Salinas, Gallo y Arboledas, que el 20 de mayo depositaron instancias en el Ministerio de la Guerra solicitando el retiro del Ejército: “El móvil de la decisión que han tomado ahora estos populares capitanes obedece a sus aspiraciones de reintegrarse a la vida civil y dar a sus actividades nuevo rumbo, seguramente político”.



    El 1º de junio se estrenaba en el Teatro Español de Madrid el moderno e incomprendido “romance de ciego” del joven y prometedor Rafael Alberti, titulado “Fermín Galán”. Es puesto en escena por la compañía dramática de Margarita Xirgu, con Rivas Cherif como asesor literario y Sigfredo Burmann que aporta su renovadora y personal impronta escenográfica.

    Allí se dan cita algunos de los compañeros de Jaca. El propio Miguel Gallo muestra su sorpresa ante determinadas licencias del autor: “Quien curaba a los heridos en el Santuario de Cillas era Pastoriza, no era la Virgen”. Otro sublevado, cuyo nombre se omite, al ver a Margarita Xirgu, vestida de Virgen, dando pasos por la escena exclamo: ¡Anda la Virgen!


    Con independencia de que los compañeros de Fermín Galán salieran más o menos satisfechos de aquella representación, sirvió, al menos, para que permanecieran juntos por unos días. Los capitanes Gallo,Sediles, el teniente Ramón Manzanares y Francisco Galán Rodríguez, aquella misma noche, entre bambalinas o en la celebración posterior, se organizaron una gira por Andalucía.

    Su primera escala, la capital de la provincia de Jaén, donde había venido al mundo el joven e intrépido alférez Ramón Manzanares Molinarecién ascendido a teniente.Era hijo del ingeniero agrónomo Ramón Manzanares Escolano, al frente del servicio provincial del catastro durante la primera década del siglo XX.
   El siguiente destino sería Porcuna, localidad de origen del capitán Miguel Gallo. Aquí nos topamos, una vez más, con la limitación que impone el difícil acceso a la prensa histórica de la provincia de Jaén. De las consultas realizadas en su día en el Archivo Histórico Municipal de Porcuna tampoco obtuvimos resultados favorables. La muestra gráfica, que mostramos a continuación, en la que Miguel Gallo aparece ocupando un lugar preferente en el centro de la instantánea, pudiera corresponderse con alguno de los homenajes que le ofrecieran sus paisanos y amigos:


De izquierda a derecha: Sediles, Galán y Manzanares

    “Procedentes de Porcuna han llegado los héroes de la revolución capitán Sediles (que fue condenado a muerte), capitán Gallo y tenientes Manzanares y Galán. Este hermano del capitán Galán. Fueron recibidos por una gran multitud que los aclamó delirantemente. Pasaron al Ayuntamiento, donde se verificó la recepción oficial. Desde el balcón dirigieron la palabra al público a instancias de éste. Después se celebró un banquete en el Restaurant Macedo, con la asistencia de más de un centenar de comensales, Hubo brindis entusiásticos.

    Los señores Gallo y Manzanares marcharon a Córdoba en automóvil, mientras que los señores Sediles y Galán a Madrid.

    Fueron objeto de una cariñosa manifestación de simpatía por parte del pueblo de Bujalance,  tanto a la salida como a la llegada”.




     De una más extensa y desarrollada crónica publicada en el diario Política (9 de junio de 1931) extraemos las siguientes palabras de Miguel Gallo:


    “Yo no soy orador; de mi no esperéis nada, porque nada a lo ya dicho por mis compañeros puedo añadir, pero os manifiesto y digo que soy de las armas cuando éstas obren con justicia, pero no de ellas cuando se quiera abusar de una España que ha estado tan oprimida y castigada por sus tiranos y déspotas gobernantes. Define acerca de la frase de Joaquín Costa “Escuela y despensa” y pide al pueblo que se instruya para que adquiera conocimientos y cultura y forme todo hombre de su edificio humano un edificio sin esterilidad alguna, porque cultivando nuestros cerebros le hagamos producir hasta llegar a hacer de esas máquinas de la sociedad hombres conscientes de sus derechos y deberes, que saben regirse, porque pusieron todo su afán y amor en el bienestar social, material y moral de la humanidad”.


    Imaginamos que tuvo que ser tras aquella visita cuando el nombre de Miguel Gallo pasa a formar parte del nuevo callejero de Bujalance. Su familia, por cuestiones de negocios, mantenía estrechos vínculos con esta población cordobesa, que desde 1909, con proyecto de su tío el ingeniero José María Gallo, regulariza el suministro de aguas a la población, que queda en manos de una sociedad titulada «La Alameda» en la que se integra como accionista y vocal directivo su tío Ramón Gallo García de Linares. En la vecina localidad de Cañete de las Torres también se le puso su nombre a una calle, al igual que ocurrió en Cardeña (Córdoba), única en la que con la llegada de la democracia se le restituyo el honor.
    El semanario local Bujalance anunciaba la publicación de unas caricaturas de los ilustres visitantes, que si llegaron a salir, lo fue dentro de un número perdido o no incluido en la colección digitalizada.



    A las elecciones a Cortes Constituyentes, celebradas en junio de 1931, concurren varios militares de los relacionados con la sublevación de Jaca. Salvador Sediles, cuyo nombre se barajó en un principio para que se integrara en una candidatura patrocinada por los republicanos de Barbastro (Huesca), se adscribe finalmente a una candidatura de Extrema Izquierda Federal, resultando elegido diputado por la provincia de Barcelona.

     El teniente de la guardia civil, en situación de excedencia, Francisco Galán Rodríguez y el capitán de artillería Luis Salinas García, concurren por la provincia de Huesca en una candidatura de izquierda titulada “Insurrección de Jaca”:


   Aunque obtuvieron importantes apoyos en las urnas, fueron sobrepasados con creces por los candidatos del Partido Republicano Radical y Radical Socialista, que se llevaron las cuatro actas de diputado en juego. Ambos, retirados definitivamente del Ejército, evolucionan hacia postulados comunistas. En lo sucesivo, como dirigentes activos del PCE, laboran en pro de la progresiva implantación del comunismo entre las filas proletarias.

    Gallo, que como el mismo reconocía carecía de esos dotes para la de tribuna que se precisan en la política, por la notoriedad alcanzada durante aquel decisivo año de 1931, tuvieron que llegarle propuestas desde las diferentes formaciones republicanas, que a marchas forzadas se fueron estructurando durante aquellos primeros meses de la República. Como católico practicante no cuadraba mucho en las opciones de izquierda más radical en las que se integraron sus amigos y compañeros. Parece ser que al final se le incluye, como de relleno, en una lista presentada por una candidatura marginal de Republicanos de Izquierda que concurre por la provincia de Jaén:



   Se corresponde con los resultados obtenidos en Úbeda, prácticamente insignificantes en comparación con los 3.500 de Socialistas o 1.110 de la Derecha Liberal Republicana de Alcalá Zamora.

   Todo indica que aquella solicitud de retiro no sería finalmente cursada o se retractaría de la misma, ya que en abril de 1932 se le destina de plantilla al Cuarto Militar de S.E, el Sr. Presidente de la República.

    Después del sobresaltado y agitado año de 1931, pone sus miras en una nueva vida más ordenada y normalizada. En noviembre de 1932 contraía matrimonio con María Victoria Laguna de Rins Almarza, una joven zaragozana, con la que mantenía noviazgo desde antes de los sucesos de diciembre de 1930.



     El destinatario de la invitación, que procede del Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca, muy posiblemente sea el ministro socialista Indalecio Prieto, exiliado en París con Miguel Gallo hasta la proclamación de la República.
    María Victoria era hija del político y empresario aragonés Miguel Ángel Laguna de Rins Ortiz.

Heraldo de Aragón 25 de noviembre de 1932


    A partir de entonces, el nombre de Miguel Gallo desaparece de las páginas de la prensa. El resto del periodo republicano lo dedica a vivir tranquilamente en familia, a cumplir celosamente con sus deberes militares y a realizar cursos de perfeccionamiento. No volvemos a tener noticias suyas prácticamente hasta aquel fatídico 18 de julio de 1936, en el que «la derechona reaccionaria», con el imprescindible concurso de un sector del Ejercito se levantó en armas contra un gobierno legalmente constituido. Miguel Gallo, como no podía ser de otra manera, permaneció fiel y presto a defender la causa de la República desde un primer momento. Pero eso es ya otro capítulo de su biografía, que dejamos aparcado de momento.

Créditos y agradecimientos


   La fotografía de la desaparecida casa de la Familia Gallo fue realizada por el arqueólogo, amigo e historiador Juan Ruiz Bellido. Pertenece a un reportaje realizado con anterioridad a que los intereses inmobiliarios acabaran con ella.

   La del banquete en Porcuna en la que aparece Miguelito Gallo, como era conocido cariñosamente entre sus paisanos, quiero recordar que la colgó Antonio Recuerda Burgos o Alberto Ruiz de Adana en un facebook local.

   Mi más sincero agradecimiento a Eduardo Ros, descendiente de la familia Martínez de Padilla- Cabrero Gallo, que me proporcionó los retratos al oleo del pintor manchego Antonio López y me ayudó en la obtención del folleto de la conferencia organizada por el Circulo Republicano de Porcuna, que se encuentra entre los fondos de la Biblioteca Nacional.

   La invitación e la boda y el libro del loperano es fruto de la constante y fluida comunicación con Todos los Nombres de Porcuna.

    Tampoco hubiera sido posible este trabajo sin la amable colaboración del personal de la Biblioteca del Ateneo de Madrid, que nos proporcionaron, con diligencia y sin cargo alguno, reproducciones de materiales de los que custodian.

    La colaboración y pasmosa facilidad con que pudimos acceder a las colecciones de prensa del Ateneo de Madrid (previa indicación de las referencias) contrasta con el irracional sistema puesto en práctica por algunas instituciones públicas. Sirva el ejemplo, el empleado por el Archivo Municipal de Zaragoza, que para obtener la reproducción digital de la página del Heraldo de Zaragoza, tuvimos que remitirle previamente un giro postal por importe de 50 céntimos. Nos costó más la tasa del giro que el importe de la página.

DE VUELTA CON JUAN PÉREZ “EL MAESTRO” (1891 -1989).

    Cuando empezamos a adentrarnos en la trayectoria (vida y obra) de los más destacados militantes del sindicalismo campesino en Castro del Río (Córdoba), allá por la década de los 90 del pasado siglo XX, nuestros conocimientos informáticos y los medios técnicos de los que disponíamos eran más bien parcos. De ahí que, numerosas informaciones de las rescatadas del Archivo Histórico Municipal de Castro del Río (fotocopias de documentos, anotaciones, etc.), así como los testimonios orales extraídos de prodigiosas memorias de personas mayores, fueron a parar de una manera algo anárquica y desordenada a carpetas, clasificadores, libretas, agendas o a simples notas tomadas en una servilleta de papel. A raíz de nuestro reciente intento de retomar y reorganizar estos materiales hemos descubierto dos documentos relacionados con Juan Pérez “El Maestro”, que desfiguran un poco la narración sobre su devenir final que recientemente trasmitíamos:

   “Las mismas lagunas persisten con respecto a su devenir durante la guerra civil y sobre de qué manera pudo afectarle la posterior represión franquista. No le hemos encontrado en las listas de prisioneros o ajusticiados. Su nombre común dificulta la tarea. La única y última referencia que tenemos sobre él procede de un incierto y dudoso testimonio oral recabado en Castro del Río, que refiere que pudo eludir la represión fijando su residencia en un pueblo de la provincia de Córdoba o Sevilla, y que se ganó la vida profesionalmente como barbero”.


    Dentro de una de esas carpetas hemos localizado un oficio de correspondencia fechado en vísperas del inicio de la recolección de la aceituna del año 1948, que procede de un expediente abierto a quienes se dedicaban a impartir enseñanzas particulares durante el primer franquismo. Junto al nombre de Dionisio Quintero Garrido, ya referido, aparece también el de Andrés Jiménez Tapia “Cagachin” y el de un tal Juan Pérez.



    Se trata de un escrito dirigido por el Alcalde de Castro del Río al Delegado Administrativo de Enseñanza Primaria, en el que se menciona una instancia previa presentada por  el vecino Juan Pérez, en la que solicita ser nombrado Instructor Auxiliar de Temporada para el ejercicio de la enseñanza en los caseríos de este término conocidos por “Cuadrado” y “Cuadradillo”:




    Aunque no aparece su segundo apellido, que nos permitiría certificar al cien por cien de que se trata de la misma persona, todo indica que así fue. Por esas fechas nuestro protagonista tenía 57 años y una edad difícil para emplearse en los trabajos ordinarios de recolección. Su pasada experiencia como docente le habilitaba para este puesto de auxiliar, que vendría a ser como una especie de guardería temporera de la época, habilitada en dependencias de la propia cortijada durante el tiempo que durara la campaña, y costeada a escote entre los aceituneros/as que arrastraran prole a los caseríos.

    En una libreta aparte encontramos la siguiente anotación procedente de una entrevista de panadería: “Juan Pérez pasó la guerra en la zona de Jaén; no volvió a Castro temiendo las típicas represalias; se instaló en Córdoba con su familia hasta pasados unos años en que regresó. Volvió a marchar a Córdoba con uno de sus hijos llamado José Pérez Elías, que era barbero”.


Personal Computer año 1990

    La memoria de aquella entrevista, algo difuminada ya por el paso del tiempo, explica que erróneamente le relacionáramos directamente con el oficio de barbero, ejercido por su hijo.

    Hemos tenido la posibilidad de consultar los padrones de Córdoba de los años 1940 y 1945, que están colgados en la red. En ellos aparece José Pérez Elías, nacido en Castro del Río el 14 de agosto de 1919,  de profesión barbero. Vivía en unión de sus padres y hermanos en la calle del Hornillo nº 2, una casa de vecinos que albergaba a cuatro familias (17 personas en total), en la popular barriada de San Lorenzo.
   Decepcionante la consulta de la hoja de 1940, ya que figura como cabeza de familia un tal Juan Pérez Expósito, natural de Castro del Río, con cuatro hijos nacidos en Castro entre 1919  y 1927. Además de que no sabe leer ni escribir. 
    Nuestra sorpresa fue mayúscula al cotejarla con los datos del año 1945, con mejor grafía y más completa en informaciones. Como descendientes del matrimonio compuesto por Juan Pérez Expósito (n. 1891) y Francisca Elías Rodríguez (n. 1900), naturales ambos de Castro, figuran José, otro varón llamado Manuel y una hembra llamada Luisa (desaparece otra hembra llamada Cándida con 21 años en 1940): Manuel y Luisa constan como  nacidos en Bujalance (Córdoba) en los años 1924 y 1927, justo cuando Juan Pérez desempeña el trabajo de maestro en la escuela de la Sociedad Obrera la Armonía. Son demasiadas casualidades. Forzosamente tiene que ser la misma persona.    




(Velada teatral del Centro Obrero de Bujalance en  1924)

    El asunto requiere de una doble explicación. La primera en relación con la falsedad de los datos de la hoja de 1940 en la que consta como analfabeto y elude, creemos que a propósito, el nacimiento de sus hijos en Bujalance. Suponemos que para pasar desapercibido y dificultar su identificación al terrible aparato represivo del régimen franquista en Córdoba, ante el peligro de que se le pudiera relacionar con aquellos tristes sucesos de 1933 en los que se vio implicado.

    La segunda explicación es en torno a su segundo apellido, que al parecer utilizaba indistintamente. El apellido Expósito era asignado a todas las criaturas que hubieran nacido de modo ilegítimo, abandonadas en el torno de un convento de monjas e internadas en la inclusa o “casa de expósitos”, donde se hacían cargo de ellas hasta una edad determinada. Durante siglos ser un «expósito» supuso una especie de estigma de por vida cuyo obstáculo no era tan fácil de superar. Al abandono, la vergüenza y la pérdida consiguiente de identidad se sumaba en ocasiones un desprecio social, tan injusto como cruel. Para salvar el problema desde los propios orfanatos se buscaron fórmulas alternativas como la de poner a los niños el nombre del santo del día, el de la persona que le hubiese encontrado o el de aquella que ejerciera las labores de tutor. Muchos deciden desprenderse del apellido. Sin embargo hasta el año 1921 la ley no establecerá expresamente que estos expedientes sean gratuitos, limitándose con ello tal opción. Observen el más que ilustrativo ejemplo que hemos localizado en la barrita mágica de Google:



     ¿Llegaría Juan Pérez Expósito a tramitar un expediente de cambio de apellido?  Creemos que no. Simplemente lo descarta a título personal, aunque a efectos legales su apellido sigue siendo Expósito, tal como figura en los padrones. 

El Expósito, de su ascendencia inclusera, posiblemente le sirviera para despistar a los servicios de investigación, que de haberle descubierto, en caliente, casi seguro que no le hubieran perdonado sus pasadas militancias.

    Esta particular intromisión en los avatares vitales de una persona y su familia no tiene otra finalidad que la de dejar abierta la posibilidad de contactar con sus herederos. Es por lo que invocamos la ayuda necesaria para alcanzar dicho objetivo, que nos permita, por ejemplo, sustituir la fotografía de la cabecera por una auténtica y verdadera, y hasta obtener alguna muestra gráfica de su pasada  actividad docente y cultural. Especialmente dirigida a quienes, siendo unos niños, asistieran a aquellas campañas de recolección en las cortijadas de El Cuadrado y El Cuadradillo. Pregunten a los mayores, por favor, existen aún muchas historias imposibles de completar con otras fuentes.

    Por torpeza, antes de dar con esa anotación manual que le ponía nombre y apellidos a su hijo el barbero y facilitaba la búsqueda, nos hemos paseado previamente por las hojas del padrón municipal de habitantes de Córdoba del año 1940, en las que aparecen quienes se hallaban alojados a pensión completa en los diferentes establecimientos penitenciarios de la capital cordobesa. Esa larga relación de castreños y espejeños desafectos al nuevo régimen, algunos fusilados ese mismo año en que fueron inscritos, la reservamos para otra ocasión.